Lo mejor de la octaba temporada ha sido la escena del duelo del dragón, tras las fin de su progenitora. Me ha emocionado, en serio.
El ser fisicamente más poderoso de este universo de Canción de Hielo y Fuego, que renuncia a la venganza y en lugar de ello destruye el trono de hierro. Él también estaba cansado de la guerra, de apiolar, de ver morir a sus hermanos, y tan solo quiere enterrar a su progenitora.
El dragón no carboniza a Jon Nieve porque es un Targaryen. Por lo menos esa es mi opinión.