La inmi gración favorece claramente a los empresarios. La ley de la oferta y la demanda también se aplica al mundo del trabajo, cuanta más personas buscan empleo hace que los salarios sean más bajos. La inmi gración también permite perpetuar las malísimas condiciones laborales en sectores como la hostelería o la agricultura. En la agricultura se recurre a mano de obra viajero porque los españoles no aceptan las condiciones de esclavitud de este sector, sin embargo muchos españoles van a trabajar a la vendimia francesa porque las condiciones laborales son bastante buenas, es decir no son unos vagos como dicen muchos empresarios. En la hostelería se paga poco, además no es raro trabajar muchas más horas de las contratadas y que estas no se paguen, no hay control por falta de inspectores de trabajo. Por eso muchos jóvenes españoles en paro no quieren trabajar en los bares. Todo esto se hace con la complicidad de la mayor parte de la clase política. Hasta el líder de Vox, Santiago Abascal está a favor de la inmi gración latinoamericana.
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Camarero viajero en un bar de la Plaza Mayor de Madrid.
Los inspectores de Trabajo paran para exigir más personal: “Si somos imprescindibles tienen que fortalecernos”
Los sindicatos, que han convocado una jornada de huelga para este miércoles, denuncian el incumplimiento del Gobierno de un acuerdo para incorporar efectivos y reorganizar el organismo.elpais.com
Llega con 15 años de retraso. Aquí lo heroico era decir eso que Vd. dice en la primera década del siglo. Tómense la molestia de comprobarlo y de resucitar hilos de 2008-2009: éramos exactamente dos (textual) los pepitos grillos que, en este foro, advertíamos de por donde iban a ir las cosas:
-dumping laboral y social,
-voladura de los servicios sociales,
-colapso de la sanidad pública y
-crecimiento exponencial de la deuda pública.
Dos y el capitán Asteriscos.
Entonces aún era posible frenar el desastre organizado por los políticos al servicio de los postulados de la globalización (en este país absolutamente todos). Los hispanistanís preferían asumir la estrategia del avestruz ante el peligro. Ahora recogen el fruto de su miopía y desidia.
Y de creer, con la fé del carbonero, las mentiras de todos los gobiernos desde 1996.
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