Lo que ocurre en realidad es que al avisarnos nos volvemos presas más fáciles porque entramos en el juego asumiendo el papel de presas.
No darnos por aludidos, ignorar supuestos avisos nos vuelve impredecibles, muy difíciles de ser cazados porque no respondemos al papel establecido para nosotros por el cazador.
No darnos por aludidos, ignorar supuestos avisos nos vuelve impredecibles, muy difíciles de ser cazados porque no respondemos al papel establecido para nosotros por el cazador.