Este país tiene un serio problema de educación. Sobre todo, por la noche. Dormir, y dormir bien, es más importante casi que alimentarse. ¿Cuántos días puedes sobrevivir sin comer y cuantos sin dormir? No hay tanta diferencia.
Lo que quiero remarcar es la importancia que tiene el descanso y el dormir. Ya no es cuestión de ser un amargado y no querer juerga, es el de habilitar zonas para ello y no molestar al vecino. No es lo mismo irte con tu música a las tantas de la madrugada a un descampado en el que no molestas a nadie o a una discoteca bien insonorizada que hacerlo en tu piso de 60metros cuadrados en una comunidad de 30 vecinos. Llega a ser insoportable. Y no les digas nada que encima el malo eres tú.
Quien viva con algunas ventanas que den a un patio interior de vecinos puede ver la gran diversidad de gustos, desde la Jurado, reggeaton, trap o Chenoa. Todo vale. Y si el vecino lo pone a todo trapo, yo más fuerte. Esa es la ley que impera en las comunidades. Y no solo con la música, sino también con el tono de voz, y el volumen del televisor, o las duchas i/o lavadoras de madrugada.
Es una vergüenza, ya no por las autoridades que lo dejan hacer, sino, principalmente, por la gente, su falta de empatía y de educación.
Lo que quiero remarcar es la importancia que tiene el descanso y el dormir. Ya no es cuestión de ser un amargado y no querer juerga, es el de habilitar zonas para ello y no molestar al vecino. No es lo mismo irte con tu música a las tantas de la madrugada a un descampado en el que no molestas a nadie o a una discoteca bien insonorizada que hacerlo en tu piso de 60metros cuadrados en una comunidad de 30 vecinos. Llega a ser insoportable. Y no les digas nada que encima el malo eres tú.
Quien viva con algunas ventanas que den a un patio interior de vecinos puede ver la gran diversidad de gustos, desde la Jurado, reggeaton, trap o Chenoa. Todo vale. Y si el vecino lo pone a todo trapo, yo más fuerte. Esa es la ley que impera en las comunidades. Y no solo con la música, sino también con el tono de voz, y el volumen del televisor, o las duchas i/o lavadoras de madrugada.
Es una vergüenza, ya no por las autoridades que lo dejan hacer, sino, principalmente, por la gente, su falta de empatía y de educación.