Markkus
Madmaxista
Sí, España es mediocre. ¿Duele reconocerlo? Más debe doler vivir en la ignorancia. Sólo es libre aquel que no teme a la verdad, por doliente que sea.
La explicación más inmediata y empíricamente demostrable que hallo a la mediocridad de España es la siguiente:
En España predomina el repruebo al fuerte, al inteligente, al meritorio, al que, en suma, destaca por encima de esa masa amorfa. Este tipo de individuo superior si bien es común en países como Alemania es muy extraño en España por cuanto todo el que destaque es visto como un peligro: primero por las élites que observan a alguien cuyas aptitudes pueden romper con el clásico amiguismo y tratan de hundirle. Segundo por el populacho que mira con recelo y envidia al que destaca desatando así comportamientos primitivos propios de gentes por donde no ha pasado la civilización.
En España habita desde siglos ha un cainismo y envidia que condena toda elevación del espíritu y provoca que el que destaque saliéndose de los lugares comunes sea condenado. En el fondo es la herencia de siglos de fanatismo, de oscurantismo, de no haber asumido históricamente que España puede y debe cambiar. Ejemplo: somos el país donde el precursor del submarino fue boicoteado por la clase dirigente de la época porque no podían asumir su genialidad. Algo criminal pero que contrasta con parte de las esencias del país.
Entonces la gente inteligente en España hace varias cosas:
1) Se larga del país en cuanto puede y hace su vida fuera ganando su merecido dinero y prestigio. Se acaban volviendo pro-anglos, pro-franceses y así en función de su país de acogida. Miran con desprecio a España porque no les ha sabido reconocer sus méritos y en parte es comprensible.
2) Se calla e intenta no destacar. Algo inteligente si se quiere sobrevivir laboralmente. Incluso en muchos círculos sociales se actúa así para que la gente no te mire con malos ojos o te dejen de hablar. Tener pensamiento propio es algo que en España penaliza al no hallar correspondencia con buena parte de los semejantes.
3) Se adapta a lo que hay y practica un cinismo extremo. Gente que sabe perfectamente lo que hay pero que actúa de acuerdo a la corriente dominante para intentar sacar su porción del pastel. Aquí tenemos muchos políticos, empresarios y plumas del régimen que aún siendo gente inteligente y capaz se convierten en unos cosas en base a asumir lo dominante para no quedarse atrás e incluso se vuelven corruptos/palmeros porque es lo normal, es como funciona el sistema y si lo criticas estás prácticamente muerto.
Es decir: un sistema mediocre que reproduce su mediocridad y genera mediocridad expulsando/aislando al que no es mediocre.
Toda veleidad reformista en España es imposible en cuanto que no se produzca previamente una tras*formación cultural del país. Yo mismo he estado de copas con gente relacionada con el IBEX y en privado no tienen problemas en reconocer cosas que dichas en público te colocan como un radical/sectario/trasnochado. Digamos que en España hay una hegemonía cultural o sentido común que no es tal sentido común sino que es una simple construcción ideológica destinada a salvaguardar los privilegios de unos pocos, pero que se asume acríticamente y cala en las conciencias de los que no son capaces de pensar por sí mismos (son millones en España). Sin romper con este inmenso dique es imposible que España avance, y ello parece una utopía en un país donde la cultura se desprecia e ignora cuando no se manipula con afan partidista.
Básicamente España funciona así a casi todos los niveles. Es como si el país llevara contenido en sí mismo los factores que le impiden ya sea reformarse ya sea avanzar social, económica, políticamente. Un país que con la razón se desprecia y aborrece pero con el corazón se ama y venera como al hijo que toma el camino equivocado. Eso es España. Un país que te puede pasar por encima y jorobar la vida; empero también un país de cuyo heróico, apasionado y rebelde espíritu se puede beber hasta extasiarse con el alma de una tierra ciertamente como ninguna, quizá por eso siempre fuera tan disputada. Un país poblado por bestias e me gusta la fruta con saña cuya contraparte son héroes trágicos, Quijotes; acaso atemporales personificaciones de las guerreras y generosas dotes de esta sufrida península: Viriato, Corocotta, Padilla, Empecinado, Durruti: a vuestra épica habremos de inscribir los nombres de sus continuadores: recios, toscos, barbudos, aguerridos, irreductibles.
PD: Lo que más me toca los huevones es que la gente que se mueve mínimamente en círculos de poder sabe perfectamente cómo funciona todo y no tiene huevonES a decir ni media. Los políticos de todos los partidos, los periodistas, los empresarios, los magistrados, las élites del país etc. practican un discurso hipócrita: por dentro hablan sin ambages pero de cara a la opinión pública tratan a todos por fulastres bien por miedo bien por interés. Así se mantiene a España en una ficción que no existe más allá de su representación. ¿Por qué lo hacen? Miedo. Tienen miedo de que se resquebraje la convivencia. Convivencia basada en mentiras, propaganda.
El día que en este país se instale un AGORA y la gente empiece a hablar (sin partidos de por medio) de los problemas que le afectan proponiendo soluciones al respecto ese día el sistema cae. Si algo temen es que la gente piense, opine por sí misma con fundamento y no se deje arrastrar por la masa. Cuando eso arraiga y prende la mecha el gobierno y su relato quedan deslegitimados y no les queda otro recurso que la mera violencia. De momento la apuntan hacia Cataluña y muchos inanes les jalean, sólo no saben que esa violencia también habrá de volverse contra el resto de España.
La explicación más inmediata y empíricamente demostrable que hallo a la mediocridad de España es la siguiente:
En España predomina el repruebo al fuerte, al inteligente, al meritorio, al que, en suma, destaca por encima de esa masa amorfa. Este tipo de individuo superior si bien es común en países como Alemania es muy extraño en España por cuanto todo el que destaque es visto como un peligro: primero por las élites que observan a alguien cuyas aptitudes pueden romper con el clásico amiguismo y tratan de hundirle. Segundo por el populacho que mira con recelo y envidia al que destaca desatando así comportamientos primitivos propios de gentes por donde no ha pasado la civilización.
En España habita desde siglos ha un cainismo y envidia que condena toda elevación del espíritu y provoca que el que destaque saliéndose de los lugares comunes sea condenado. En el fondo es la herencia de siglos de fanatismo, de oscurantismo, de no haber asumido históricamente que España puede y debe cambiar. Ejemplo: somos el país donde el precursor del submarino fue boicoteado por la clase dirigente de la época porque no podían asumir su genialidad. Algo criminal pero que contrasta con parte de las esencias del país.
Entonces la gente inteligente en España hace varias cosas:
1) Se larga del país en cuanto puede y hace su vida fuera ganando su merecido dinero y prestigio. Se acaban volviendo pro-anglos, pro-franceses y así en función de su país de acogida. Miran con desprecio a España porque no les ha sabido reconocer sus méritos y en parte es comprensible.
2) Se calla e intenta no destacar. Algo inteligente si se quiere sobrevivir laboralmente. Incluso en muchos círculos sociales se actúa así para que la gente no te mire con malos ojos o te dejen de hablar. Tener pensamiento propio es algo que en España penaliza al no hallar correspondencia con buena parte de los semejantes.
3) Se adapta a lo que hay y practica un cinismo extremo. Gente que sabe perfectamente lo que hay pero que actúa de acuerdo a la corriente dominante para intentar sacar su porción del pastel. Aquí tenemos muchos políticos, empresarios y plumas del régimen que aún siendo gente inteligente y capaz se convierten en unos cosas en base a asumir lo dominante para no quedarse atrás e incluso se vuelven corruptos/palmeros porque es lo normal, es como funciona el sistema y si lo criticas estás prácticamente muerto.
Es decir: un sistema mediocre que reproduce su mediocridad y genera mediocridad expulsando/aislando al que no es mediocre.
Toda veleidad reformista en España es imposible en cuanto que no se produzca previamente una tras*formación cultural del país. Yo mismo he estado de copas con gente relacionada con el IBEX y en privado no tienen problemas en reconocer cosas que dichas en público te colocan como un radical/sectario/trasnochado. Digamos que en España hay una hegemonía cultural o sentido común que no es tal sentido común sino que es una simple construcción ideológica destinada a salvaguardar los privilegios de unos pocos, pero que se asume acríticamente y cala en las conciencias de los que no son capaces de pensar por sí mismos (son millones en España). Sin romper con este inmenso dique es imposible que España avance, y ello parece una utopía en un país donde la cultura se desprecia e ignora cuando no se manipula con afan partidista.
Básicamente España funciona así a casi todos los niveles. Es como si el país llevara contenido en sí mismo los factores que le impiden ya sea reformarse ya sea avanzar social, económica, políticamente. Un país que con la razón se desprecia y aborrece pero con el corazón se ama y venera como al hijo que toma el camino equivocado. Eso es España. Un país que te puede pasar por encima y jorobar la vida; empero también un país de cuyo heróico, apasionado y rebelde espíritu se puede beber hasta extasiarse con el alma de una tierra ciertamente como ninguna, quizá por eso siempre fuera tan disputada. Un país poblado por bestias e me gusta la fruta con saña cuya contraparte son héroes trágicos, Quijotes; acaso atemporales personificaciones de las guerreras y generosas dotes de esta sufrida península: Viriato, Corocotta, Padilla, Empecinado, Durruti: a vuestra épica habremos de inscribir los nombres de sus continuadores: recios, toscos, barbudos, aguerridos, irreductibles.
PD: Lo que más me toca los huevones es que la gente que se mueve mínimamente en círculos de poder sabe perfectamente cómo funciona todo y no tiene huevonES a decir ni media. Los políticos de todos los partidos, los periodistas, los empresarios, los magistrados, las élites del país etc. practican un discurso hipócrita: por dentro hablan sin ambages pero de cara a la opinión pública tratan a todos por fulastres bien por miedo bien por interés. Así se mantiene a España en una ficción que no existe más allá de su representación. ¿Por qué lo hacen? Miedo. Tienen miedo de que se resquebraje la convivencia. Convivencia basada en mentiras, propaganda.
El día que en este país se instale un AGORA y la gente empiece a hablar (sin partidos de por medio) de los problemas que le afectan proponiendo soluciones al respecto ese día el sistema cae. Si algo temen es que la gente piense, opine por sí misma con fundamento y no se deje arrastrar por la masa. Cuando eso arraiga y prende la mecha el gobierno y su relato quedan deslegitimados y no les queda otro recurso que la mera violencia. De momento la apuntan hacia Cataluña y muchos inanes les jalean, sólo no saben que esa violencia también habrá de volverse contra el resto de España.