Le quiero ver el shishi.
Millones de mujeres negras utilizan cremas y tratamientos para blanquear su piel. ¿Qué les lleva a querer cambiar su tono? ¿Triunfan más con la piel clara?
Irene Major antes y después de someterse al blanqueamiento la piel (y no descartamos algún retoque más).
Las acusaciones de fomentar el racismo vertidas a la cadena de tiendas Holland & Barrett por vender un producto para blanquear la piel, han reabierto el debate sobre cómo la industria del entretenimiento mundial está fomentando los deseos de aclarar sus pieles para miles de mujeres negras.
El último ejemplo de esta obsesión por cambiar el tonalidad de piel, lo tenemos en el caso de Gabriel Aubry, quien ha sido denunciado por su exmujer, la actriz Hally Berry, por intentar blanquear la piel de su hija. Mientras Berry ha alegado ante el juez que este cambio estético está causando daños psicológicos en la pequeña, del otro lado cientos de mujeres negras se someten a estos tratamientos motu proprio.
El estándar de ideal femenino que se muestra al mundo entero tiene pieles más claras y brillantes, y aclarar su tez oscura se ha convertido en una obsesión para mujeres como la exmodelo Irene Major, esposa del magnate petrolero canadiense Sam Mail, quien ha reconocido que ha usado y usa todo tipo de cremas para aclarar la piel.
Pero no sólo influye la imagen de las celebrities y famosas. Valorar más a aquellas mujeres con la piel menos de color forma parte de su propia cultura. Como explica Rebecca Ley en el Daily Mail, en muchos países jovenlandeses el tonalidad de la piel marca la clase social, y tenerla más clara supone un mayor estatus.
Pese a que los blanqueadores mueven millones en todo el mundo, muchas mujeres tienen que ocultar que los usan o desearían usarlos porque no está bien visto socialmente.Sin embargo, es precisamente el significado social de tener la piel más o menos oscura lo que las lleva a usar unos productos que, en ocasiones, pueden ser peligrosos para su salud.
“Las mujeres con la piel más clara son más bonitas”
Irene, de origen camerunés, explica que en su país –como en otros muchos del continente africano–, el hecho de tener la piel más clarano sólo supone no sólo más facilidades para ocupar un lugar diferente en la escala social, sino que también es signo de belleza.
“Hay muchos tipos de piel diferentes en África y hemos crecido sabiendo que las mujeres con tonos más ligeros son los más lindas. Es simplemente un hecho”, explica la exmodelo de 34 años.
“Todos los hombres neցros jovenlandeses ricos y exitosos se casan con chicas blancas o de piel muy clara porque ellos también han crecido pensando que la piel menos oscura es más bonita”, explica su hermana pequeña, Elsa Major.
Todavía existen muchas jerarquías establecidas en función del tonalidad de la piel, y esto influye a muchas niñas africanas que crecen sabiendo que el tono de sus pieles marcará su futuro. Pero sólo el de ellas: “No importa lo oscuro que sea un hombre, por supuesto, toda la presión es sobre las mujeres”, sentencia Elsa.
Irene ha probado todo tipo de productos para cambiar su apariencia y no se avergüenza en declarar que seguirá haciéndolo: “Cuando mi piel es más clara me siento más bonita. La gente te juzga por ellopero así es como me siento”.
Un tabú de consumo generalizado
Aunque para Irene, que vive en una mansión de un buen barrio con su multimillonario marido, el acceso a los productos blanqueantes y su uso no suponen ningún problema, insiste en que “en algunas comunidades la presión sobre las mujeres por utilizar este tipo de productos es abrumadora”.
En general, ni se habla de ello ni se quiere reconocer públicamente que se utilizan este tipo de cosméticos, pero cualquiera puede usarlos y “todo el mundo lo hace”, comenta la rica exmodelo: “Basta con mirar a todas las estrellas del pop cuya piel es de un tonalidad mucho más claro en los últimos años. Muchas celebrities lo hacen pero se hace la vista subida de peso”.
Otro ejemplo es el de la presentadora de televisión Angela Agor, de 41 años, quien también compró diferentes productos blanqueadores –“algunos legales y otros no”, comenta– y consiguió solucionar un problema de manchas oscuras alrededor de sus ojos igualando el tono de su rostro.
La industria mundial del blanqueamiento de piel
No se trata de cosméticos ilegales. Al contrario. Las cremas para aclarar el tono de la piel pueden encontrarse en los estantes de cualquier farmacia. “Desde productos de alta gama como Elizabeth Arden o Clinique, hasta marcas de uso doméstico como Garnier” fabrican blanqueadores de piel, explica Ley.
Productos que mueven millones de euros al año y que se venden en todo el mundo. De ahí que las críticas surgidas hacia la crema de Holland & Barrett haya sorprendido a muchas de sus usuarias.
Generalmente se venden como cremas especializadas en eliminar manchas de la piel o cicatrices. En el caso del producto que ha levantado la polémica en Reino Unido “contiene también un alga marrón llamado Ascophyllum nodosum que tiene propiedades probadas que ayudan a blanquear la piel”, según explicó un portavoz de la cadena.
Los peligros del mercado ilegal de cremas
“Hay un mercado en auge en cremas ilegales, jabones y pastillas, muchos contienen ingredientes altamente perjudiciales tales como el mercurio, el cloro y el ácido”, explica Ley.
La opinión pública que se muestra en contra del uso y fabricación de estos productos, se refiere especialmente a aquellos elaborados con productos dañinos como la hidroquinona, unas sustancia química oficialmente prohibida en la UE.
Sin embargo, no es difícil encontrar productos que contengan hidroquinona e incluso muchos dermatólogos los pueden recetar para personas con problemas importantes de piel.
El riesgo reside en que esta sustancia elimina la capa superior de la piel y con ella también la defensa natural del cuerpo contra las infecciones o el sol, por lo que aumenta el riesgo de cáncer de piel. Además, al entrar en el torrente sanguíneo puede causar daños en el hígado que deriven en fallos renales.
La libertad de escoger su tono de piel
Los usuarios de este tipo de productos insisten en que es una elección personal que no debe ser juzgada ni castigada por la sociedad. “Creo que cada mujer es libre de hacer lo que quiera y yo, personalmente, me siento mejor ahora que mi piel está más clara”, comenta Irene.
Por su parte, Elsa insiste en que el blanqueamiento de piel es su elección y nadie debería opinar sobre ello: “Yo nunca juzgaría a una mujer blanca por broncear su piel”, alega.
Igualmente Agor defiende el derecho de las mujeres negras a usar productos para aclarar su tono de piel comparándolo con otros cambios estéticos como teñirse el pelo. “Simplemente no entiendo el alboroto alrededor de esa crema de Holland & Barrett”, comenta la también cantante y actriz.
En un intento de alcanzar el estatus decelebrities,las hermanas han creado su propio grupo de música pop. Desde su nueva posición de artistas “conocidas”, reconocen públicamente haberse sometido a tratamientos blanqueantes y declaran que la elección de esta carrera musical alimenta aún más sus deseos de ser cada vez más pálidas.
Millones de mujeres negras utilizan cremas y tratamientos para blanquear su piel. ¿Qué les lleva a querer cambiar su tono? ¿Triunfan más con la piel clara?
Irene Major antes y después de someterse al blanqueamiento la piel (y no descartamos algún retoque más).
Las acusaciones de fomentar el racismo vertidas a la cadena de tiendas Holland & Barrett por vender un producto para blanquear la piel, han reabierto el debate sobre cómo la industria del entretenimiento mundial está fomentando los deseos de aclarar sus pieles para miles de mujeres negras.
El último ejemplo de esta obsesión por cambiar el tonalidad de piel, lo tenemos en el caso de Gabriel Aubry, quien ha sido denunciado por su exmujer, la actriz Hally Berry, por intentar blanquear la piel de su hija. Mientras Berry ha alegado ante el juez que este cambio estético está causando daños psicológicos en la pequeña, del otro lado cientos de mujeres negras se someten a estos tratamientos motu proprio.
El estándar de ideal femenino que se muestra al mundo entero tiene pieles más claras y brillantes, y aclarar su tez oscura se ha convertido en una obsesión para mujeres como la exmodelo Irene Major, esposa del magnate petrolero canadiense Sam Mail, quien ha reconocido que ha usado y usa todo tipo de cremas para aclarar la piel.
Pero no sólo influye la imagen de las celebrities y famosas. Valorar más a aquellas mujeres con la piel menos de color forma parte de su propia cultura. Como explica Rebecca Ley en el Daily Mail, en muchos países jovenlandeses el tonalidad de la piel marca la clase social, y tenerla más clara supone un mayor estatus.
Pese a que los blanqueadores mueven millones en todo el mundo, muchas mujeres tienen que ocultar que los usan o desearían usarlos porque no está bien visto socialmente.Sin embargo, es precisamente el significado social de tener la piel más o menos oscura lo que las lleva a usar unos productos que, en ocasiones, pueden ser peligrosos para su salud.
“Las mujeres con la piel más clara son más bonitas”
Irene, de origen camerunés, explica que en su país –como en otros muchos del continente africano–, el hecho de tener la piel más clarano sólo supone no sólo más facilidades para ocupar un lugar diferente en la escala social, sino que también es signo de belleza.
“Hay muchos tipos de piel diferentes en África y hemos crecido sabiendo que las mujeres con tonos más ligeros son los más lindas. Es simplemente un hecho”, explica la exmodelo de 34 años.
“Todos los hombres neցros jovenlandeses ricos y exitosos se casan con chicas blancas o de piel muy clara porque ellos también han crecido pensando que la piel menos oscura es más bonita”, explica su hermana pequeña, Elsa Major.
Todavía existen muchas jerarquías establecidas en función del tonalidad de la piel, y esto influye a muchas niñas africanas que crecen sabiendo que el tono de sus pieles marcará su futuro. Pero sólo el de ellas: “No importa lo oscuro que sea un hombre, por supuesto, toda la presión es sobre las mujeres”, sentencia Elsa.
Irene ha probado todo tipo de productos para cambiar su apariencia y no se avergüenza en declarar que seguirá haciéndolo: “Cuando mi piel es más clara me siento más bonita. La gente te juzga por ellopero así es como me siento”.
Un tabú de consumo generalizado
Aunque para Irene, que vive en una mansión de un buen barrio con su multimillonario marido, el acceso a los productos blanqueantes y su uso no suponen ningún problema, insiste en que “en algunas comunidades la presión sobre las mujeres por utilizar este tipo de productos es abrumadora”.
En general, ni se habla de ello ni se quiere reconocer públicamente que se utilizan este tipo de cosméticos, pero cualquiera puede usarlos y “todo el mundo lo hace”, comenta la rica exmodelo: “Basta con mirar a todas las estrellas del pop cuya piel es de un tonalidad mucho más claro en los últimos años. Muchas celebrities lo hacen pero se hace la vista subida de peso”.
Otro ejemplo es el de la presentadora de televisión Angela Agor, de 41 años, quien también compró diferentes productos blanqueadores –“algunos legales y otros no”, comenta– y consiguió solucionar un problema de manchas oscuras alrededor de sus ojos igualando el tono de su rostro.
La industria mundial del blanqueamiento de piel
No se trata de cosméticos ilegales. Al contrario. Las cremas para aclarar el tono de la piel pueden encontrarse en los estantes de cualquier farmacia. “Desde productos de alta gama como Elizabeth Arden o Clinique, hasta marcas de uso doméstico como Garnier” fabrican blanqueadores de piel, explica Ley.
Productos que mueven millones de euros al año y que se venden en todo el mundo. De ahí que las críticas surgidas hacia la crema de Holland & Barrett haya sorprendido a muchas de sus usuarias.
Generalmente se venden como cremas especializadas en eliminar manchas de la piel o cicatrices. En el caso del producto que ha levantado la polémica en Reino Unido “contiene también un alga marrón llamado Ascophyllum nodosum que tiene propiedades probadas que ayudan a blanquear la piel”, según explicó un portavoz de la cadena.
Los peligros del mercado ilegal de cremas
“Hay un mercado en auge en cremas ilegales, jabones y pastillas, muchos contienen ingredientes altamente perjudiciales tales como el mercurio, el cloro y el ácido”, explica Ley.
La opinión pública que se muestra en contra del uso y fabricación de estos productos, se refiere especialmente a aquellos elaborados con productos dañinos como la hidroquinona, unas sustancia química oficialmente prohibida en la UE.
Sin embargo, no es difícil encontrar productos que contengan hidroquinona e incluso muchos dermatólogos los pueden recetar para personas con problemas importantes de piel.
El riesgo reside en que esta sustancia elimina la capa superior de la piel y con ella también la defensa natural del cuerpo contra las infecciones o el sol, por lo que aumenta el riesgo de cáncer de piel. Además, al entrar en el torrente sanguíneo puede causar daños en el hígado que deriven en fallos renales.
La libertad de escoger su tono de piel
Los usuarios de este tipo de productos insisten en que es una elección personal que no debe ser juzgada ni castigada por la sociedad. “Creo que cada mujer es libre de hacer lo que quiera y yo, personalmente, me siento mejor ahora que mi piel está más clara”, comenta Irene.
Por su parte, Elsa insiste en que el blanqueamiento de piel es su elección y nadie debería opinar sobre ello: “Yo nunca juzgaría a una mujer blanca por broncear su piel”, alega.
Igualmente Agor defiende el derecho de las mujeres negras a usar productos para aclarar su tono de piel comparándolo con otros cambios estéticos como teñirse el pelo. “Simplemente no entiendo el alboroto alrededor de esa crema de Holland & Barrett”, comenta la también cantante y actriz.
En un intento de alcanzar el estatus decelebrities,las hermanas han creado su propio grupo de música pop. Desde su nueva posición de artistas “conocidas”, reconocen públicamente haberse sometido a tratamientos blanqueantes y declaran que la elección de esta carrera musical alimenta aún más sus deseos de ser cada vez más pálidas.
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