Tio Pepe
Madmaxista
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Voy a intentar abordar un tema que puede generar debate, pero considero que es fundamental analizarlo. Existen opiniones diversas sobre la posible llegada de una recesión en el próximo año. Personalmente, veo una alta probabilidad de recesión, una perspectiva que algunos analistas podrían estar subestimando. Aunque no predigo una crisis al nivel de la gran recesión financiera, creo que se están gestando los cimientos para una próxima crisis significativa, posiblemente de proporciones épicas.
Mi enfoque no se centra en la crisis de deuda gubernamental, que posiblemente requerirá más tiempo para manifestarse. Más bien, me refiero a una potencial crisis de deuda corporativa, cuyos fundamentos se han fortalecido considerablemente en los últimos tiempos, lo que podría desencadenar una crisis de gran impacto cuando finalmente se manifieste.
A continuación, compartiré datos relevantes y animo a cada individuo a extraer sus propias conclusiones.
Es importante considerar que en los meses posteriores al impacto del el bichito-19, gobiernos y bancos centrales inyectaron una cantidad considerable de liquidez en el mercado para sostener la economía. Esta liquidez, en muchos casos, no fue canalizada de manera efectiva. Esto llevó a una refinanciación masiva de deudas a tasas extraordinariamente bajas:
Al observar los tipos de interés disponibles para las empresas en ese periodo, queda patente la magnitud de la situación. Incluso la deuda de menor calidad pudo ser refinanciada a tasas cercanas al 4%, mientras que la mayor parte de la deuda corporativa pudo ser financiada en un rango que iba del 1% al 1.5%. Esta dinámica revela el extremo en el que se encontraba el panorama, con tasas extraordinariamente bajas que permitieron a las empresas acceder a un financiamiento inusualmente asequible:
A pesar de la actual secuencia de ajustes por parte de la Reserva Federal desde principios del 2022, lo cual ha ocasionado un marcado aumento en los tipos de interés que las empresas deben pagar, el costo de financiamiento para aquellas en condiciones financieras más frágiles no ha experimentado un aumento tan drástico como se ha visto en crisis anteriores o en periodos de dificultad económica:
Hasta este punto, varias conclusiones son evidentes:
Todo apunta a que este escenario podría ocurrir entre 2026 y 2028, momento en el cual es probable que las empresas necesiten buscar financiamiento de forma más amplia:
Entonces, resulta crucial reflexionar: ¿Serán capaces estas empresas de obtener financiamiento nuevamente a tasas tan bajas como en el pasado? ¿Podrán afrontar los aumentos proyectados en los tipos de interés?
Continúa...
Mi enfoque no se centra en la crisis de deuda gubernamental, que posiblemente requerirá más tiempo para manifestarse. Más bien, me refiero a una potencial crisis de deuda corporativa, cuyos fundamentos se han fortalecido considerablemente en los últimos tiempos, lo que podría desencadenar una crisis de gran impacto cuando finalmente se manifieste.
A continuación, compartiré datos relevantes y animo a cada individuo a extraer sus propias conclusiones.
Es importante considerar que en los meses posteriores al impacto del el bichito-19, gobiernos y bancos centrales inyectaron una cantidad considerable de liquidez en el mercado para sostener la economía. Esta liquidez, en muchos casos, no fue canalizada de manera efectiva. Esto llevó a una refinanciación masiva de deudas a tasas extraordinariamente bajas:
Al observar los tipos de interés disponibles para las empresas en ese periodo, queda patente la magnitud de la situación. Incluso la deuda de menor calidad pudo ser refinanciada a tasas cercanas al 4%, mientras que la mayor parte de la deuda corporativa pudo ser financiada en un rango que iba del 1% al 1.5%. Esta dinámica revela el extremo en el que se encontraba el panorama, con tasas extraordinariamente bajas que permitieron a las empresas acceder a un financiamiento inusualmente asequible:
A pesar de la actual secuencia de ajustes por parte de la Reserva Federal desde principios del 2022, lo cual ha ocasionado un marcado aumento en los tipos de interés que las empresas deben pagar, el costo de financiamiento para aquellas en condiciones financieras más frágiles no ha experimentado un aumento tan drástico como se ha visto en crisis anteriores o en periodos de dificultad económica:
Hasta este punto, varias conclusiones son evidentes:
- Las empresas no enfrentan una urgente necesidad de financiación en el presente, ya que se beneficiaron de los tipos extremadamente bajos entre 2020 y 2021.
- A pesar de que el interés de la deuda corporativa ha alcanzado niveles considerablemente altos, el interés para las empresas en situación más precaria no refleja problemas significativos.
Todo apunta a que este escenario podría ocurrir entre 2026 y 2028, momento en el cual es probable que las empresas necesiten buscar financiamiento de forma más amplia:
Entonces, resulta crucial reflexionar: ¿Serán capaces estas empresas de obtener financiamiento nuevamente a tasas tan bajas como en el pasado? ¿Podrán afrontar los aumentos proyectados en los tipos de interés?
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