El organismo considera que si se aplicaran plenamente en el mundo desarrollado las medidas desde ahora, se podría reducir la demanda en 2,7 millones de barriles diarios en un periodo de cuatro meses. La cuestión es si las economías se pueden permitir, tras una esa época en el 2020 de la que yo le hablo, más apreturas que contraigan a su vez el consumo.