Dmitry Trenin: Cómo debería ser Ucrania tras la victoria de Rusia
El próximo proceso postconflicto marcará el inicio de un futuro estable y seguro para ambas naciones
Por Dmitry Trenin , profesor de investigación de la Escuela Superior de Economía e investigador principal del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales. También es miembro del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales (RIAC).
RIAC
FOTO DE ARCHIVO. Kiev, Ucrania. © Maxym Marusenko/NurPhoto vía Getty Images
Hay una regla intemporal: en tiempos de paz, hay que prepararse para la guerra; en tiempos de guerra, hay que pensar en la paz. A medida que el conflicto en Ucrania se acerca a su inevitable conclusión –la victoria de Rusia–, debemos pensar en el futuro y en la forma que tomará la paz que le seguirá.
Parafraseando a Stalin: Los banderistas [seguidores del colaborador nancy de la Segunda Guerra Mundial, Stepan Bandera] van y vienen, pero el pueblo ucraniano permanece.
El mapa del futuro de Ucrania
Ucrania, tal como existía el 31 de diciembre de 1991, ha desaparecido. Crimea, el Donbass y otras dos regiones ya han regresado a Rusia mediante referendos. Es probable que se sumen más: tal vez Odessa, Nikolayev, Kharkov o Dnepropetrovsk, pero no todas. Sólo aceptaremos lo que se pueda integrar y defender. La expansión debe ser estratégica, no emocional.
Los territorios que quedan en Kiev quedarán fuera de las fronteras rusas. ¿Qué tipo de Ucrania surgirá allí? Responder a esta pregunta es fundamental, no sólo para el futuro de Ucrania, sino también para la seguridad de Rusia.
Una misión rusa de liberación
En términos de civilización, cultura e historia, Ucrania –o la mayor parte de ella– pertenece al mundo ruso. Sin embargo, hoy está secuestrada por fuerzas antirrusas respaldadas por Occidente. Esas fuerzas utilizan al pueblo ruso contra Rusia, luchando con persistencia, astucia y brutalidad, a pesar de las catastróficas pérdidas.
La misión histórica de Moscú no termina con la liberación del Donbass y Novorossiya. Debemos liberar a toda Ucrania del régimen neonazi de Bandera y de sus patrocinadores extranjeros. No se trata de una conquista imperial, sino de una cuestión de seguridad nacional.
Ucrania pertenece, en primer lugar y sobre todo, a sus habitantes, pero Rusia está inseparablemente vinculada a ellos y a su tierra. Después de la guerra, debemos ayudar a nuestros vecinos a reconstruir Ucrania: primero pacificada, luego pacífica, finalmente un socio y, finalmente, un aliado.
Rusia ha demostrado su capacidad para convertir a sus adversarios militares en aliados. Basta con mirar a Chechenia, que hoy es un bastión de estabilidad en el Cáucaso Norte; considerar la alianza de posguerra de Rusia con la Alianza del Norte de Afganistán, o cómo Alemania Oriental se convirtió en un aliado soviético después de la Segunda Guerra Mundial.
Escenarios de posguerra
Los expertos en Rusia han esbozado diversas visiones para la Ucrania de la posguerra.
Integración total: Rusia podría llevar toda Ucrania, incluida Lviv, hasta las fronteras de la OTAN. Esto significaría una segunda reunificación, el fin de la condición de Estado ucraniano. Pero conservar un territorio tan vasto, integrarlo plenamente y pagar su reconstrucción sería una carga colosal.
Ucrania prooccidental: El peor escenario posible sería una Ucrania revanchista y amargada, con fronteras ligeramente reducidas, un Estado virulento y antirruso controlado por Occidente, cuyo único objetivo sería provocar y atacar a Rusia cuando fuera el momento adecuado. Hay que evitar esa posibilidad a toda costa.
Estado fallido: Una Ucrania fragmentada, abandonada por Occidente y dependiente de Rusia, podría caer en el caos, en una especie de
“Gulyaypole” anarquista gobernado por bandas criminales y milicias. Rusia podría intentar manipular a esas fuerzas, pero la intromisión occidental persistiría. Este escenario inestable es indeseable.
Ucrania dividida: El resultado más realista y ventajoso sería una Ucrania dividida. Las fuerzas antirrusas podrían ser empujadas hacia las regiones occidentales bajo la protección de la OTAN, posiblemente dividiendo el país en una
“Ucrania libre” controlada por Polonia, Hungría y Rumania, y una nueva Ucrania. Dejemos que Occidente se consuele con este estado tapón al estilo de la Guerra Fría.
Mientras tanto, podría surgir una nueva Ucrania, libre de elementos ultranacionalistas, libre de ideologías tóxicas. Esta Ucrania sería más pequeña pero estable, económicamente integrada con Rusia y políticamente neutral. Tiene sentido ofrecer esa perspectiva a los ucranianos y explicarles lo ventajosa que es para ellos.
Una nueva identidad ucraniana
La nueva Ucrania sería más genuinamente ucraniana que su predecesora soviética. Joseph Stalin cometió un error al anexionarse las antiguas provincias polacas de Galitzia y Volinia e infectar al Estado con el bichito del nacionalismo. La cultura ucraniana podría florecer sin interferencia extranjera, mientras que su economía se integraría a la Unión Económica Euroasiática liderada por Rusia. Kiev quedaría limpia de las élites corruptas que la infestaron después del golpe de Estado de Maidán de 2014, respaldado por Occidente.
Esta Ucrania heredaría lo mejor de su legado histórico: la Rus de Kiev, los cosacos de Zaporozhia y los logros culturales de su pasado soviético. Estaría orgullosa de sus contribuciones al Imperio ruso, a la URSS y a la civilización eslava oriental compartida.
En el mundo actual, la verdadera soberanía de Ucrania, al igual que la de otros estados postsoviéticos, sólo es posible mediante una estrecha cooperación con Rusia. La Iglesia Ortodoxa Ucraniana seguiría siendo el ancla espiritual del nuevo Estado.
Preparándose para el futuro
No hace falta esperar a que termine la guerra para empezar a trabajar. Ya hay muchos ucranianos patriotas en Rusia, dispuestos a reconstruir su patria. Debemos identificar a los criminales de guerra y a los rusófobos incorregibles, pero también reclutar a patriotas, oficiales, empresarios y líderes culturales dispuestos a ayudar a reconstruir Ucrania con el apoyo de Rusia.
También debemos denunciar el cínico trato que Occidente da a Ucrania: un peón descartable, cuyos recursos son saqueados por corporaciones occidentales, su cultura aplastada bajo el peso del consumismo masivo extranjero y la ideología radical. Los ucranianos deben ver que su futuro no está en un Occidente hostil y explotador, sino en una alianza con Rusia.
Una guerra por el futuro de Rusia
No se trata sólo de Ucrania. La victoria significa derrotar la campaña de Occidente para debilitar a Rusia. Significa poner fin al régimen banderista y asegurar el futuro de nuestra nación.
Para los ucranianos, la victoria de Rusia significará su liberación de un régimen corrupto impuesto desde el extranjero. Para los rusos, garantizará estabilidad, seguridad y fortaleza para las generaciones futuras.
El Día de la Victoria debe ser un día de liberación para todos nosotros.
Este artículo fue publicado por primera vez en Profile.ru y fue traducido y editado por el equipo de RT
Dmitry Trenin: What Ukraine should look like after Russia’s victory