Gert-Jan Theunisse
Himbersor
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Me compré un cartón de vino a pelo y un vaso.
Como cada Blas Fridas tras terminar la jornada laboral y caer la noche arranqué mi home Cinema. Un sencillo mini pc de Amd (5700g) con una pantalla AOC de 32" 2k que no es gran cosa y un monitor de 8" en MONO de la italiana RCZ que se oye de miedo en campo cercano.
Lo del vaso es porque los de ahora ya no son como los de antes, que duraban décadas todo rallados y más tras*lucidos que una beta de cuarzo.
Aunque en realidad lo del cartón de vino no es verdad, tenía que impregnar de bohemia el mensaje porque quieras que no, nos deben encantar las historias y películas con protagonistas autodestructivos. Una temática recurrente en éxitos de taquilla es el alcohólico perdedor, cuyo oficio suele ser el juego, las apuestas, casinos y partidas de pocker. O ladrón al que las cosas no le salen bien debido a su nivel de etanol en sangre. Sé que estoy generalizando, pues ahí le tenemos pegándole al Don Simón desde los 13 y el tio sigue dando guerra y mamporreando a dos manos.
Tampoco compré el vaso, si bien es cierto que tengo que pillar un juego de Duralex porque cascan muy rápido, Como decía antes, aquellos pacovasos todo rayados aguantaban medio siglo sin perecer.
Os diría que vi la película alemana de 2001 "Hasta donde los pies me lleven" con titulo original "So weit die Füße tragen" y también os diría que la ví en VO.
Es una epopeya basada en ese polémico libro del que tanto se ha hablado. El film comienza con el traslado de nuestro protagonista alemán, a un lugar indefinido de Siberia, mediante los medios y la actitud propios de la época: tren de mercancías, presos apiñados, frio y nieve, paradas en estaciones custodiadas por soldados con cortesanazos y ametralladoras.
El destino final? Un gulag soviet picapedrero donde la convención de Ginebra brilla por su ausencia y quien ahí llega pasará el resto de sus vidas extrayendo alguna cosa de la mina subterránea.
Pero nuestro protagonista, con ayuda del médico del barracón, se hace con tocino, un jersele, fósforos, y un cartón en la cara con dos pequeños agujeros para poder afrontar las tormentas de nieve horizontales siberianas.
La particularidad de la película radica, creo yo, en la variación de ecosistemas que el soldado alemán atraviesa en su huida con el único objetivo que volver a casa con su hija y su mujer.
La primera etapa de escape tras*curre en el fantasmal ártico, donde es salvado por nativos Yupik. Esta parte tiene claras reminiscencias a algo que ya hemos visto en Nanook el esquimal.
La segunda etapa de su periplo tras*curre en la Taiga siberiana, el inacabable bosque de coníferas agujereados por millones formas acuáticas y ríos. Sin duda, con las aventuras que aquí se suceden nos vendrá a la cabeza Dersu Uzala de Kurosawa. No estoy hablando de plagio, pues en realidad hay tan escasas obras con este tras*fondo que es inevitable relacionarlas.
Es su descenso hacia el sur, con el objetivo de llegar a un país con embajada británica (mientras le persigue la rojada), entra en un ecosistema catalogado por el 100tifiko @CLEGUEIN como la estepa turcochina.
No va desencaminado pese a no haber estudiado. Pero el alemán descendía mucho más al Oeste, por las estepas BSk de Kazajistán, un paísaje semiárido, extensamente vacío donde es imposible encontrar sombra. Es el reino del caballo, el halcón y la leche de yegua fermentada. A qué nos recuerda? Sin duda, a Urga, territorio del amor. Un peli rodada en los estertores de la Unión Soviética (1991) se supone que en Mongolia, por el célebre Nikita Mikhalkov.
En la última etapa de su argonautico viaje, se da a entender que llega a un país que podría ser Turkmenistán. Un inhóspito hábitat BWk, desértico, con su dósis diaria de insolación y helada. El alemán llega a un núcleo poblacional claramente islámico y a la par, bajo el yugo rojo que le persigue. En este pueblo donde todo es de tonalidad arcilla, hasta la piel, conoce a un judío que le da cobijo y asesoramiento logístico. Ya solo tiene que cruzar a Irán donde dejará de estar perseguido por Stanlin, de ahí a Turquía, a la embajada y vuelta a su pueblo alpino junto a la frontera austriaca, Oberammergau, donde ahora hay instalada una base de la OTAN.
La película termina bien, el soldado regresa a casa tras largos años de penurias y su mujer le ha esperado.
Debo decir, que al igual que comencé la historia de este fracaviernes adornando con un vino de cartón que no tomé, para darle empaque a la sesión, tengo que confesar que con la peli descrita he hecho lo mismo.
Evidentemente tras este trabajazo de escribir el tocho con un dedo en la tablet, pienso revisionar Hasta donde los pies me lleven esta misma tarde, por algo es una de mis pelis favoritas y tuve la suerte de encontrarla en calidad, unos 6gb.
No podía abrir el hilo comentando que vi Guerra de Cheerleaders tomando una infu de manzanilla con anís, no tiene empaque de ese y el ser humamo es así. Muchas veces descartamos lo güeno y nos quedamos con lo mediocre. ¿Acaso los éxitos de taquilla no son toda esa retaila de copias que salen de una máquina de superhéroes y guerras de galaxias...?.
Guerra de Cheerleaders es un peliculón llena de pizpiretas sortins y a la vez es la risión, con un humor que no es pijotero. Se parece más a Road Trip o a American Pie, que a las pelis que parodia: la saga de A por todas.
Si eso... suscribánse y denle al cencerro si gustoles la historia (verídica).
Por cierto, hay un remake norteamericano mucho mas nuevo, que el forero Ego posteará a continuación. Aunque no es lo mismo.
Como cada Blas Fridas tras terminar la jornada laboral y caer la noche arranqué mi home Cinema. Un sencillo mini pc de Amd (5700g) con una pantalla AOC de 32" 2k que no es gran cosa y un monitor de 8" en MONO de la italiana RCZ que se oye de miedo en campo cercano.
Lo del vaso es porque los de ahora ya no son como los de antes, que duraban décadas todo rallados y más tras*lucidos que una beta de cuarzo.
Aunque en realidad lo del cartón de vino no es verdad, tenía que impregnar de bohemia el mensaje porque quieras que no, nos deben encantar las historias y películas con protagonistas autodestructivos. Una temática recurrente en éxitos de taquilla es el alcohólico perdedor, cuyo oficio suele ser el juego, las apuestas, casinos y partidas de pocker. O ladrón al que las cosas no le salen bien debido a su nivel de etanol en sangre. Sé que estoy generalizando, pues ahí le tenemos pegándole al Don Simón desde los 13 y el tio sigue dando guerra y mamporreando a dos manos.
Tampoco compré el vaso, si bien es cierto que tengo que pillar un juego de Duralex porque cascan muy rápido, Como decía antes, aquellos pacovasos todo rayados aguantaban medio siglo sin perecer.
Os diría que vi la película alemana de 2001 "Hasta donde los pies me lleven" con titulo original "So weit die Füße tragen" y también os diría que la ví en VO.
Es una epopeya basada en ese polémico libro del que tanto se ha hablado. El film comienza con el traslado de nuestro protagonista alemán, a un lugar indefinido de Siberia, mediante los medios y la actitud propios de la época: tren de mercancías, presos apiñados, frio y nieve, paradas en estaciones custodiadas por soldados con cortesanazos y ametralladoras.
El destino final? Un gulag soviet picapedrero donde la convención de Ginebra brilla por su ausencia y quien ahí llega pasará el resto de sus vidas extrayendo alguna cosa de la mina subterránea.
Pero nuestro protagonista, con ayuda del médico del barracón, se hace con tocino, un jersele, fósforos, y un cartón en la cara con dos pequeños agujeros para poder afrontar las tormentas de nieve horizontales siberianas.
La particularidad de la película radica, creo yo, en la variación de ecosistemas que el soldado alemán atraviesa en su huida con el único objetivo que volver a casa con su hija y su mujer.
La primera etapa de escape tras*curre en el fantasmal ártico, donde es salvado por nativos Yupik. Esta parte tiene claras reminiscencias a algo que ya hemos visto en Nanook el esquimal.
La segunda etapa de su periplo tras*curre en la Taiga siberiana, el inacabable bosque de coníferas agujereados por millones formas acuáticas y ríos. Sin duda, con las aventuras que aquí se suceden nos vendrá a la cabeza Dersu Uzala de Kurosawa. No estoy hablando de plagio, pues en realidad hay tan escasas obras con este tras*fondo que es inevitable relacionarlas.
Es su descenso hacia el sur, con el objetivo de llegar a un país con embajada británica (mientras le persigue la rojada), entra en un ecosistema catalogado por el 100tifiko @CLEGUEIN como la estepa turcochina.
No va desencaminado pese a no haber estudiado. Pero el alemán descendía mucho más al Oeste, por las estepas BSk de Kazajistán, un paísaje semiárido, extensamente vacío donde es imposible encontrar sombra. Es el reino del caballo, el halcón y la leche de yegua fermentada. A qué nos recuerda? Sin duda, a Urga, territorio del amor. Un peli rodada en los estertores de la Unión Soviética (1991) se supone que en Mongolia, por el célebre Nikita Mikhalkov.
En la última etapa de su argonautico viaje, se da a entender que llega a un país que podría ser Turkmenistán. Un inhóspito hábitat BWk, desértico, con su dósis diaria de insolación y helada. El alemán llega a un núcleo poblacional claramente islámico y a la par, bajo el yugo rojo que le persigue. En este pueblo donde todo es de tonalidad arcilla, hasta la piel, conoce a un judío que le da cobijo y asesoramiento logístico. Ya solo tiene que cruzar a Irán donde dejará de estar perseguido por Stanlin, de ahí a Turquía, a la embajada y vuelta a su pueblo alpino junto a la frontera austriaca, Oberammergau, donde ahora hay instalada una base de la OTAN.
La película termina bien, el soldado regresa a casa tras largos años de penurias y su mujer le ha esperado.
Debo decir, que al igual que comencé la historia de este fracaviernes adornando con un vino de cartón que no tomé, para darle empaque a la sesión, tengo que confesar que con la peli descrita he hecho lo mismo.
Evidentemente tras este trabajazo de escribir el tocho con un dedo en la tablet, pienso revisionar Hasta donde los pies me lleven esta misma tarde, por algo es una de mis pelis favoritas y tuve la suerte de encontrarla en calidad, unos 6gb.
No podía abrir el hilo comentando que vi Guerra de Cheerleaders tomando una infu de manzanilla con anís, no tiene empaque de ese y el ser humamo es así. Muchas veces descartamos lo güeno y nos quedamos con lo mediocre. ¿Acaso los éxitos de taquilla no son toda esa retaila de copias que salen de una máquina de superhéroes y guerras de galaxias...?.
Guerra de Cheerleaders es un peliculón llena de pizpiretas sortins y a la vez es la risión, con un humor que no es pijotero. Se parece más a Road Trip o a American Pie, que a las pelis que parodia: la saga de A por todas.
Si eso... suscribánse y denle al cencerro si gustoles la historia (verídica).
Por cierto, hay un remake norteamericano mucho mas nuevo, que el forero Ego posteará a continuación. Aunque no es lo mismo.
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