Seguramente a alguien le habrá pasado, pero cuando yo era un crío me eché una siesta y soñé que enfrente de mi ventana había dos niñas vestidas de colegio y su progenitora, en la puerta de una peluquería que está enfrente de la ventana.
Pues cuando me desperté me asomé a la ventana y ahí estaban tal cual lo soñé.
Otra fue mi hermana, que sin tener enchufado el equipo de música ni con el cable, empezó a sonar el equipo a las 4 de la madrugada a todo volumen.
Son cosas inexplicables.
He de decir que yo solo creo en lo que veo.
Y por no hacer un tocho dejo en el tintero algunas más.