Esas celebraciones aun perdura un poquito:
febrero: el S. Blas y sus romerias
mayo: la fiesta de los mayos, la primavera
agosto: esta se traslado una semana antes, al 25 de julio, el dia grande. Ahora no es la fiesta de Lug, es de alguien parecido, el Hijo del Trueno.
noviembre: el Samain y todos los santos
Hace tiempo abri otro hilo sobre este mismo asunto. Marco Garcia - Quintela, de la Universidad de Santiago, publico
un articulo muy currado sobre pervivencias del calendario celta en el año festivo de dos parroquias gallegas, San Pedro de Cereixa y Santa Marina de Augas Santas. En Cereixa se celebran San Blas y San Lorenzo (10 de agosto). San Blas era un banquete nocturno en el fondo del valle, en un robledal, entre hogueras. San Lorenzo, en cambio, era en el punto mas alto de la parroquia y se relacionaba con el agua y la lluvia. Quintela propone que se trata de un contraste (alto - bajo, noche - sol, fuego - lluvia) tipico de la religion celta, que considera "dualista".
He estado repasando el hilo y veo que puede haber confusion entre los filid y los druidas.
Los druidas siguieron existiendo en Irlanda varios siglos despues de San Patricio y la supuesta "conversion" de la isla, y la ley les reconocia un cierto status. Sin embargo, fueron los
filid los que superaron con exito la tras*icion al cristianismo. Tenian un status legal y un poder enormes, disfrutaban de grandes privilegios y los reyezuelos los mimaban y los cubrian de regalos porque una satira podia convertirlos en el hazmerreir de todo el pais. Su arte y su sabiduria gozaban de un prestigio tan grande, que la Iglesia no se enfrento con ellos abiertamente sino que establecieron una alianza.
Era tal el prestigio de la cultura vernacula que en el "
Auraicept", del siglo VII, se defiende que el irlandes es superior a todas las demas lenguas que surgieron en Babel, incluyendo el griego, el latin y el hebreo.
El que quiera profundizar en este asunto tendra que leer "The Christian Druids: On the filid or philosopher-poets of Ireland", de John Minahane, un libro fascinante sobre una cultura agrafa y al mismo tiempo sutil y sofisticada, que reverenciaba a los poetas y a la poesia.