I. de A.
Madmaxista
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VI. Producto Interior Bruto
El Producto Interior Bruto entre 1929 y 1958 se obtiene a partir de la agregación de los índices anteriores, que representan la evolución de los diversos sectores económicos Para realizar la agregación, Prados pondera los tres sectores analizados (agrario y pesquero, industrial y construcción, y servicios) con los pesos que tienen en la Contabilidad Nacional de 1958. Como en ocasiones anteriores, para el nuevo índice hubiera sido deseable utilizar la media geométrica de las series ponderadas con los pesos de cada sector en 1958 y 1929, pero en este caso no dispongo de estimación para el año 1929, y por lo tanto seguiré a Prados utilizando los pesos de 1958.
Para los años 1958-62, no he podido realizar un estudio desglosado sector a sector como entre 1929 y 1958, ya que Prados únicamente extiende su análisis hasta 1958, como ya he señalado. Sin embargo, según las cifras de crecimiento oficial del PIB en 101 años, para 1959 y 1960 están claramente subestimadas, en palabras de Schwartz: «Mi estimación ... no muestra una caída absoluta del PIB en 1959-1960. ... No sé cómo llegaron los estadísticos del Consejo Nacional de Economía y del Instituto Nacional de Estadística a descubrir una caída absoluta del producto, pero tal caída no aparece en las cifras de base». En efecto, la estimación oficial del crecimiento del PIB (27) entre 1958 y 1959 muestra un descenso de 11.836 Mptas de 1958 (-2.1%), que casi en su totalidad proceden del subsector comercio, que baja 11.140 Mptas, un 18%. Este brutal descenso del comercio es dificil de entender, dado que tanto el sector primario como el industrial y las importaciones aumentaron en dicho año y, como es lógico, tuvieron que comercializarse, salvo que queramos admitir un aumento considerable de stocks que nada parece sugerir. La subestimación oficial del crecimiento en los años 1959-60 se confirma por la cifra de crecimiento del PIB en el bienio 1960-62, que fue del 22%, la más alta de la Historia de España, y que en mi opinión incorpora parte del crecimiento subestimado en los años 1959-60. Por lo tanto, tomaremos como crecimiento de los años 1959 y 1960 la estimación de Schwartz (3.9% en 1959 y 3.2% en 1960), que se apoya en la evolución de las series de producción física, y restaremos de los crecimientos del bienio 1961-62 una cifra equivalente, de modo que el PIB de 1962 coincida con la serie dc Prados.
La evolución del Producto Interior Bruto estimado entre 1929 y 1962 se muestra en la tabla VI-l, donde aparecen los índices sectoriales del sector primario (agricultura y pesca), del sector secundario (industria y construcción), y sector servicios, junto con el PIB al coste de los factores, todos ellos con índice 100 en 1958. En la figura VI-l se representan conjuntamente las estimaciones de Prados y del Nuevo Indice sobre la evolución del PIB entre 1929 y 1962, para permitir una comparación detallada. En la tabla VI-2 aparece la nueva estimación en perspectiva con las precedentes, ya analizadas en nuestro apartado II. En la segunda línea se presenta la caída de producción debida a la guerra, y en las dos líneas últimas aparece el crecimiento anual en cada una de las décadas de los años 40 y 50.
Los resultados más destacables del nuevo índice son los siguientes:
* Entre 1929 y 1935 el nuevo índice muestra una ligera caída del 1%, en tanto que Prados obtiene un nivel plano. Probablemente ambas estimaciones entren dentro del nivel de error que los datos actuales permiten.
Fig.VI-1. Producto Interior Bruto 1929-1958
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* La caída debida a la guerra en el nuevo índice es muy inferior a las estimaciones precedentes, y quizás este resultado sea el más significativo del presente estudio. La caída máxima propuesta es del 20% en 1937, en tanto que Prados obtiene un 26% en 1938. Este efecto procede en buena parte de la toma en consideración del aumento en los efectivos militares, que Prados no contempla. De modo similar, en 1940 el nuevo índice señala una caída de tan solo un 4% respecto a 1935, a comparar con el 10% de la estimación más optimista hasta la fecha, que era la de Naredo. En términos internacionales, la nueva estimación es muy similar a la de Italia, que muestra un descenso del 5.2% entre 1941 y 1948 como consecuencia de la II Guerra Mundial, como señala Naredo, y es coherente con el hecho de que ya en 1940 se mejoraron tanto el nivel de producción de electricidad como la mortalidad infantil previas a la guerra.
* La recuperación postbélica que muestra el nuevo índice es muy similar a la de Naredo, ya que para ambos el nivel de 1929 se recupera en 1943 (4 años tras el final de nuestra guerra), pero difiere bastante de los restantes autores. Este ritmo de recuperación es muy similar al obtenido en otros países europeos: Italia recuperó su nivel de preguerra en 1950 (28), es decir, 5 años tras el final de la guerra, Francia en 1949 (4 años), en tanto que Alemania, que resultó virtualmente destruida, lo consiguió en 1953, es decir, a los 8 años de concluir el conflicto.
* El crecimiento del PIB en la década de los 40 obtenido es del 2.3% anual, que coincide con la media de las tres últimas estimaciones (Naredo, Prados y Alcaide). Es de destacar que este crecimiento es similar al conseguido en la década de los años veinte (2.7%), la más floreciente del siglo hasta los años cincuenta.
* El resultado para los años 50 (crecimiento del 4.6% anual) coincide asimismo con la media de las 2 últimas estimaciones (Prados y Alcaide).
* Entre 1958 y 1962, el nuevo índice muestra una desaceleración del crecimiento en 1959-60 (3.5% anual a comparar con el 4.9% de los años 1950-58), y cifras algo superiores al 7% anual en 1961-62, en tanto que Prados, siguiendo los datos oficiales, propone un descenso en 1959, estabilidad en 1960 y cifras superiores al 11% anual en el bienio 1961-62.
Figura VI-2. Estimaciones de la renta de España, 1960=100
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Con el fin de ofrecer una perspectiva más gráfica de las distintas estimaciones, se presentan las mismas en la figura VI-2, donde aparecen únicamente los años clave: 1935, 1940, 1950 y 1960 por mayor claridad. Los diversos índices se han homogeneizado dando un valor 100 al año 1960, que es el mejor conocido. Dado que la estimación de Carreras concluye en 1958, he completado su índice hasta 1960 con la estimacion de Prados. En la figura VI-2, puede verse que el nuevo índice ocupa una posición intermedia respecto a las estimaciones previas, tanto en 1950 como en 1940, en tanto que para 1935 la estimación es «pesimista», a medio camino entre las de Naredo y Alcaide. Las cifras de los diversos autores para la España de 1935 difieren notablemente, ordenándose las estimaciones de la siguiente manera, en función de su visión «optimista» del año 1935: Carreras (78% del nivel de 1960), Prados, CEN, Alcaide, Nuevo Indice y Naredo (49% del nivel de 1960). La diferencia entre las estimaciones límite para 1935 es del 61%, lo que es una muestra del velo de incertidumbres que todavía cubre nuestro pasado más reciente.
El Producto Interior Bruto entre 1929 y 1958 se obtiene a partir de la agregación de los índices anteriores, que representan la evolución de los diversos sectores económicos Para realizar la agregación, Prados pondera los tres sectores analizados (agrario y pesquero, industrial y construcción, y servicios) con los pesos que tienen en la Contabilidad Nacional de 1958. Como en ocasiones anteriores, para el nuevo índice hubiera sido deseable utilizar la media geométrica de las series ponderadas con los pesos de cada sector en 1958 y 1929, pero en este caso no dispongo de estimación para el año 1929, y por lo tanto seguiré a Prados utilizando los pesos de 1958.
Para los años 1958-62, no he podido realizar un estudio desglosado sector a sector como entre 1929 y 1958, ya que Prados únicamente extiende su análisis hasta 1958, como ya he señalado. Sin embargo, según las cifras de crecimiento oficial del PIB en 101 años, para 1959 y 1960 están claramente subestimadas, en palabras de Schwartz: «Mi estimación ... no muestra una caída absoluta del PIB en 1959-1960. ... No sé cómo llegaron los estadísticos del Consejo Nacional de Economía y del Instituto Nacional de Estadística a descubrir una caída absoluta del producto, pero tal caída no aparece en las cifras de base». En efecto, la estimación oficial del crecimiento del PIB (27) entre 1958 y 1959 muestra un descenso de 11.836 Mptas de 1958 (-2.1%), que casi en su totalidad proceden del subsector comercio, que baja 11.140 Mptas, un 18%. Este brutal descenso del comercio es dificil de entender, dado que tanto el sector primario como el industrial y las importaciones aumentaron en dicho año y, como es lógico, tuvieron que comercializarse, salvo que queramos admitir un aumento considerable de stocks que nada parece sugerir. La subestimación oficial del crecimiento en los años 1959-60 se confirma por la cifra de crecimiento del PIB en el bienio 1960-62, que fue del 22%, la más alta de la Historia de España, y que en mi opinión incorpora parte del crecimiento subestimado en los años 1959-60. Por lo tanto, tomaremos como crecimiento de los años 1959 y 1960 la estimación de Schwartz (3.9% en 1959 y 3.2% en 1960), que se apoya en la evolución de las series de producción física, y restaremos de los crecimientos del bienio 1961-62 una cifra equivalente, de modo que el PIB de 1962 coincida con la serie dc Prados.
La evolución del Producto Interior Bruto estimado entre 1929 y 1962 se muestra en la tabla VI-l, donde aparecen los índices sectoriales del sector primario (agricultura y pesca), del sector secundario (industria y construcción), y sector servicios, junto con el PIB al coste de los factores, todos ellos con índice 100 en 1958. En la figura VI-l se representan conjuntamente las estimaciones de Prados y del Nuevo Indice sobre la evolución del PIB entre 1929 y 1962, para permitir una comparación detallada. En la tabla VI-2 aparece la nueva estimación en perspectiva con las precedentes, ya analizadas en nuestro apartado II. En la segunda línea se presenta la caída de producción debida a la guerra, y en las dos líneas últimas aparece el crecimiento anual en cada una de las décadas de los años 40 y 50.
Tabla VI-1. Nuevo índice entre 1929 y 1962, base 100=1958 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Los resultados más destacables del nuevo índice son los siguientes:
* Entre 1929 y 1935 el nuevo índice muestra una ligera caída del 1%, en tanto que Prados obtiene un nivel plano. Probablemente ambas estimaciones entren dentro del nivel de error que los datos actuales permiten.
Fig.VI-1. Producto Interior Bruto 1929-1958
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* La caída debida a la guerra en el nuevo índice es muy inferior a las estimaciones precedentes, y quizás este resultado sea el más significativo del presente estudio. La caída máxima propuesta es del 20% en 1937, en tanto que Prados obtiene un 26% en 1938. Este efecto procede en buena parte de la toma en consideración del aumento en los efectivos militares, que Prados no contempla. De modo similar, en 1940 el nuevo índice señala una caída de tan solo un 4% respecto a 1935, a comparar con el 10% de la estimación más optimista hasta la fecha, que era la de Naredo. En términos internacionales, la nueva estimación es muy similar a la de Italia, que muestra un descenso del 5.2% entre 1941 y 1948 como consecuencia de la II Guerra Mundial, como señala Naredo, y es coherente con el hecho de que ya en 1940 se mejoraron tanto el nivel de producción de electricidad como la mortalidad infantil previas a la guerra.
Tabla VI-2. Estimaciones de la variación de la renta en España, 1935-60 | ||||||||||||||||||||||||||||||||
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* El crecimiento del PIB en la década de los 40 obtenido es del 2.3% anual, que coincide con la media de las tres últimas estimaciones (Naredo, Prados y Alcaide). Es de destacar que este crecimiento es similar al conseguido en la década de los años veinte (2.7%), la más floreciente del siglo hasta los años cincuenta.
* El resultado para los años 50 (crecimiento del 4.6% anual) coincide asimismo con la media de las 2 últimas estimaciones (Prados y Alcaide).
* Entre 1958 y 1962, el nuevo índice muestra una desaceleración del crecimiento en 1959-60 (3.5% anual a comparar con el 4.9% de los años 1950-58), y cifras algo superiores al 7% anual en 1961-62, en tanto que Prados, siguiendo los datos oficiales, propone un descenso en 1959, estabilidad en 1960 y cifras superiores al 11% anual en el bienio 1961-62.
Figura VI-2. Estimaciones de la renta de España, 1960=100
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Con el fin de ofrecer una perspectiva más gráfica de las distintas estimaciones, se presentan las mismas en la figura VI-2, donde aparecen únicamente los años clave: 1935, 1940, 1950 y 1960 por mayor claridad. Los diversos índices se han homogeneizado dando un valor 100 al año 1960, que es el mejor conocido. Dado que la estimación de Carreras concluye en 1958, he completado su índice hasta 1960 con la estimacion de Prados. En la figura VI-2, puede verse que el nuevo índice ocupa una posición intermedia respecto a las estimaciones previas, tanto en 1950 como en 1940, en tanto que para 1935 la estimación es «pesimista», a medio camino entre las de Naredo y Alcaide. Las cifras de los diversos autores para la España de 1935 difieren notablemente, ordenándose las estimaciones de la siguiente manera, en función de su visión «optimista» del año 1935: Carreras (78% del nivel de 1960), Prados, CEN, Alcaide, Nuevo Indice y Naredo (49% del nivel de 1960). La diferencia entre las estimaciones límite para 1935 es del 61%, lo que es una muestra del velo de incertidumbres que todavía cubre nuestro pasado más reciente.