Lo que pasa es que la gente en edad de acceder a la universidad observa cómo es el entorno laboral de las ingenierías a través de familiares y/o conocidos. Después de esa observación cada vez más jóvenes concluyen que no compensa estudiar ingeniería. El ratio recompensa frente a esfuerzo da un resultado nefasto. En España solamente están bien a nivel laboral los enchufados, los funcionarios y los empleados de empresas cuasiestatales.