"La farsa del trabajo femenino" (Qbit 2012)

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Imagino que publicar algo similar a esto a día de hoy es constitutivo de delito de repruebo.


La farsa del trabajo femenino
lunes, 27 agosto 2012 por qbit



Introducción.
Se hace necesario desmentir un tópico implantado desde hace décadas en la mentalidad de la población: el de la «incorporación de la mujer al mercado laboral», y relacionado con este, el de la utilidad del trabajo femenino. Me propongo aquí demostrar la falsedad de esos tópicos.
Las dos principales razones por los que el trabajo femenino es una farsa son la incorporación incompleta al mercado laboral, y la inutilidad práctica del trabajo femenino (peor todavía, su efecto dañino):

1. Incorporación laboral incompleta.
En primer lugar, la incorporación de la mujer al mercado laboral ha sido incompleta, porque no se ha realizado en todos los tipos de trabajo existentes. Por lo tanto, al ser incompleta, no puede afirmarse de manera estricta que la mujer se haya incorporado al mercado laboral, sino sólo a algunos sectores laborales.

Claro, que parece que se podría decir algo parecido de los hombres, los cuales no trabajan en todos los sectores laborales tampoco. Por ejemplo, los hombres no trabajan de niñeras o de limpiadores de casas u oficinas. Pero hay dos diferencias con el caso de las mujeres, que se irán viendo más claramente a continuación: Los hombres ocupan muchos puestos de trabajo distintos con más diversidad que las mujeres (tanto empleos finos como desagradables), desde antes que las mujeres y con más utilidad y productividad que las mujeres. Por eso, nunca se ha hablado de «la incorporación de los hombres al mercado laboral», porque los hombres han estado siempre en el mercado laboral, mientras que las mujeres históricamente solamente en unos poquitos sectores, pretendiendo entrar masivamente en las décadas recientes (que es lo que voy a demostrar que es falso).

Con esto no estoy demandando que las mujeres deban entrar a trabajar en el resto de sectores laborales, sino sólo mostrando la realidad de esa afirmación-tópico. En realidad, demando lo contrario, la expulsión de las mujeres de la mayoría de sectores laborales porque como explicaré más adelante, sólo han servido para degradar las correspondientes profesiones y para generar injusticias laborales.
La naturaleza femenina es en gran parte incompatible con el concepto de trabajar:
  • La debilidad física hace que las mujeres no valgan para desempeñar trabajos físicos, duros y cansados, o simplemente que no las quieran contratar porque saben que no van a rendir, y sobre todo, que ellas no quieran trabajar en esos empleos. Ejemplos: Llevar bombonas de butano a las casas, mover muebles en una mudanza, cavar zanjas para meter tuberías, trabajar de albañiles manejando ladrillos y sacos de cemento, bomberos, policías, etc.
  • Las cualidades psicológicas asociadas al papel biológico femenino las hacen incapaces para ejercer los cargos directivos en empresas y gobierno político, pues ejercer el poder es cosa de hombres. Ver «Hombres y mujeres (3): Empatía y capacidad de gobierno».
  • El egocentrismo femenino y su fijación por la imagen personal impide que quieran trabajar en empleos en los que se ensucian: Fontaneras, albañiles, pintoras, etc.
  • La mentalidad relacional (establecer relaciones personales) de las mujeres las inclina hacia empleos de relaciones personales (psicólogas, trabajadoras sociales, etc.) quedando el resto de empleos para los hombres, debido a su mentalidad instrumental (manejar herramientas): fontaneros, electricistas, conductores de autobús, etc.
El régimen feminista ha intentado suplir estas carencias de la naturaleza femenina con toda clase de medidas discriminatorias contra los hombres. Por orden cronológico de implantación:
  • Ventajas fiscales y rebajas en las cotizaciones a la Seguridad Social para que las empresas contraten mujeres en vez de hombres, así como otras ventajas como periodos de baja y horarios reducidos por maternidad.
  • Pruebas de acceso más facilitas que las de los hombres para que okupen puestos de bomberos, policías y soldados.
  • Sistema de cuotas para que mamarrachas okupen cargos en partidos políticos y en el gobierno político.
Las únicas medidas buenas de las anteriores son las de ayuda a la maternidad. El resto son medidas de ideología feminista, politización. El coste de aumentar la cantidad de mujeres «trabajando» lo asume el Estado. Al final, por este motivo y otros, el Estado va a la quiebra y se derrumba el gigantesco chanchullo feminista (y también los demás chanchullos) que tienen montado.
Según el grado de cualificación, de conocimientos requeridos para desempeñar los trabajos, estos se pueden clasificar en:
  • Poco cualificados: Pueden ser físicamente cansados, con lo que las mujeres no los van a ocupar (cavar, mudanzas, etc.). Pueden ser feos, sucios o algo peligrosos con lo que las mujeres tampoco los van a ocupar (fontanería, pintar paredes, tender cables). Incluso tampoco quieren ocupar empleos que requieran manejar herramientas (los citados de fontanería o electricista) o vehículos (conducir autobuses, camiones o trenes). Así que al final los empleos poco cualificados femeninos son de menos cualificación todavía que los masculinos, pues no requieren ningún conocimiento de manejar herramientas ni vehículos ni tampoco de ensuciarse: limpieza del hogar u oficinas, cuidar niños, cajeras de supermercados, vendedoras en tiendas.

  • Muy cualificados: Empleos intelectuales. En teoría algún ingenuo que no ha reflexionado sobre la naturaleza femenina ni sobre las diferencias psicológicas entre los sexos podría pensar que valen igualmente hombres que mujeres. Pero resulta que en realidad el egocentrismo femenino hace que las mujeres tengan su atención e inteligencia enfocada hacia sí mismas, a diferencia de los hombres, que dedican su atención y curiosidad hacia el exterior de sí mismos, como expliqué en «Hombres y mujeres (2): Egocentrismo, exhibicionismo y voyeurismo», que en la práctica significa que la capacidad de innovar, de crear, de inventar, y de descubrir (ciencia, tecnología, filosofía) es casi exclusivamente masculina, sobre todo añadiendo que la mayoría de genios son hombres y no mujeres. Así, no es de extrañar que los científicos, ingenieros o arquitectos más importantes sean solamente hombres, mientras las mujeres prefieran dedicarse a actividades de un rango más bajo como profesoras en universidad, médicos en centros de salud, o farmacéuticas.
Así, las nenas sólo quieren trabajar en empleos finos, limpios y bonitos. Por eso, hasta que no se alcanzó un nivel técnico suficientemente elevado que hiciera posible la aparición de multitud de empleos en el sector servicios que son los que reúnen esas condiciones que los hacen aptos para que las nenas los quieran okupar, las mujeres no han podido ni han querido entrar a trabajar, haciéndolo solamente en estos empleos finos.

2. Inutilidad del trabajo femenino.
De lo escrito antes (más lo que escribiré a continuación) se deduce una conclusión reveladora y terrible: El empleo femenino no tiene en realidad importancia.

Por un lado, en lo referente a empleos poco cualificados, como dije antes, los de los hombres tienen más valor que los de las mujeres, pues alguien tiene que tras*portar a la gente y las mercancías de un sitio a otro, en autobús, camión, tren o taxi, y eso lo hacen los hombres. Alguien tiene que reparar las averías del hogar o instalar sus infraestructuras, y eso lo hacen los fontaneros, los electricistas, los pintores y los técnicos del ADSL. Alguien tiene que mover muebles en mudanzas, llevar bombonas de butano o instalar el gas natural, o cavar zanjas para cambiar alguna tubería rota, etc. Todo eso es hecho por hombres, y no hay signos de que las mujeres quieran hacerlo.
Por el contrario, el empleo femenino poco cualificado lo pueden hacer los hombres perfectamente, como ser vendedores en tiendas, cajeros en supermercados, limpiar la casa u oficinas o incluso cuidar niños. Esto último lo realizan unas mujeres porque sus madres no lo quieran hacer por estar «trabajando» en empleos más cualificados, que luego criticaré, pero deberían ser ellas las que cuidaran a sus hijos, que para eso son sus hijos, y no dejarlo en manos extrañas.
En cuanto a los empleos cualificados, como escribí antes, los que hacen avanzar la sociedad con nuevos descubrimientos e inventos son hombres, mientras que las mujeres se limitan a sostener el entramado social. La mujer sólo mantiene y copia, no crea, no incentiva, no descubre. Al menos, aquí hay algunas que creo hacen algo útil, como médicas. La excepción que confirma la regla.
Pero hay una enorme cantidad de empleos femeninos, que ellas se creen que tienen cualificación, que tienen mérito, que no valen nada. Son un gran conjunto de empleos finos, limpios y bonitos inservibles, resultado de la burbuja improductiva del sector servicios de las últimas décadas que ahora con la megacrisis se derrumba. Voy a hacer una afirmación que parece exagerada pero que es cierta: La existencia de estos empleos está motivada en buena parte para complacer a los hombres o por motivos políticos feministas.

Por ejemplo, los empleos de presentadora de televisión son innecesarios. Bastaría enfocar un paisaje natural y que aparecieran las noticias en forma de subtítulos en la parte de abajo, o de abajo arriba o al revés y que el espectador los leyera. Con esto la empresa de televisión se ahorraría los sueldos de los presentadores de televisión. Pero claro, quedaría un tanto tosco y poco «humano». Queda más atrayente para el espectador poner a una nena joven y guapa. Y si se trata de un programa insulso, pues debe tener además unas buenas berzas y un buen balcón, como Anna Simón o Pilar Rubio. Lo mismo podría decirse de torpes que han hecho el ridículo más de una vez, como Sara Carbonero entrevistando a futbolistas. Está ahí por sus labios voluptuosos.

O qué decir del empleo de modelo de pasarela, y de la fama de tipas como Adriana Lima o Gisele Bundchen. Todo su valor lo reciben del interés que los hombres ponen en ellas, no de que hagan algo útil de verdad. No hablemos ya del prono o de la prespitación porque son casos extremos en la misma línea de lo que digo…

Pondré una anécdota que viví hace años. Estaba por la zona de Avenida de América y se llenó el metro de tías guapas y atractivas que salían de trabajar. Qué casualidad que no hubiera entre ellas antiestéticas. Así que una de dos, o hay una correlación entre belleza y competencia profesional, o es que las han dado trabajo porque lo que hacen (seguramente secretarias y administrativas) lo puede hacer cualquiera y así prefieren contratar a chicas atractivas y guapas que a antiestéticas. Seguro que la realidad es la segunda posibilidad, que coincide con mi experiencia laboral, y con lo que me he encontrado en empresas en donde he hecho entrevistas de trabajo: El criterio para contratar a una mujer suele ser estético para montones de sus trabajos insulsos.
Luego hay infinidad de empleos del sector «social» como psicólogas o trabajadoras sociales que no son más que el instrumento del Estado socialista para vigilar y controlar la sociedad para que no surjan focos de inadaptación social demasiado graves que lo pongan en peligro con revueltas, para lo cual una vez detectados se les da alguna paguita (como a etnianos o pagapensiones) y listo. O sea, la existencia de estos empleos tiene una motivación política.

Y así se podría seguir con toda clase de empleos a cual más innecesario y prescindible ejercidos por mujeres. Lo más grotesco es que ellas se lo tienen muy creído y se creen que tienen mucho mérito en lo que hacen, en un nuevo ejemplo de autoengaño. En general, la mujer conoce lo que es madrugar y lo que es cumplir un horario, pero no lo que es TRABAJAR. Con sus defectos enraizados en su naturaleza, (subjetividad, egocentrismo, debilidad, hipocresía, etc.), las mujeres degradan las profesiones en las que se instalan. Son causa y consecuencia de la decadencia social, política y económica en la que vivimos desde hace décadas:

«Es un hecho ya comprobado que aquellos sectores profesionales que se ven invadidos por mujeres decaen irremediablemente (educación, judicatura, periodismo, política, etc…). Por otra parte la mujer no llega masivamente a esos sectores más que cuando estos han entrado en franca decadencia y han perdido su antiguo prestigio. La incorporación masiva de mujeres agrava la tendencia y termina por hundir el sector.
No sólo es la presencia cada vez más masiva de mujeres en determinados sectores, sino como bien dices, esto va aparejado con un proceso de feminización de los hombres.»
(Arjun)

Fuente: La farsa del trabajo femenino
 
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El ESTADO, y su hijo, el CAPITALISMO, siempre hacen BIOPOLÍTICA, antes de una manera y ahora de otra. Veamos:

1- Después de las guerras (guerra civil en España y Segunda Guerra mundial) el dúo ESTADO-CAPITAL necesitaba natalidad correcta para compensar los millones de muertos, y para hacer crecer la población y así hacer crecer la economía (más obreros) y hacer crecer al ESTADO (más soldados). Esta etapa es de BIOPOLÍTICA NATALISTA.

En esta etapa todavía no estaba disponible la siguiente herramienta, el FEMINISMO (que es neo-patriarcado).

2- Una vez agotada la etapa anterior, y como los bebés son caros para el ESTADO y no pagan impuestos de forma directa, y no consumen tanto como los adultos, el dúo ESTADO-CAPITAL impulsa la falsa emancipación femenina, llamada FEMINISMO (junto a la liberación sensual). De tal forma que se lanza a la mujer al mundo académico y laboral, para que el dúo ESTADO-CAPITAL tenga más pagadores de impuestos y más consumidores. Así crecen aún más el ESTADO y el GRAN CAPITAL. Obviamente la natalidad cae en picado, pero al dúo ESTADO-CAPITAL no le importa, porque de hecho le gusta, porque de hecho ese era el objetivo, porque así el ESTADO cada vez crece más y el CAPITALISMO cada vez crece más. Esta etapa es de BIOPOLÍTICA FEMINISTA (en el caso de España esta etapa estuvo a caballo del final del franquismo y principio de la tras*ición, con un feminismo no explícito, es decir no progresista).

En esta etapa todavía no estaba disponible la siguiente herramienta, el INMIGRACIONISMO.

3- Una vez agotada la etapa anterior (con el feminismo ya disfuncional y sólo operativo mediante violencia legislativa) y con la economía y la modernidad tocando techo (es decir, iniciando su caída), el dúo ESTADO-CAPITAL da el siguiente paso, que es el de la sustitución poblacional por inmi gración, que llega esclava de serie. Así, además de dar un último impulso a la economía, dicho dúo se garantiza que la población esté compuesta por gentes que han llegado de lugares y culturas en las que no se conocen conceptos tales como libertad, individuo, revolución, etc. y que por lo tanto aceptarán todo lo que el dúo ESTADO-CAPITAL les tiene preparado de cara a construir la nueva sociedad del futuro adaptada para el fin de la economía de mercado, del consumismo, del bienestarismo, etc. Simplemente por ahora (por ahora) la inmi gración está siendo fidelizada con los estertores del bienestarismo. Esta etapa es de BIOPOLÍTICA EXTERMINACIONISTA.

La inmi gración sirve para poner fin al BIENESTARISMO (que es insostenible y antinatura y anti todo lo que es puramente humano) y que el PUEBLO no se vuelque contra el ESTADO y las castas de expertos que le prometieron progreso infinito. La inmi gración servirá para que el PUEBLO se enfrente entre y sí y, por tanto, TODOS ELLOS (autóctonos e pagapensiones), finalmente pidan MÁS Y MÁS Y MÁS ESTADO PROTECTOR que proteja al PUEBLO DE SÍ MISMO. En concreto los fiel a la religión del amores son los más ESTATÓFILO-ESTATODEPENDIENTE de todos los pagapensiones, en concreto son ISLAMOFASCISTAS... y los trae EL PROGRESISMO FASCISTA. Porque fascismo es eso, ESTADO, ESTADO y nada más que ESTADO.

La mayor parte de la gente no quiere entender que esta y no otra es la realidad, que es la realidad de la LÓGICA DEL PODER; la lógica del PODER CONCENTRADO que todos aplauden y sostienen: PODER CONCENTRADO EN SEGURIDAD Y DEFENSA, PODER CONCENTRADO POLÍTICO, PODER CONCENTRADO JUDICIAL, PODER CONCENTRADO ECONÓMICO, PODER CONCENTRADO SANITARIO, PODER CONCENTRADO EDUCATIVO, etc.

Todo el mundo permite, consiente, aplaude, estimula, motiva, impele, patrocina, potencia, propulsa, fomenta, incita, promueve, financia, impulsa, respalda, secunda, favorece, auspicia, ampara, apoya, asiste, auxilia, favorece y promociona la existencia de todos esos PODERES CONCENTRADOS, para luego ponerse a llorar y patalear por los resultados de su PROPIA COSMOVISIÓN.

Los izquierdistas-progresistas no asumen su responsabilidad y echan la culpa de todo a los de derechass-fascistas.

Los de derechass-fascistas no asumen su responsabilidad y echan la culpa de todo a los izquierdistas-progresistas... y a grupos de poder oculto (judíos, masones, illuminati, jesuitas, sionistas, globalistas, etc.).

Todos ellos, por contra, ESTÁN FUSIONADOS en otras cosas, en las decisivas, por ejemplo en su fanático progresismo material (bienestarismo, tecnofilia, etc.), y en su fanática defensa del ESTADO ("estado bueno") y/o del CAPITALISMO ("capitalismo bueno").

Todos ellos se irán a la FOSA COMÚN DE LA HISTORIA (eso es lo que el dúo ESTADO-CAPITAL les tiene preparado), divididos, enfrentados, odiándose entre ellos y creyendo que tienen razón.
 
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