Scire
Madmaxista
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Abro un hilo de análisis de teoría económica y política, con el que pretendo desmontar a muchos liberales de boquilla: libeggales, liberales de la nueva derecha, libertarios globalización vs globalismo y toda estos nuevos teóricos alternativos que se publicitan en las plataformas que critican: desde la televisión hasta YouTube.
Hablo de liberales de todo tipo: desde el delirante Losantos hasta una de las musas del foro, Lorenzo Ramírez.
Todo esto lo digo, nótese, desde mi cercanía al liberalismo. No intento hacer una defensa del socialismo, la progrería y demás desmanes ideológicos.
Intentaré ser medianamente breve e ir desarrollando algunas ideas si otros foreros tienen a bien abrir una discusión.
1. LA ESENCIA DEL MERCADO
La idea central de los liberales es el mercado libre. ¿Y qué es este mercado? Cada uno de los individuos que, conforme a sus intereses, en el uso de su plena libertad, deciden establecer relaciones de intercambio con otros individuos, según los términos que ambas partes establezcan.
2. EL MERCADO DE TRABAJO
Para los liberales, el trabajo que ofrece un ciudadano a cambio de un salario, así como el empleo que ofrece un empresario, son mercancías que cada una de las partes es libre de aceptar o rechazar, conforme a sus intereses, gustos o capricho, según quiera realizar su vida, una vida que puede decidir a su antojo.
Imaginemos que el mercado laboral es un supermercado.
Si un trabajador, digamos con una carrera de pinta y colorea, ofrece sus servicios en un estante, en forma de tarjetita, pero ningún empresario lo contrata, no compra esta tarjeta de servicios por el precio que pide, es que su producto no resulta interesante, luego tendrá que bajar su precio o retirar esa oferta del mercado.
Igualmente, un empresario puede ir a este mismo supermercado y colgar en uno de sus estantes su oferta laboral, por ejemplo de camarero, con ciertas condiciones laborales, un salario, etc. El individuo, en el ejercicio de su libertad, puede rechazar ese empleo porque no le resulta atractivo. En este caso, el empresario tiene dos opciones: subir el salario para hacer su oferta más atractiva o, por el contrario, retirar su oferta de empleo y, tal vez cerrar su empresa, como un vendedor de casetes de radio en su momento hubo de cerrarla, porque ya no se vendían.
3. LA DISTORSIÓN DEL MERCADO DE TRABAJO
Sin embargo, cuando esto último ocurre, que un individuo decide rechazar una oferta de trabajo porque no es atractiva y, por dar un ejemplo de la realidad, en España no se pueden encontrar miles de camareros, todos los medios de comunicación, oficiales y alternativos, que dicen defender el liberalismo, desde Losantos a Lorenzo Ramírez, comienzan a echar pestes de los individuos que han tomado la libre decisión de no aceptar esos productos ofrecidos por el empresario.
Recordemos que la libertad de elegir esto o aquel producto es la esencia del liberalismo. Contra este principio fundamental, los liberales se dedican a llamar vagos a todo aquel que sale de este supermercado sin comprar ninguna oferta de trabajo.
La excusa, aparte de llamarlos vagos, suele ser que el gobierno da paguitas, que los trabajdores son casapapis, vividores, etc.
3.1. Paguitas: es una anomalía del mercado, es cierto, y podemos discutir largo sobre ello. Pero los trabajadores suelen pagar una barbaridad en impuestos, entre ellos cotizaciones de jubilación, desempleo, sanidad, etc. Según la misma visión liberal, el trabajador que ha sido esquilmado a impuestos, ¿por qué habría de rechazar una paga, que no es para tanto, y aceptar la oferta de empleo? Aceptar esa oferta de empleo inmediatamente significaría seguir pagando casi la mitad de su salario en impuestos y renunciar a cualquier compensación.
3.2. Casapapis: esta excusa liberal me parece la más aberrante de todas y donde los liberales comienzan a mostrar sus vergüenzas. En el punto anterior, es admisible la crítica, pues la paguita es un extracto de quien sí trabaja. Sin embargo, si una persona libremente ha decidido vivir con sus padres, de unas rentas pequeñas, moderando su consumo, ¿no está el liberal comportándose como un socialista cuando le exige trabajar?
4. MERCADO SOBRE INDIVIDUO
Los liberales suelen utilizar muy a menudo la expresión "es que el mercado dicta", "es que las condiciones de mercado", y cosas semejantes, como si el mercado, contra lo que ellos pregonan, fuera una entidad epifenoménica de los individuos que lo conforman. NO. No olvidemos que el mercado es la libre decisión de los individuos que lo conforman. No existe un mercado, según la misma doctrina liberal, auténtica, por encima de lo que los individuos deciden tomar o dejar. NO EXISTE UN SALARIO DE MERCADO EN SÍ, EXISTE EL SALARIO QUE LOS INDIVIDUOS DECIDEN ACEPTAR O RECHAZAR LIBREMENTE. Si hay miles de camareros que prefieren quedarse en su casa, con sus padres por ejemplo, no están violando ninguna ley de mercado, sino que están haciendo mercado. Una persona es libre de comprar este teléfono, aquel teléfono o ningún teléfono.
5. LA inmi gración
Los liberales, cuando observan que nadie compra su producto, en lugar decidir cerrar su empresa, por ejemplo un bar, y dedicar su esfuerzo otra cosa, por ejemplo una empresa tecnológica, deciden romper la baraja y echar mano de la inmi gración, legal o muy a menudo ilegal, para vender el producto que han rechazado los trabajadores patrios. La justificación liberal es sencilla y aparentemente tiene su lógica: "Hay personas que sí están dispuestas, en el ejercicio de su libertad y de acuerdo a sus intereses, a trabajar en bares por un suelo más bien bajo y con horarios extensos. No dejarlos participar es ir contra la libertad del mercado". Veremos en seguida la falacia que esconde este argumiento.
6. LA SEGURIDAD JURÍDICA
Son los liberales quienes insisten, con mucha razón, en la seguridad jurídica como principio fundamental para el buen funcionamiento del mercado. No me extenderé mucho en ello porque es algo que cada dos por tres ellos mismos defienden en todos sus medios e, insisto, con mucha razón.
7. EL FUNDAMENTO DE LEY
Ahora bien, el fundamento de cualquier sistema legal es, primero, la FRONTERA y, segundo, en una teórica democracia, los acuerdos políticos a los que han llegado los individuos de esa frontera.
7.1. La frontera determina dónde se aplica un puñado de leyes y sobre qué individuos. Sin esta primera precisión, no hay forma de establecer ningún sistema de leyes, luego tampoco seguridad jurídica. Esta frontera la habrán de determinar los habitantes de un territorio que han establecido relaciones entre ellos.
7.2. Estos individuos pueden tomar, en el ejercicio de su libertad, por ejemplo, que los menores de edad no beban alcohol o que personas ajenas a la frontera que han determinado puedan establecerse sin ciertos permisos dentro de su territorio.
Si los individuos han decidido establecer la prohibición de beber alcohol a los menores, un supermercado estará sujeto a la obligación de no vender alcohol a los menores. Le guste o no al vendedor, los seres humanos también establecen libremente algunas normas de convivencia para el buen funcionamiento de la sociedad. Sería un despropósito que el vendedor de una bebida alcohólica que los adultos han rechazado por ser, tal vez, demasiado dulzona, se dedicara a vendérserla a menores que quieren beberla.
8. MANO DE OBRA EXTRANJERA
Algo así se produce cuando el empresario no encuentra trabajadores para su negocio. Con la excusa de que el "mercado" exige esa mano de obra extranjera, se dedica a promover la inmi gración, a veces legal, a veces ilegal, para vender un producto que ha sido rechazado por la comunidad.
Es cierto que la comunidad, en vista de una serie de necesidades, puede determinar que esos puestos puedan ocuparse con mano de obra extranjera. Esta sería la inmi gración legal y controlada. Ahora bien, esta es y debe ser siempre una decisión política consensuada por los individuos en una frontera, no una decisión de ese "mercado", que no es más que el deseo de un vendedor de colocar su producto a toda costa.
9. FRONTERAS ABIERTAS
Los liberales, con la expceción quizás de la nueva derecha, han sido tradicionalmente partidarios de la apertura de las fronteras, según nuevamente "las exigencias del mercado". Pero hemos visto que violar la frontera, como fundamento de la ley, arrasaría con la seguridad jurídica, que es lo que los liberales piden defender por encima de todo. Y la frontera solo puede flexibilizarse según decisiones políticas, libres y en función del interés de los ciudadanos, nunca del "mercado". Ell sería violar nuevamente el principio liberal: el derecho de cada cual a vivir su vida como quiera.
10. MERCADO INTERNACIONAL
Los empresaurios suelen decir, al tiempo que piden flexibilizar las fronteras para vender un producto que la sociedad ha rechazado libremente, que, si a los camareros no les gustan los salarios que pagan, estos tienen la libertad de irse a otro país. Ahora bien, según el necesario principio de las fronteras, un trabajador nacional carece de esa libertad de ir a otro país a trabajar si le apetece. Un país extranjero es libre de decidir si quiere o no quiere pagapensiones. En los países de Asia, por ejemplo, no se acepta inmi gración que venga a hacer trabajos no cualificados, como el de camarero, y solo acepta extranjeros que puedan aportar algo nuevo.
Un chino puedo abrir un negocio en España, pero un español encontrará muchas dificultades para establecerse en china. Por tanto, cuando se permite establecer trabajadores extranjeros en suelo español, y aun se le da residencia y nacionalidad no condicionadas a su aporte como trabajador, con demasiada flexibilidad, se está minando el derecho y la libertad de los españoles. El extranjero puede acogerse a dos sistemas de leyes distintos y decidir lo que le conviene en un país y lo que le conviene en otro. Un chino puede decidir en China cerrar el comercio de productos españoles, como su trabajo, en China y, a su vez, en España, abrir las fronteras a los productos chinos. Por eso, las fronteras y la residencia de extranjeros deben de estar estrictamente reguladas, so riesgo de perder la libertad y la democracia.
Bien, lo dejo por el momento, que ya va muy tocho. Espero poder discutir y desarrollar estas ideas con otros foreros.
Hablo de liberales de todo tipo: desde el delirante Losantos hasta una de las musas del foro, Lorenzo Ramírez.
Todo esto lo digo, nótese, desde mi cercanía al liberalismo. No intento hacer una defensa del socialismo, la progrería y demás desmanes ideológicos.
Intentaré ser medianamente breve e ir desarrollando algunas ideas si otros foreros tienen a bien abrir una discusión.
1. LA ESENCIA DEL MERCADO
La idea central de los liberales es el mercado libre. ¿Y qué es este mercado? Cada uno de los individuos que, conforme a sus intereses, en el uso de su plena libertad, deciden establecer relaciones de intercambio con otros individuos, según los términos que ambas partes establezcan.
2. EL MERCADO DE TRABAJO
Para los liberales, el trabajo que ofrece un ciudadano a cambio de un salario, así como el empleo que ofrece un empresario, son mercancías que cada una de las partes es libre de aceptar o rechazar, conforme a sus intereses, gustos o capricho, según quiera realizar su vida, una vida que puede decidir a su antojo.
Imaginemos que el mercado laboral es un supermercado.
Si un trabajador, digamos con una carrera de pinta y colorea, ofrece sus servicios en un estante, en forma de tarjetita, pero ningún empresario lo contrata, no compra esta tarjeta de servicios por el precio que pide, es que su producto no resulta interesante, luego tendrá que bajar su precio o retirar esa oferta del mercado.
Igualmente, un empresario puede ir a este mismo supermercado y colgar en uno de sus estantes su oferta laboral, por ejemplo de camarero, con ciertas condiciones laborales, un salario, etc. El individuo, en el ejercicio de su libertad, puede rechazar ese empleo porque no le resulta atractivo. En este caso, el empresario tiene dos opciones: subir el salario para hacer su oferta más atractiva o, por el contrario, retirar su oferta de empleo y, tal vez cerrar su empresa, como un vendedor de casetes de radio en su momento hubo de cerrarla, porque ya no se vendían.
3. LA DISTORSIÓN DEL MERCADO DE TRABAJO
Sin embargo, cuando esto último ocurre, que un individuo decide rechazar una oferta de trabajo porque no es atractiva y, por dar un ejemplo de la realidad, en España no se pueden encontrar miles de camareros, todos los medios de comunicación, oficiales y alternativos, que dicen defender el liberalismo, desde Losantos a Lorenzo Ramírez, comienzan a echar pestes de los individuos que han tomado la libre decisión de no aceptar esos productos ofrecidos por el empresario.
Recordemos que la libertad de elegir esto o aquel producto es la esencia del liberalismo. Contra este principio fundamental, los liberales se dedican a llamar vagos a todo aquel que sale de este supermercado sin comprar ninguna oferta de trabajo.
La excusa, aparte de llamarlos vagos, suele ser que el gobierno da paguitas, que los trabajdores son casapapis, vividores, etc.
3.1. Paguitas: es una anomalía del mercado, es cierto, y podemos discutir largo sobre ello. Pero los trabajadores suelen pagar una barbaridad en impuestos, entre ellos cotizaciones de jubilación, desempleo, sanidad, etc. Según la misma visión liberal, el trabajador que ha sido esquilmado a impuestos, ¿por qué habría de rechazar una paga, que no es para tanto, y aceptar la oferta de empleo? Aceptar esa oferta de empleo inmediatamente significaría seguir pagando casi la mitad de su salario en impuestos y renunciar a cualquier compensación.
3.2. Casapapis: esta excusa liberal me parece la más aberrante de todas y donde los liberales comienzan a mostrar sus vergüenzas. En el punto anterior, es admisible la crítica, pues la paguita es un extracto de quien sí trabaja. Sin embargo, si una persona libremente ha decidido vivir con sus padres, de unas rentas pequeñas, moderando su consumo, ¿no está el liberal comportándose como un socialista cuando le exige trabajar?
4. MERCADO SOBRE INDIVIDUO
Los liberales suelen utilizar muy a menudo la expresión "es que el mercado dicta", "es que las condiciones de mercado", y cosas semejantes, como si el mercado, contra lo que ellos pregonan, fuera una entidad epifenoménica de los individuos que lo conforman. NO. No olvidemos que el mercado es la libre decisión de los individuos que lo conforman. No existe un mercado, según la misma doctrina liberal, auténtica, por encima de lo que los individuos deciden tomar o dejar. NO EXISTE UN SALARIO DE MERCADO EN SÍ, EXISTE EL SALARIO QUE LOS INDIVIDUOS DECIDEN ACEPTAR O RECHAZAR LIBREMENTE. Si hay miles de camareros que prefieren quedarse en su casa, con sus padres por ejemplo, no están violando ninguna ley de mercado, sino que están haciendo mercado. Una persona es libre de comprar este teléfono, aquel teléfono o ningún teléfono.
5. LA inmi gración
Los liberales, cuando observan que nadie compra su producto, en lugar decidir cerrar su empresa, por ejemplo un bar, y dedicar su esfuerzo otra cosa, por ejemplo una empresa tecnológica, deciden romper la baraja y echar mano de la inmi gración, legal o muy a menudo ilegal, para vender el producto que han rechazado los trabajadores patrios. La justificación liberal es sencilla y aparentemente tiene su lógica: "Hay personas que sí están dispuestas, en el ejercicio de su libertad y de acuerdo a sus intereses, a trabajar en bares por un suelo más bien bajo y con horarios extensos. No dejarlos participar es ir contra la libertad del mercado". Veremos en seguida la falacia que esconde este argumiento.
6. LA SEGURIDAD JURÍDICA
Son los liberales quienes insisten, con mucha razón, en la seguridad jurídica como principio fundamental para el buen funcionamiento del mercado. No me extenderé mucho en ello porque es algo que cada dos por tres ellos mismos defienden en todos sus medios e, insisto, con mucha razón.
7. EL FUNDAMENTO DE LEY
Ahora bien, el fundamento de cualquier sistema legal es, primero, la FRONTERA y, segundo, en una teórica democracia, los acuerdos políticos a los que han llegado los individuos de esa frontera.
7.1. La frontera determina dónde se aplica un puñado de leyes y sobre qué individuos. Sin esta primera precisión, no hay forma de establecer ningún sistema de leyes, luego tampoco seguridad jurídica. Esta frontera la habrán de determinar los habitantes de un territorio que han establecido relaciones entre ellos.
7.2. Estos individuos pueden tomar, en el ejercicio de su libertad, por ejemplo, que los menores de edad no beban alcohol o que personas ajenas a la frontera que han determinado puedan establecerse sin ciertos permisos dentro de su territorio.
Si los individuos han decidido establecer la prohibición de beber alcohol a los menores, un supermercado estará sujeto a la obligación de no vender alcohol a los menores. Le guste o no al vendedor, los seres humanos también establecen libremente algunas normas de convivencia para el buen funcionamiento de la sociedad. Sería un despropósito que el vendedor de una bebida alcohólica que los adultos han rechazado por ser, tal vez, demasiado dulzona, se dedicara a vendérserla a menores que quieren beberla.
8. MANO DE OBRA EXTRANJERA
Algo así se produce cuando el empresario no encuentra trabajadores para su negocio. Con la excusa de que el "mercado" exige esa mano de obra extranjera, se dedica a promover la inmi gración, a veces legal, a veces ilegal, para vender un producto que ha sido rechazado por la comunidad.
Es cierto que la comunidad, en vista de una serie de necesidades, puede determinar que esos puestos puedan ocuparse con mano de obra extranjera. Esta sería la inmi gración legal y controlada. Ahora bien, esta es y debe ser siempre una decisión política consensuada por los individuos en una frontera, no una decisión de ese "mercado", que no es más que el deseo de un vendedor de colocar su producto a toda costa.
9. FRONTERAS ABIERTAS
Los liberales, con la expceción quizás de la nueva derecha, han sido tradicionalmente partidarios de la apertura de las fronteras, según nuevamente "las exigencias del mercado". Pero hemos visto que violar la frontera, como fundamento de la ley, arrasaría con la seguridad jurídica, que es lo que los liberales piden defender por encima de todo. Y la frontera solo puede flexibilizarse según decisiones políticas, libres y en función del interés de los ciudadanos, nunca del "mercado". Ell sería violar nuevamente el principio liberal: el derecho de cada cual a vivir su vida como quiera.
10. MERCADO INTERNACIONAL
Los empresaurios suelen decir, al tiempo que piden flexibilizar las fronteras para vender un producto que la sociedad ha rechazado libremente, que, si a los camareros no les gustan los salarios que pagan, estos tienen la libertad de irse a otro país. Ahora bien, según el necesario principio de las fronteras, un trabajador nacional carece de esa libertad de ir a otro país a trabajar si le apetece. Un país extranjero es libre de decidir si quiere o no quiere pagapensiones. En los países de Asia, por ejemplo, no se acepta inmi gración que venga a hacer trabajos no cualificados, como el de camarero, y solo acepta extranjeros que puedan aportar algo nuevo.
Un chino puedo abrir un negocio en España, pero un español encontrará muchas dificultades para establecerse en china. Por tanto, cuando se permite establecer trabajadores extranjeros en suelo español, y aun se le da residencia y nacionalidad no condicionadas a su aporte como trabajador, con demasiada flexibilidad, se está minando el derecho y la libertad de los españoles. El extranjero puede acogerse a dos sistemas de leyes distintos y decidir lo que le conviene en un país y lo que le conviene en otro. Un chino puede decidir en China cerrar el comercio de productos españoles, como su trabajo, en China y, a su vez, en España, abrir las fronteras a los productos chinos. Por eso, las fronteras y la residencia de extranjeros deben de estar estrictamente reguladas, so riesgo de perder la libertad y la democracia.
Bien, lo dejo por el momento, que ya va muy tocho. Espero poder discutir y desarrollar estas ideas con otros foreros.