Para empezar la postmodernidad no es de izquierdas, de hecho el individualismo a ultranza que la caracteriza se traduce en lo económico en el neoliberalismo, reducción del estado, etc.
A la izquierda tradicionalmente le ha importado una fruta cosa la multiculturalidad, el feminismo y el rollo LGTB. Si ahora se han apropiado de estos movimientos es simplemente porque se han dado cuenta de que es una forma de estar presente y ganar poder.
España en los últimos 20 años se ha vuelto intensamente postmoderna culturalmente, sin embargo en lo político tenemos un estado descomunal y una estructura socialista con enormes impuestos, infinitas paguitas y la intromisión del estado en numerosos aspectos de la vida privada. Parece una contradicción pero de hecho no lo es, también forma parte del postmodernismo asumir las contradicciones y vivir con ellas sin problema.
El auge de Podemos por ejemplo es profundamente postmoderno, aunque pueda parecer lo contrario. Millones de borregos postmodernos incapaces de pensar en el mañana, de planificar nada, de comprometerse, adictos al placer instantáneo, a los viajes, a los deportes de riesgo y al Instagram, enfrentados a la dureza de la vida y siendo incapaces de asumir las desventajas del individualismo, son seducidos por Podemos con su ¨Sí se puede¨.