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Nos reúne el jefe hace unos días. Nos dice que la cosa está peor de lo que dicen. Los ingresos de la Generalitat han caído al nivel de 2006, el gasto sanitario es un 80% superior al año 2006.
Fundido en neցro y flashback
Septiembre de 2007 a la vuelta de las vacaciones. Estamos tomando un café unos cuantos compañeros de trabajo. Alguien dice que acaba de comprar un apartamento en la costa brava sobre plano y que su vecino de apartamento ha dado la entrada para 5. Le comento amablemente que ha llegado tarde a la fiesta del pasapiserismo, que ya todos los indicadores dicen que entramos en recesión a causa de la burbuja, que se informe bien y si puede se lo quite de encima ahora que todavía está a tiempo. Comento algo sobre las consecuencias que puede tener el colapso de la construcción en las arcas públicas, acabo farfullando que "da igual, da igual" cuando media docena de pares de ojos me miran con compasión e incredulidad.
Primer semestre de 2008. La crisis ha llegado para quedarse y ya es de dominio público. Paralización del mercado inmobiliario, cierres de empresas, despidos. Se siguen abriendo instalaciones sanitarias, se amplían las prestaciones sanitarias, la sanidad pública asume las operaciones de cambio de sesso, el número de pruebas diagnósticas que antes se solventaban mediante el buen hacer y el ojo clínico se dispara estratosféricamente, se abren nuevos quirófanos en los hospitales, se refuerzan los servicios de urgencias. Aumentan las plantillas. Se amplía el número de personal que tiene derecho a cobrar incentivos variables según objetivos. Nosotros no encontramos médicos y enfermeros para contratar, se agilizan los trámites para homologar títulos de medicina extranjeros. Ingenua de mí espero que en cualquier momento el departament de salut dé orden de dejar de contratar a diestro y siniestro para cubrir absolutamente todas las incidencias que se producen y de aumentar las plantillas. No sucede nada durante el 2008, parece que la crisis no va con nosotros.
2009. Es evidente que esto va para largo pero en la sanidad nadie parece darse cuenta. No salgo de mi asombro. No tengo formación económica, no sé valorar convenientemente lo que sucede pero todo es de sentido común. La Generalitat está dejando de ingresar millones y millones de euros y sin embargo no hay ningún ajuste presupuestario ni de gasto. Continúan las contrataciones sin ningún pudor. En mi area somos unas 1.500 personas, en ese año hacíamos unos 700 contratos mensuales para cubrir dias de asuntos propios, bajas, vacaciones, formación y refuerzos. Sigo esperando que alguien con sentido común meta mano en las horas extras que además se están pagando a cuenta de que no se encuentran la cantidad de médicos y enfermeros que se solicitan. Cuando hago reflexiones sobre ello en voz alta o interrogo directamente nadie parece saber de lo que estoy hablando.
2010. Todo el mundo habla de la crisis. Para nadie es una novedad que no hay ingresos públicos. Llega mayo y con él el toque al gobierno al respecto de las medidas que sí o sí tienen que imponer. Nos bajan el sueldo una media del 5%. Me cabreo como una mona por haber pasado estos años haciendo de Casandra y, como Casandra, haberme llevado como única respuesta "que sí, que sí... anda, vete a jugar y no molestes". La población parece alegrarse de que por fin toquen a los intocables. Nadie parece acordarse de que en los años de vacas obesas el más orate hacía relojes con 5.000 euros de sueldo mientras nosotros no pásabamos de 1.400 con subidas anuales ajustadas apenas por encima del IPC. Por fin llega la orden de disminuir el número de contrataciones, hecha la ley hecha la trampa y lo que no se contrata se acaba pagando en horas extras. La medida apenas se nota. Los departamentos y secciones son unos sinvergüenzas y así lo digo, todos intentan que los recortes no les afecten a ellos y hacen trampas mil y una para acabar gastando por encima de lo exigido.
CiU gana las elecciones y desde el primer momento habla de recortar drásticamente el gasto sanitario. Nos reúnen para explicarnos un cuento de las mil y una noches sobre la autogestión y la descentralización de la administración. Se me ocurre preguntar cómo encaja la descentralización con los recortes que sin duda vendrán y que parece más sensato pensar que lo que harán será recoger velas y volver a centralizar todo el seguimiento presupuestario. Nuevamente me miran como si fuera la primera vez que me ven. Siguen las reuniones dedicadas a organizar la utópica autonomía de gestión y me encargan que haga x. Me planto y les digo que no voy a asistir a ninguna otra reunión porque están planificando en falso y que nada de eso se va a llevar a cabo ¡¡¡¡Que no hay dinero colegas!!!! que no voy a dedicar mi tiempo a construir castillos en el aire. Supongo que ahí firmo mi sentencia de fin y esos polvos trajeron estos lodos (otro día si tengo ganas ya os explico mi situación actual)
2011. Llegan los recortes que están a día de hoy en boca de todos. Desmontan las estructuras de gestión intermedias. Una buena parte de mis compañeros se va a la calle y a los que de momento no nos pueden echar nos reparten por centros asistenciales. La autonomía de gestión se desvanece. ¿Y creeis que alguien considera que eran inevitables? ¿creeis que alguien es capaz de repasar la historia de los 5 últimos años y ver que todo lo que sucede estaba cantado cada vez que evitaban tomar la decisión que tenían que tomar? Pues no. Flipo viendo las caras de sorpresa de mis compañeros, los lloros por los que se van a la calle, las quejas porque tenemos que organizarnos las vacaciones y no esperar que nos sustituyan. Este mes nos pagan el complemento variable por productividad, les digo que lo miren con cariño porque sin duda será el último año que lo cobremos. jorobar, la misma cara de incredulidad pasmosa que en 2007.
Y mi cara también es de incredulidad pasmosa, de que haya tan poca gente con sentido común a mi alrededor.
Fundido en neցro y flashback
Septiembre de 2007 a la vuelta de las vacaciones. Estamos tomando un café unos cuantos compañeros de trabajo. Alguien dice que acaba de comprar un apartamento en la costa brava sobre plano y que su vecino de apartamento ha dado la entrada para 5. Le comento amablemente que ha llegado tarde a la fiesta del pasapiserismo, que ya todos los indicadores dicen que entramos en recesión a causa de la burbuja, que se informe bien y si puede se lo quite de encima ahora que todavía está a tiempo. Comento algo sobre las consecuencias que puede tener el colapso de la construcción en las arcas públicas, acabo farfullando que "da igual, da igual" cuando media docena de pares de ojos me miran con compasión e incredulidad.
Primer semestre de 2008. La crisis ha llegado para quedarse y ya es de dominio público. Paralización del mercado inmobiliario, cierres de empresas, despidos. Se siguen abriendo instalaciones sanitarias, se amplían las prestaciones sanitarias, la sanidad pública asume las operaciones de cambio de sesso, el número de pruebas diagnósticas que antes se solventaban mediante el buen hacer y el ojo clínico se dispara estratosféricamente, se abren nuevos quirófanos en los hospitales, se refuerzan los servicios de urgencias. Aumentan las plantillas. Se amplía el número de personal que tiene derecho a cobrar incentivos variables según objetivos. Nosotros no encontramos médicos y enfermeros para contratar, se agilizan los trámites para homologar títulos de medicina extranjeros. Ingenua de mí espero que en cualquier momento el departament de salut dé orden de dejar de contratar a diestro y siniestro para cubrir absolutamente todas las incidencias que se producen y de aumentar las plantillas. No sucede nada durante el 2008, parece que la crisis no va con nosotros.
2009. Es evidente que esto va para largo pero en la sanidad nadie parece darse cuenta. No salgo de mi asombro. No tengo formación económica, no sé valorar convenientemente lo que sucede pero todo es de sentido común. La Generalitat está dejando de ingresar millones y millones de euros y sin embargo no hay ningún ajuste presupuestario ni de gasto. Continúan las contrataciones sin ningún pudor. En mi area somos unas 1.500 personas, en ese año hacíamos unos 700 contratos mensuales para cubrir dias de asuntos propios, bajas, vacaciones, formación y refuerzos. Sigo esperando que alguien con sentido común meta mano en las horas extras que además se están pagando a cuenta de que no se encuentran la cantidad de médicos y enfermeros que se solicitan. Cuando hago reflexiones sobre ello en voz alta o interrogo directamente nadie parece saber de lo que estoy hablando.
2010. Todo el mundo habla de la crisis. Para nadie es una novedad que no hay ingresos públicos. Llega mayo y con él el toque al gobierno al respecto de las medidas que sí o sí tienen que imponer. Nos bajan el sueldo una media del 5%. Me cabreo como una mona por haber pasado estos años haciendo de Casandra y, como Casandra, haberme llevado como única respuesta "que sí, que sí... anda, vete a jugar y no molestes". La población parece alegrarse de que por fin toquen a los intocables. Nadie parece acordarse de que en los años de vacas obesas el más orate hacía relojes con 5.000 euros de sueldo mientras nosotros no pásabamos de 1.400 con subidas anuales ajustadas apenas por encima del IPC. Por fin llega la orden de disminuir el número de contrataciones, hecha la ley hecha la trampa y lo que no se contrata se acaba pagando en horas extras. La medida apenas se nota. Los departamentos y secciones son unos sinvergüenzas y así lo digo, todos intentan que los recortes no les afecten a ellos y hacen trampas mil y una para acabar gastando por encima de lo exigido.
CiU gana las elecciones y desde el primer momento habla de recortar drásticamente el gasto sanitario. Nos reúnen para explicarnos un cuento de las mil y una noches sobre la autogestión y la descentralización de la administración. Se me ocurre preguntar cómo encaja la descentralización con los recortes que sin duda vendrán y que parece más sensato pensar que lo que harán será recoger velas y volver a centralizar todo el seguimiento presupuestario. Nuevamente me miran como si fuera la primera vez que me ven. Siguen las reuniones dedicadas a organizar la utópica autonomía de gestión y me encargan que haga x. Me planto y les digo que no voy a asistir a ninguna otra reunión porque están planificando en falso y que nada de eso se va a llevar a cabo ¡¡¡¡Que no hay dinero colegas!!!! que no voy a dedicar mi tiempo a construir castillos en el aire. Supongo que ahí firmo mi sentencia de fin y esos polvos trajeron estos lodos (otro día si tengo ganas ya os explico mi situación actual)
2011. Llegan los recortes que están a día de hoy en boca de todos. Desmontan las estructuras de gestión intermedias. Una buena parte de mis compañeros se va a la calle y a los que de momento no nos pueden echar nos reparten por centros asistenciales. La autonomía de gestión se desvanece. ¿Y creeis que alguien considera que eran inevitables? ¿creeis que alguien es capaz de repasar la historia de los 5 últimos años y ver que todo lo que sucede estaba cantado cada vez que evitaban tomar la decisión que tenían que tomar? Pues no. Flipo viendo las caras de sorpresa de mis compañeros, los lloros por los que se van a la calle, las quejas porque tenemos que organizarnos las vacaciones y no esperar que nos sustituyan. Este mes nos pagan el complemento variable por productividad, les digo que lo miren con cariño porque sin duda será el último año que lo cobremos. jorobar, la misma cara de incredulidad pasmosa que en 2007.
Y mi cara también es de incredulidad pasmosa, de que haya tan poca gente con sentido común a mi alrededor.
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