Berebere
Carpe Diem
Soy consciente de que me saltarán a la chepa los talibanes de la liga anti-alcohol, pero lo he escrito tal y como lo pienso. El hostigamiento por parte de la DGT en esa zona, al igual que en la costa (A Costa da Morte) hace que muchos jóvenes utilicen pistas forestales y caminos de mala fin para evitar los controles. Mueren más chavales por eso de los que lo harían si pudieran circular por las carreteras normales (ya bastante jodidas de por si).
Cierto que dio positivo en el control de alcoholemia, pero está por ver la cantidad, porque lo que se pide hoy día a un conductor normal era lo que se pedía no hace mucho a un conductor de camión con materias inflamables.
No hace mucho asistí a una comida de celebración en las afueras de Betanzos. El que me guiaba de vuelta me puso los bemoles de corbata al meterme por unas pistas endiabladas, todo por evitar el control de la DGT. Casi que prefería arriesgarme a que nos pusieran la fruta multa.
Esto pasa cada fin de semana en Galicia. Gente atravesando por pistas de mala fin. Más ahora que lo mínimo que te caen son 1.000 euros que la gente no tiene. Sí, ya sé que pueden ser obedientes y tomarse unas fantas o quedarse en casa... pero eso no va a pasar. Lo que va a pasar es repetirse este mismo suceso bastantes veces, como lleva pasando años.
Cierto que dio positivo en el control de alcoholemia, pero está por ver la cantidad, porque lo que se pide hoy día a un conductor normal era lo que se pedía no hace mucho a un conductor de camión con materias inflamables.
No hace mucho asistí a una comida de celebración en las afueras de Betanzos. El que me guiaba de vuelta me puso los bemoles de corbata al meterme por unas pistas endiabladas, todo por evitar el control de la DGT. Casi que prefería arriesgarme a que nos pusieran la fruta multa.
Esto pasa cada fin de semana en Galicia. Gente atravesando por pistas de mala fin. Más ahora que lo mínimo que te caen son 1.000 euros que la gente no tiene. Sí, ya sé que pueden ser obedientes y tomarse unas fantas o quedarse en casa... pero eso no va a pasar. Lo que va a pasar es repetirse este mismo suceso bastantes veces, como lleva pasando años.
El conductor del turismo que se estrelló en Ordes dio positivo
Dos de los cinco jóvenes ocupantes del vehículo, de 19 y 16 años, murieron en el accidente, ocurrido cuando regresaban de madrugada a Cesuras por una vía secundaria
Para ir desde Ordes hasta el municipio de Oza-Cesuras, la ruta más directa no es la pista asfaltada que discurre por el lugar de Faramilláns, en la parroquia ordense de Buscás. Sin embargo, los ocupantes del Alfa Romeo rojo con placas de matrícula LU-3458-X se desviaron del camino más corto y se metieron en una ratonera de vías secundarias que acabó con la vida de dos de los cinco jóvenes ocupantes del coche, cuyo conductor, hermano de uno de los muertos, dio positivo en el test de alcoholemia que le hizo la Guardia Civil en el mismo lugar del siniestro, según fuentes de la investigación.
Pedro Balado Suárez, de 19 años; Manuel Ferreño Manteiga, de 19; Pablo S. B, de la misma edad; Iván, I. S, de 18, y el más joven de todos ellos, José Balado Suárez, de solo 16 años y hermano de Pedro, el conductor, regresaban a sus casas tras una noche de fiesta en Ordes, adonde acudieron a ver actuar a la orquesta Panorama y a disfrutar de la noche con otros amigos. Pasadas las cuatro de la madrugada, emprendieron la vuelta por varias carreteras secundarias. No pasaron por el control que la Guardia Civil de Tráfico tenía establecido en la N-550, junto al concesionario de Citroën, ni por otro, que estaba ubicado a la altura del Mesón de Visantoña, en Mesía.
El periplo nocturno los condujo por una estrecha pista de Faramilláns, en un momento de escasa visibilidad debido a una espesa niebla. Al parecer, el conductor pudo perder el control del coche por velocidad inadecuada, según fuentes cercanas a la investigación, y se salió de la calzada estrellándose con el costado derecho trastero contra un árbol.
Muertos en el acto
A causa del fuerte impacto, dos de los ocupantes del asiento trastero, José Balado y Manuel Ferreño, perdieron la vida casi de inmediato, mientras el tercero, Iván, pudo ser socorrido por los dos ocupantes de la parte delantera y quedó tendido y malherido en la cuneta. El accidente tuvo lugar instantes antes de la cinco de la madrugada. La asistencia inmediata que le brindaron unos vecinos del lugar propició que los servicios de emergencia fueran avisados al instante. Una unidad de los bomberos de Ordes fue la primera en llegar al lugar de los hechos, corroborando que las dos personas que estaban atrapadas en el interior del coche no mostraban signos vitales. Es algo que confirmó instantes después la unidad de urgencias sanitarias del 061, que trasladó a los tres supervivientes al Hospital Clínico de Santiago. Los dos jóvenes que ocupaban la parte delantera del coche fueron atendidos en urgencias y dados de alta a media tarde de ayer, mientras que el herido del asiento trastero permanecía anoche en reanimación, con pronóstico reservado pero estable.
Los cinco ocupantes del Alfa Romeo residían en diferentes parroquias de Oza-Cesuras.
«¡Jose, despierta Jose..., ay Dios mío!»
El conductor del vehículo intentó desesperadamente rescatar a su hermano, ya fallecido
El Alfa Romeo en el que viajaban los jóvenes quedó en esta posición tras chocar con el lado derecho contra un árbol. bomberos de ordes
A Mari Carmen Roel le sigue martillando la cabeza el chirrido de unos frenos y el estampido final que ayer de madrugada, a las 4.55 horas, la sacó sobresaltada de la cama. «¿Oíches iso, José? Aí pasou algo», dijo despertando a su marido, mientras ella corrió a mirar por la ventana. La espesa niebla le impidió ver lo que acaba de ocurrir a solo quince metros de su casa. Así que se vistió apresurada para salir y, al observar de nuevo a través del cristal, descubrió la silueta de alguien moviéndose en la oscuridad atraído por la luz de su ventana: «Señora, ayúdeme, que están mis compañeros atrapados en el coche».
La petición desesperada procedía de Pedro, el conductor del Alfa Romeo rojo que acababa de embestir bruscamente por el flanco derecho contra un pino en la cuneta de la calzada, haciendo un trompo y apuntando con el morro en el sentido contrario de su marcha. La única obsesión del joven era rescatar a los dos acompañantes que permanecían inmóviles en el asiento trastero. Uno de ellos era su hermano pequeño, Jose, de 16 años, que ya no mostraba signos vitales. A Mari Carmen se le humedecen los ojos al rememorar cómo se dirigía a él: «¡Jose, despierta Jose... ay Dios mío!».
Fue Mari Carmen quien telefoneó al 061 desde su móvil a las cinco en punto para dar parte del accidente y de su situación. Cuando lo hizo, buscó una linterna para auxiliar junto a su marido a los accidentados. «Cáseque non se vía nada», narró. Dos de ellos, el conductor y el copiloto, estaban de pie fuera del vehículo. Un tercero, Iván, permanecía también fuera, tumbado en el suelo y quejándose de un fuerte dolor en el costado. Y dentro quedaban dos más atrapados, inmóviles, con los cinturones de seguridad abrochados.
Compañeros de colegio
Los cinco chavales de entre 16 y 19 años eran inseparables desde la niñez. Estudiaron juntos en el CEIP Forte pantaletade de Oza-Cesuras, y precisamente a 300 metros del centro, en la parroquia de Dordaño, vivía el menor de ellos: José Balado Suárez, que antes de que la carretera se llevara su vida había dejado los estudios para trabajar con su cuñado, al igual que hacía su hermano Pedro.
La vecina de Faramilláns (Ordes) que ayer los socorrió tras el siniestro fue quien recomendó a Pedro y a Pablo, los dos que estaban de pie, que llamaran a sus casas para contar lo ocurrido.
Pablo hizo la llamada de inmediato. También Pedro, el conductor, a quien desde el otro lado lo escucharon decir estas palabras: «Mamá, tuvimos un accidente, vamos a llegar tarde». «¿Estáis bien?», preguntó la progenitora. «Yo sí, Jose está inconsciente». Después se cortó. Hacía pocos meses que Pedro había sacado el carné, los vecinos que lo vieron conducir su Alfa Romeo dijeron ayer que era muy responsable al volante. De hecho, no se explican lo sucedido porque dicen que «siempre se le escuchaba pasar muy despacio».
Tras telefonear, Pedro y Pablo fueron llevados dentro de la casa de Mari Carmen, donde su marido encendió la cocina de leña para que se calentaran, mientras ella volvió a salir con una manta para tapar a Iván, el chico que estaba herido en la cuneta.
Los bomberos de Ordes fueron los primeros en llegar al lugar y se ocuparon de excarcelar a los dos ocupantes del asiento trastero. Estaban muertos, tal y como certificaron los servicios de urgencias médicas que llegaron minutos más tarde. Uno era José Balado Suárez. El otro fallecido, que ocupaba la parte central del asiento trastero, era Manuel Ferreño Manteiga, de 19 años. Vivía en la parroquia de Paderne (Oza-Cesuras) junto a sus padres, su hermana menor y sus abuelos, con los que prácticamente se crio. Sus padres y su hermana se personaron en el lugar del siniestro antes de que abriera completamente el día, dejando una escena desgarradora: «O meu neno, o meu neno que morreu», gritaba desconsolada la progenitora, recuerdan los testigos.
En la casa de Mari Carmen Roel hay diez vacas que atender a diario. El trabajo nunca falta. Es cosa de su suegra, porque ella trabaja en una residencia de mayores. La tranquilidad del lugar donde vive, Faramilláns, se vio truncada ayer por un tragedia que nunca olvidarán.