Montenegro
Madmaxista
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Mis dies, sé por experiencia que esos ñordos pueden generar graves lesiones anales, pero qué shishi, París bien vale un fístula. Voy yo con el mío.
Al lío. Y para terminar. Ahora supongo que queda super molón decir que el final de la serie no nos ha decepcionado, que esto ya lo sabíamos desde hacía mucho y que menudos pringaos los que se quejan, lloran y patalean. Vale, hay mucho patetic también. Pero es muy difícil no decepcionarse ante tamaña cosa. Cada uno tendrá sus motivaciones, pero aparte del entretenimiento y la psicología matizada de los personajes, a mí lo que me enganchó de la serie es que parecía que por fin llevaba a la cultura popular una imagen realista del poder. Algo de lo que andamos bastante necesitados, teniendo en cuenta que vivimos en un sociedad que cree que la realidad se cambia metiendo papeles en una caja de metacrilato.
Y eso yo creo que lo vio todo el mundo y fue una de las razones del éxito de la serie. Y también de los abusos que se cometieron con ella. El personaje probablemente más perjudicado por estos abusos ha sido, para mi gusto, Daenerys Targaryen, al que convirtieron en un mito del empoderamiento femenino y tal y pascual. Cosa que no está en el personaje, pues Martin empieza a escribir todo esto cuando todas estas soplapolleces del feminista radicalsmo no eran todavía arma en manos de Obama y, sobre todo, Hillary Clinton. Lo de Daenerys ha sido una proyección de todas las locas del shishi, ayudadas por sus manginas y la actitud de la propia Emilia Clarke, que a veces se creía Clara Zetkin. Martin, que ha sido un seguidor público de Bernie Sanders, de una izquierda americana mucho más clásica, pinta a Daenerys como rompedora de cadenas, una liberadora de esclavos. No una feminista. No veo el feminismo por ningún lado.
Pero la serie planteaba cosas sobre el poder que eran muy interesantes. ¿Dónde queda el papel de la violencia, especialmente ejercida contra los inocentes, y el mal? Despachar a Daenerys con brocha subida de peso de imaginería nancy es deplorable. La violencia contra los inocentes es una característica esencial del poder: los nazis podían despachar a opositores políticos, etnianos, gayses, judíos, eslavos, etc. Los comunistas aceptaban cargarse el 10% de la población rusa como precio a pagar por una revolución que pretendía salvar al 90% restante. A los del "centro liberal" no les tembló el pulso desatando guerras coloniales, mandando al matadero a millones de personas en 1914, bombardeando población civil (incluso con bombas atómicas) en la Segunda Guerra Mundial, etc. La masacre, el asesinato y la violencia contra inocentes es una constante del poder. De TODO poder.
Cuando digo de todo poder no discrimino entre uno bueno y otro malo. Es que así avanza la historia, si no la situación se grangrena, como nos está pasando ahora. Cuando un enfrentamiento entre distintos grupos se enquista la violencia es casi inevitable, antes o después, porque ante el avance de una fuerza otra siempre ofrecerá resistencia. Nadie quiere que lo borren de la historia, lo desplacen o lo liquiden físicamente. Y me da igual que sean grupos sociales, étnicos, políticos o religiosos, lo que sea. La actitud de Daenerys en Essos, ejecutando a los propietarios de esclavos sin saber de su culpabilidad individual, parecía dar a entender que había entendido esa lógica. Que eso, en un mundo tan infantilizado como el nuestro, donde nadie quiere mirar la realidad a la cara, llegara a la cultura popular me pareció algo muy valiente y valioso.
Pero todo eso se va a tomar por ojo ciego en la última temporada. Ya habéis comentado aquí las mil cagadas de todo tipo que han echado a perder la serie: narrativas, de guion, de planificación de la propia serie, continuidad, etc. Ahora parece ser que tenemos que tragarnos que este final es una solución posmoderna con referencias metaliterarias, deconstrucción del discurso blaoblaoblao. cosa a paladas. Si la excusa y la conclusión era que "sólo soy una serie, jijiji" nos podíamos haber ahorrado mucho.
Aun así, siempre nos quedarán cuatro temporadas huevonudas y momentos muy, muy logrados en los que sí podemos reconocer la serie que nos enganchó, lejos del posmodernismo de masas de los alubia*cos estos. Sí, es una decepción, pero es lo que hay. Sólo una serie.
En fin, hasta aquí. Me paso a Chernobyl, que promete.
