Además de dividir el poder corrompe, ningún grupo consigue jamás estar unido en el poder, nadie, ansias, envidias y disconformidades.
Por supuesto es muy atractivo explicar todo con una explicación simple, que los poderosos están todos de acuerdo en jorobarnos.
Una explicación simple que satisface a mentes simples.
Los poderosos (los de verdad, los que no siquiera sabes quienes son) por supuesto que están de acuerdo para jorobarnos. Son muy pocos y controlan el mundo más o menos desarrollado con el monopolio y la gestión de la enorme mayoría de la masa monetaria que sólo llega a estados afines, medios de comunicación y grandes fondos de inversión que controlan las grandes corporaciones (armas, farma, energía, banca, alimentación, etc). Al resto de la humanidad nos consideran ganado, propiedad, y si te paras detenidamente a pensarlo realmente lo somos.
Ese poder sí está unido, soldado diría yo, por vínculos de carácter psicológico y profundísimas raíces que podríamos llamar esotéricas. Esto último es así porque los que controlan a estos poderosos son entidades superiores que de verdad saben como funcionan los humanos porque ellos los crearon (y los siguen creando), dan u ocultan conocimiento, deciden sobre razas, mezclas y civilizaciones, etc.
Cuanto más te alejas de las grandes sociedades, de la modernidad, de los colectivos, de los grupos, cuanto más te centras en ser individuo y en tu propia espiritualidad más te alejas del control de estas entidades. Simple es no darte cuenta que cuando hay mucha gente junta los niveles de toxicidad se disparan de manera exponencial, el individuo prácticamente desaparece y la humanidad se comporta como un banco de sardinas. Jamás el sistema estuvo tan expuesto como durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, quien no se haya dado cuenta a estas alturas de todo lo anterior es irrrecuperable, quien llame mente simple a quien es consciente de que existe un enorme poder que artificialmente joroba la existencia de gente, también.