El problema es que hay algunas banderillas que han resultado desastrosas, con efectos adversos muy graves y muertes constatadas, y la reacción de las autoridades es siempre a) negarlo y b) seguir poniéndola. No se admite duda alguna y todo está siempre bien. Cuando hay asociaciones de afectados, son gente que está loca, o cualquier otra excusa.
Con ese extremismo ideológico lo único que consiguen es que la gente meta en el mismo saco a todas las banderillas. Aparte de que la credibilidad del gobierno queda por los suelos.