Barcino
Madmaxista
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Me quedo con dos comentarios, uno acertado:
“Es muy serio lo que está pasando”, dice la socióloga Almudena Moreno, que ha realizado numerosos estudios sobre juventud. “Cada semana me llaman expertos de otros países a consultarme. Todo esto se traduce en una grave pérdida de capital humano. Tenemos pocos jóvenes, que cada vez son menos, y los pocos que hay, se marchan. ¿Quién va a tener hijos? A largo plazo es un problema demográfico, económico y social muy serio”.
Gran apunte que mira al medio-largo plazo: la demografía lo es todo y sin demografía -un país atrayente para formar famílias porque el porvenir se ve positivo- el país, su cultura, su sistema político y estado del bienestar SE VA LA cosa irremediablemente.
Por otro lado sale un orate de la haba cortoplacista:
Francisco Pérez, del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, apunta “una gota de optimismo”: “Desde el punto de vista individual es una buena noticia. Para España significa que estos jóvenes continúan su formación. Aquí también trabajan muchos médicos de otros países. Hay periodos en que unos llegan y otros se van”. En la misma línea apunta Juan José Dolado, profesor de Economía de la Carlos III: “La emigración es favorable para el país de origen a corto plazo. Yo mismo tengo una sobrina arquitecta que en España ganaba 850 euros y que ahora cobra 2.500 libras en un importante estudio de Londres y manda dinero a su casa, las remesas son positivas”.
¿Eso es lo que tienen pensado para nosotros?
¿Qué además de haber sido robados por la generación T encima nos marchemos y les enviemos remesas?
¿Qué más quieren de nosotros? ¡Si tenemos que pagar el crédito de todo el trabajo que se han fundido! (Aeropuertos, Autovías, AVES, Viviendas, Parques temáticos, etc.)
Si hos vais fuera no miréis atrás.
No enviéis remesas.
No lo hagáis o puteareis a los más jóvenes en un sistema perverso que se retroalimenta.
Buscaros la vida, aquí o allí, pero no mandéis dinero a España.
Sólo hará que la casta parasitaria pueda pervivir más tiempo.
Si no hay otro futuro que largarse, sea. Pero no se mira atrás.
“Es muy serio lo que está pasando”, dice la socióloga Almudena Moreno, que ha realizado numerosos estudios sobre juventud. “Cada semana me llaman expertos de otros países a consultarme. Todo esto se traduce en una grave pérdida de capital humano. Tenemos pocos jóvenes, que cada vez son menos, y los pocos que hay, se marchan. ¿Quién va a tener hijos? A largo plazo es un problema demográfico, económico y social muy serio”.
Gran apunte que mira al medio-largo plazo: la demografía lo es todo y sin demografía -un país atrayente para formar famílias porque el porvenir se ve positivo- el país, su cultura, su sistema político y estado del bienestar SE VA LA cosa irremediablemente.
Por otro lado sale un orate de la haba cortoplacista:
Francisco Pérez, del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, apunta “una gota de optimismo”: “Desde el punto de vista individual es una buena noticia. Para España significa que estos jóvenes continúan su formación. Aquí también trabajan muchos médicos de otros países. Hay periodos en que unos llegan y otros se van”. En la misma línea apunta Juan José Dolado, profesor de Economía de la Carlos III: “La emigración es favorable para el país de origen a corto plazo. Yo mismo tengo una sobrina arquitecta que en España ganaba 850 euros y que ahora cobra 2.500 libras en un importante estudio de Londres y manda dinero a su casa, las remesas son positivas”.
¿Eso es lo que tienen pensado para nosotros?
¿Qué además de haber sido robados por la generación T encima nos marchemos y les enviemos remesas?
¿Qué más quieren de nosotros? ¡Si tenemos que pagar el crédito de todo el trabajo que se han fundido! (Aeropuertos, Autovías, AVES, Viviendas, Parques temáticos, etc.)
Si hos vais fuera no miréis atrás.
No enviéis remesas.
No lo hagáis o puteareis a los más jóvenes en un sistema perverso que se retroalimenta.
Buscaros la vida, aquí o allí, pero no mandéis dinero a España.
Sólo hará que la casta parasitaria pueda pervivir más tiempo.
Si no hay otro futuro que largarse, sea. Pero no se mira atrás.
