Por lo general, la propaganda pictórica es muy muy mala.
Es su opinión. Con el tiempo, el género de la cartelística, ya sea propagandística o publicitaria ha sido reinvindicado como una forma de arte de pleno derecho. Arte mercenario, sin duda, pero así ha sido siempre.
Esos cuadros parecen posters de reclutamiento con ínfulas. Y casi cualquier pintura de guerra, por más que me guste el realismo, es malo, muy malo.
¡Oiga! Una cosa es que no le guste el género bélico. Perfecto. Es un gusto adquirido. A mí no me gustan las pinturas de flores, ni las naturalezas muertas ni los paisajes. Me aburren.
Usted es un acomplejado víctima de la propaganda antipatriótica progre y demás cosa pacifista.
El 90% del arte es arte sacro, el resto es propaganda al servicio del poder. Los colosos de Abu Simbel, los bajorrelieves asirios sobre la caza de leones,
La Rendición de Breda de Velázquez, o
Napoleón cruza los Alpes de David
son propaganda.
El problema con los historiadores del arte y los que escriben los libros de texto es que desnaturalizan esas pinturas. Se quedan en la forma, no el contenido, Breda es un prodigio de composición, de la pincelada maestra de Velázquez, y se olvidan de lo fundamental, que es un cuadro de una victoria, a la mayor gloria de la monarquía española.
Se denigra el realismo soviético por ser arte creado bajo una dictadura. En mi opinión esto es envidia cochina porque los rusos tomaron el relevo de las artes de la agonizante cultura europa occidental. El arte es arte, es bello y valioso en sí. El arte nancy es mediocre en comparación, pero si hubiera algo digno en él, seguiría siendo arte.
Las esculturas de los toros alados asirios que están en los museos de Londres y París son bellas e impresionantes, aunque en su contexto sería como si ahora hiciéramos cola para ver las águilas nazis, monumentos recuerdo de un poder basado en la conquista y el exterminio.
El desprecio por el arte guerrero viene de gente influenciada por una sociedad decadente que reniega de la patria y hace odiosa la carrera de las armas.
El arte busca ante todo causar una emoción, un sentimiento. Como España no ha participado en las dos guerras mundiales, estos cuadros bélicos nos resultan remotos, porque la emoción nos es ajena.
Estas pinturas no son propaganda al servicio del régimen totalitario soviético, por más que éste quisiera apropiarse de ellas, son un homenaje al sacrificio, a la pérdida de 20 millones de compatriotas, una conmemoración de la victoria, de la GLORIA.
No espero que lo comprenda. Es algo que hay que sentir.
Por sí solo la emoción justifica cualquier arte. Además, la pintura del realismo soviético es valiosa técnicamente, teniendo en cuenta que el arte de la pintura con pincel ya alcanzó el culmen de sus posibilidades técnicas en el siglo XIX, pero lo mismo podríamos decir de cualquier otra manifestación artística. Una vez que se ha alcanzado el desarrollo máximo de una técnica artística, todo lo que queda es lo más importante: el tema.
Seguirán pintándose cuadros mientras existan temas dignos de ser pintados.