La que me armaron a mí cuando todavía había toques de queda plandémicos, no por incumplir el toque de queda, sino por acercarme ya de noche (aunque aún con media hora de margen para la obligación de recluirse en casa) a unos contenedores que vi ardiendo a lo lejos, por curiosidad, cuando ya estaba cerca de mi casa.
Con el humo no vi a los policías nacionales que estaban junto a los contenedores hasta que ya estuve cerca de ellos y al verlos continué mi camino, pero como me vieron la intención de acercarme al sitio, unos pasos más allá me pararon y me pidieron el DNI para identificarme. Me dejaron marchar y al día siguiente suena el teléfono: era la policía pidiéndome que pasara por comisaría para interrogarme. Que no era para detenerme, sino solo para hacerme unas preguntas (yo ya mosqueado y pensando si ir con abogado).
Al final fui solo (ir hay que ir, si no vas es peor y te buscan) y el interrogatorio en comisaría consistió principalmente en preguntarme "de dónde venía" y "adónde iba" la noche anterior y que si tenía manera de justificar el haber pasado por delante de los contenedores ardiendo "con evidente interés en ellos" o si, por el contrario, podría haber hecho un recorrido alternativo.
Pues tuve que explicarles varias veces que vivía en tal dirección (cerca del lugar y la cual ya sabían por el DNI), que venía de tal sitio y que ese era un recorrido habitual mío, que solo me había desviado unos metros por curiosidad al ver el humo en los contenedores precisamente para llamar a la policía o a emergencias si no había nadie en el lugar, pero que al ver presencia policial continué mi camino por una calle adyacente para irme a mi casa.
Al final me dijeron que estaban buscando a un pirómano que se dedicaba a quemar contenedores desde hacía tiempo y que tenían unas ganas enormes de capturarlo porque ya había provocado daños muy cuantiosos, no sin la consiguiente amenaza de que "como descubramos que has sido tú, prepárate", la cual sobraba y es muy poco profesional hacerla, ya que es un abuso de autoridad con el único objetivo de intimidar.
Tener que justificar mi recorrido cuando por aquellas fechas dejaban a los pasea-perros ir por donde les daba la gana, me puso de una mala leche indescriptible. Se supone que estamos en un país libre y que mientras no hagas ningún mal puedes hacer los recorridos que te dé la gana sin tener que dar explicaciones a nadie, como si quieres dar mil rodeos hasta llegar a tu casa. Entiendo que deben investigar las cosas, pero las formas no me gustaron nada.
Por otra parte, ya sabemos que la esa época en el 2020 de la que yo le hablo fue, entre otras cosas, un ensayo de recortes de nuestras libertades y la policía el brazo represor. Desde entonces tengo una opinión muchísimo más negativa de la policía.