Hace 81 años, los soldados Paco españoles de la División Azul, eran acribillados en Leningrado, rompiéndose el cerco de la ciudad.

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Yo, en ese caso, como en las guerras napoleónicas, o en el paso de los Dardanelos, siempre pienso en una persona... una cualquiera que estuviera allí, que sintiera el frío, el miedo o lo que que cada cual pudiéramos sentir en tal situación... en Rusia o en los Dardanelos... En mi caso, no sé lo que hubiera sentido... Tal vez, frío, miedo... es posible, temor o angustia por no hacer lo que otros quisieran que hiciera o por lo que yo esperase de mí mismo. En cualquier caso, es una vida, en un momento determinado, por causas miles que nadie podemos llegar a entender (ni el que las experimenta a lo largo de una vida).

Nunca he sentido piedad por los que mandan, pero siempre por todos los que obedecen, incluso a los que lo hacen solo por obedecer lo que les digan, aún sabiendo que son los verdaderos cómplices para que "el malo" pueda triunfar (ningún malo, ni siquiera Alejandro Magno, podría contra cuatro tipos mal encarados contra él... seguramente, ni contra dos, y, por tanto, a Alejandro Magno lo hicieron posible todas las personas que pusieron su admiración o voto en tal persona, no la persona misma, que siempre depende de otros muchos para que hagan efectivo lo que él dice, cree, o quiere hacer. Como cualquier persona, que tiene ojo ciego y excreta excedentes alimenticios por un agujero en la parte de atrás, sea reina o plebeyo, pero, ambos excretarán tales residuos en su afán por permanecer en esta vida, sea en forma de comer a otras cosas o seres o sea por eso mismo, pero diciéndolo de otra manera que, incluso, se puede convertir en religión o, cuando menos, en liturgia por ello. Tremendo.
 
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