Así es. Tan "tramposo" como que la denunciante renunciase inicialmente a la indemnización, ganando credibilidad, y se desdijese después, solicitándola.
De un juicio penal como este no sale la verdad, esa la conocen los dos que entraron en el baño. Sale la "verdad judicial", que es el resultado de jugar cada uno sus bazas con las normas dadas (legislación, interpretación jurisprudencial, presión mediática, etc.)
Fuese verdad o mentira la denuncia (o algo de un tono intermedio), Alves estaba condenado de antemano viendo lo que había contra él, pese a que no era mucho. Por eso ha hecho bien su abogada en jugar la baza de la consignación de la cantidad solicitada como indemnización para su entrega a la denunciante con independencia del resultado del proceso, y así comprar una atenuante sin que signifique reconocimiento de haber cometido delito alguno.
Lo preocupante para todos es que cada vez van marcando más esas cartas por cuestiuones ideológicas, y los propios tribunales cambian sus propias reglas para llegar al resultado deseado.