La Agencia Tributaria vulnera la Ley de Protección de datos de terceros por sistema, y además con el fin de causar un daño irreversible a esos terceros.
Este artículo va de un tema muy serio, de esos que escandalizarían a cualquier persona con un mínimo de sentido común. De esos que en la España de hoy hemos normalizado, como que, por ejemplo, los menores de edad puedan abortar o someterse al tratamiento de hormonas sin el consentimiento de sus padres.
O que un señor argentino, como Gerardo Pisarello, esté cobrando de los españoles más de 100.000 euros al año por trabajar CONTRA los intereses de España, desde posiciones independentistas ¿Te lo puedes imaginar a la inversa, un español cobrando de los argentinos y trabajando contra los intereses de Argentina? Por supuesto que no. Y eso ocurre porque los argentinos pueden ser muchas cosas, pero NO SON TAN iluso como para votar a alguien que te quiere destruir.
El tema va de la Agencia Tributaria, la protección de datos y el derecho de ésta a la exposición pública para provocar el escarnio y descrédito social.
Y antes de contar de qué va la historia, una historia que es real pues la he vivido hace un par de días en primera persona, os pondré un ejemplo para que sepáis de que va la cosa.
Una historia de ficción a modo de ejemplo: me han quitado todos los puntos de carné de conducir.
Imaginaos que yo me he quedado sin puntos de carné de conducir porque he acumulado muchas multas, o bien porque conduciendo he provocado una muy subida de peso. Yo por mi parte podré estar de acuerdo con la DGT o no, pero así son las cosas y esos son los hechos: no tengo puntos y no puedo conducir hasta que los recupere.
Hasta ahí bien.
Pero ahora mira tú por donde la DGT, no conformándose con dejarme sin carné y para agravar el castigo, envía un sms a todos los vecinos de mi comunidad informándoles de mi situación: que no tengo puntos y por tanto no puedo conducir, y que si me ven coger un choche me denuncien mediante tal o cual vía que indican en el mismo sms.
Seguramente alguno se esté riendo, pues esto que acabo de decir lo verá como algo distópico, que más bien parece de un relato de ciencia ficción.
De la historia de ficción pasamos a la realidad: la AEAT y la vulneración por sistema de la Ley de Protección de Datos.
Pues resulta que esa historia no es ciencia ficción para la Agencia Tributaria, porque eso es precisamente lo que hace con las empresas o trabajadores autónomos que están en situación de embargo ante Hacienda. Utiliza los datos de terceros, no sólo para hacerlos públicos, sino para utilizarlos de manera perversa y con el animo de provocar un perjuicio a esos terceros.
Resulta que recibo hace unos días una notificación de la Agencia Tributaria (AEAT). Y como todo lo que viene de la AEAT es para acojonarse, procedía a abrir la notificación a toda leche.
Lo primero que veo es que hay una orden de embargo por valor de 40.000 euros. Imaginaros el corazón cuando se os pone del revés y los huevones por corbata. Ese era yo.
Luego leyendo más detenidamente veo que se trata de una deuda que pesa sobre una empresa X, la cual me prestó un servicio hace un par de años. Un servicio por el cual pagué una cifra de cuatro dígitos. Yo fui cliente puntual de esa empresa, y Hacienda lo sabe porque en la factura figuraba mi nombre y nif.
Resulta que lo que hace la AEAT cuando pesa un embargo sobre un contribuyente, y ese contribuyente tiene relaciones con otras personas de las que obtiene rentas o remuneraciones, es enviar misivas a todos aquellos que hayan tenido algún vínculo comercial con esa empresa o persona para advertirles de que si tienen alguna deuda con ellos, no se las pagues a ellos sino a la AEAT.
Dicho en Cristiano: el señor A debe a la AEAT 30.000 euros, y yo, el señor B, le debo 1000 euros al señor A, pongamos por caso.
Pues bien, la AEAT te dice mediante nota ejecutiva que esos 1000 pavos deberás pagárselos a la Agencia Tributaria, y si no lo haces se te caerán todos los pelos de las narices de la multa que te echarán. En el mejor de los casos, si no tienes ninguna deuda pendiente con el señor A, estás OBLIGADO a responder a la AEAT en un plazo de 10 días, pues de otra forma te caerá una sanción. En cualquier caso tienes que responder dentro de ese plazo.
Y ahora viene la respuesta de algún iluso que, sin pararse a pensar antes de hablar, al leer esto te dice "claro, eso el lógico, pues lo hace para cobrar el dinero que le deben..." como si esa práctica fuese lo más normal del mundo, y además le pareciese estupendo.
Al iluso, ese que habla sin pensar, le respondo lo siguiente:
1º Si un tercero tiene deudas con hacienda, no se tiene que involucrar a nadie más, tenga relación comercial con él o no la tenga. ¿Qué huevones tengo yo que ver con las deudas del vecino? ¿A qué viene acojonarme y andar molestándome, teniendo que contestar que "no tengo deudas con ese señor", bajo pena de sanción si no lo hago?
2º Esto es una flagrante vulneración de la ley de protección de datos del deudor, porque pone al descubierto una información negativa que tiene un tercero, de la cual yo ni nadie tenemos por qué saber nada.
3º Sumado a lo anterior, y como agravante, esta práctica supone una exposición pública de una información que provoca un perjuicio grave al deudor, creando una animadversión pública hacia él y su actividad comercial o laboral. Esto seguramente le resultará muy gracioso a alguno. Naturalmente ese alguno siempre piensa que a él no le tocará. Es lo que suele ocurrir a quienes tienen una neurona por cerebro.
4º Porque si algún cenutrio me responde que "eso Hacienda lo ha hecho siempre", le digo que no podemos convertir en normal lo que es totalmente besugo y una práctica medieval, de aquellos tiempos donde los derechos de la gente no valían una cosa. Hablamos de un despropósito legal de cabo a regazo. Por cierto, que fue el ministro Montoro, un supuesto liberal de derechas quien gestó este sistema. Fue el que pensaba hacer un listado de los jovenlandesesos con Hacienda, y exponerlo públicamente. Y lo peor es que la gente de a pie en general le parecía estupendo, lo que me lleva a pensar que ya desde antes de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo ya éramos estúpidos o muy estúpidos. Y somos estúpidos porque siempre pensamos que las cosas malas siempre le ocurrirán al prójimo, y nunca a nosotros (porque somos mu'güenos)
Un organismo público, se llame Hacienda o Ministerio de Agricultura, no puede exponer a la gente de esa forma. Porque nos olvidamos que en un Estado de Derecho, el único que puede revelar los datos confidenciales de alguien es un juez a través de una resolución motivada, y siempre restringida a un colectivo particular, y no al público en general.