INTERESANTE ARTÍCULO DESDE EL PUNTO DE VISTA LIBERAL SOBRE EL CASOPLON DE LA PODEMITA PILI ZABALA
La candidata a lehendakari de Podemos, Pili Zabala, ha sido protagonista en los últimos días de una interesante polémica, al ser la propietaria de una casa en Zarauz valorada en más de un millón de euros. ¿Es ético y coherente que una podemita tenga un casoplón que sólo se encuentra al alcance de un millonario?
Ante la polémica suscitada, la propia Zabala ha explicado que el origen del dinero con el que compró la casa es un accidente de tráfico por el que fue indemnizada al perder las falanges de dos dedos en la mano derecha, al ser odontóloga, diestra y joven.
¿Por qué es inmoral tener dinero?
Hay dos posibles explicaciones. La primera es que mientras uno se compra una casa de un millón de euros hay gente el mundo muriendo de hambre. En este caso, la inmoralidad no radicaría en el mero hecho de ganar dinero, sino en qué hacer luego con él. Pudiendo comprar comida a los pobres, uno se lo gasta en una casa. No en una casa cualquiera, sino en una casa estupenda en primera línea de playa. En este sentido Pili Zabala sería culpable. En este sentido seguramente todos somos culpables. Es decir, probablemente el mero hecho de vivir donde vivimos nos ubica en el top 5% de la población mundial. Si abrimos nuestro armario hay más de un traje. Podríamos tener una casa más pequeña, un coche más pequeño y entregar la diferencia a la gente del 95%. ¿Por qué no lo hacemos? Es posible que la disyuntiva no sea ser rico o ser santo, sino algo más complejo. Con toda probabilidad hay más peldaños entre el rico que no comparte nada y el santo que si tiene dos túnicas vende una para darle el dinero a los pobres. También puede ser que un rico, invirtiendo, arriesgando y poniendo en marcha negocios, combata más eficazmente la pobreza que regalando camisetas. Por consiguiente, tendría mucho mérito que Pili Zabala hubiera repartido el dinero de la indemnización entre los pobres, pero no hacerlo no le convierte automáticamente en una inmoral y una malvada. Ahora bien, si Pili Zabala no es una inmoral y una malvada por haberse comprado una casa de un millón de euros en vez de dárselo a los pobres, tampoco lo son el resto de personas que se compran una casa de lujo en vez de dar el dinero a los pobres, no digamos si dedican ese millón de euros u otros a crear empresas y negocios.
La otra explicación de que ser rico sea inmoral tiene que ver con el origen del dinero. Aquí sí que hay una contradicción más flagrante para ser de Podemos y tener dinero. Esto es así porque la ideología izquierdista viene a sostener que lo que uno gana es lo que pierde otro. Para que unos sean ricos, otros tienen que ser pobres. Para añadir una moneda a la cartera de alguien, hay que sacar antes esa moneda de la cartera de otro. El que tiene muchas monedas en la cartera, es que ha quitado muchas monedas a los demás. Es por ello que la acumulación de riqueza sería mala en sí misma y la sociedad ideal debería ser igualitaria. En virtud de esta forma de ver el mundo, una persona no puede tener dinero y ser de Podemos. O no puede tener dinero y considerarse buena persona.
En el caso de Pili Zabala, la justificación de tener un patrimonio importante sería haberlo cobrado en concepto de indemnización por un accidente. Pero esto no tiene demasiado sentido, como si haber cobrado por tener un accidente fuera más provechoso para lo sociedad o más legítimo para el perceptor que haber ganado ese dinero por trabajar o por haber montado un negocio que ha funcionado bien. Entre tener un millón de euros por ganar un sorteo o tras haber puesto en marcha tres pescaderías, ¿alguien cree que tiene más mérito o es más jovenlandesal el que ha ganado un sorteo?
Hay que aclarar que la cuestión no es si la candidata de Podemos es una inmoral por tener un millón de euros según nuestro criterio, sino según su propio criterio. Paradójicamente, es según su criterio y no según el nuestro que a Pili Zabala quizá habría que considerarla una inmoral. Para nosotros no lo es ni se debería sentir así. Lo que quizá sí sea es una incoherente. No puede tener una vara de medir para la riqueza de ella y los suyos y otra para la de los demás.
Finalmente, podría subrayarse que la candidata de Podemos, según parece desprenderse del relato, habría sido cubierta y muy bien cubierta ante una circunstancia azarosa y negativa por un contrato con una aseguradora privada, de lo cual nos alegramos. ¿Quién necesita al estado?