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Será en Octubre
"Nunca se produjo un genocidio en América en época española, después sí"
Eslava Galán: "Nunca se produjo un genocidio en América en época española, después sí"
El escritor publica La conquista de América contada para escépticos, un ensayo con el que trata de combatir la desinformación sobre esta gesta.
Para aceptar la propuesta que, como lectores, nos hace Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén, 1948), hay que aparcar prejuicios e ideas preconcebidas. La idea es plantarse ante la conquista de América con la mente clareada. El prolífico escritor ya tradujo para escépticos la Historia de España (2010), la del mundo (2012), la I y II Guerra Mundial (2014, 2015) y la Revolución rusa (2017). Ahora vuelve con uno de los temas más controvertidos del momento, que celebra efeméride, y que salta a la palestra periódicamente alternando el discurso envenenado de la leyenda de color con el relato edulcorado de la leyenda rosa.
La conquista de América contada para escépticos (Planeta) nace con la loable intención de combatir la desinformación. Se divide en tres partes: "Un nuevo mundo", en el que se narra el descubrimiento de Colón; "Pirámides de escalones", centrada en México y la figura de Cortés; y "El oro inca", con Pizarro y la conquista de Perú. En tono novelesco, con diálogos más verosímiles que verídicos, el autor convierte esta lectura en un divertido paseo por la Historia. Pinta a Colón como un oscuro navegante, mal gobernante, egoísta y obsesionado con el oro; ensalza la actitud de la Corona española para proteger a los indios de todo abuso; y derriba algunos de los fantasmas más peleones de la leyenda de color.
El jienense lleva leyendo Crónicas de indias desde su adolescencia, así que se ha subido a las naves de la conquista con pies firmes. Próximamente, le dedicará otro libro a la conquista del Norte de América: "La mitad de EEUU fue colonizada por los españoles, algo que frecuentemente se olvida".
PREGUNTA. Se lanza a un tema que enfada tanto a tantos desde el humor. Nadie dijo que no se pudiera bromear con este asunto, ¿no?
RESPUESTA. Hay que ponerle humor a todo en la vida. Solo las personas que están desinformadas se enfadan con este asunto. He intentado ser veraz y dar la información necesaria. Mi intención es convencer al lector de que no se pueden juzgar actitudes del siglo XVI con la mentalidad del siglo XXI.
P. ¿Este libro media entre la leyenda de color y los textos que beatifican la conquista?
R. Yo he vivido ambos casos. Cuando nací, se daba la leyenda rosa porque Franco tenía tentaciones imperialistas en África y convenía ver la conquista desde esa perspectiva. Pero también he vivido en el extranjero y he entrado en contacto con la leyenda de color. Tan injusta es la una como la otra. La Historia nunca es blanca o de color, tiene matices. Tenemos que aproximarnos a la verdad y ésta suele encontrarse en el punto medio.
P. Se dirige a los lectores escépticos. ¿Quedan de esos?
R. Espero que el lector llegue con una postura desprejuiciada. Les voy a contar los pros y los contras de una gran aventura histórica y lo que espero es que, después de darle toda esa información, sea capaz de sacar sus propias conclusiones.
P. Colón no sale muy bien parado como persona, su gesta sí.
R. Lo destacable es que descubra América y se colonice. Después de la irrupción del cristianismo, en la Historia de la Humanidad no hay ningún hecho tan importante como el descubrimiento. Lo revoluciona todo, hasta la alimentación del viejo mundo. Colón no tuvo en su tiempo la importancia que le damos ahora. Hubo marinos mucho más avezados que él en el arte de navegar que exploraron la costa de América, siempre buscando el paso hacia la especería. Los italianos comenzaron a darle más relevancia a partir del siglo XIX.
P. ¿Hay que derribar sus estatuas?
R. Con esta ley del péndulo que tenemos se están suprimiendo los elementos colombinos para poner jefes indígenas en su lugar. No veo por qué hay que quitarlas. Si empezamos a cuestionar a Colón, tenemos que cuestionar el 90% de las estatuas. Simplemente hay que estudiar su figura, con lo que tiene de negativo, que fue mucho, y de positivo.
P. ¿Recordamos como debemos a Hernán Cortés y Pizarro?
R. Siempre hay una cierta idealización, pero evidentemente son grandes figuras, épicas, de las que legítimamente podemos sentirnos orgullosos porque hicieron grandes gestas como conquistadores.
P. ¿Eran parecidos los dos?
R. Aunque eran parientes eran muy distintos. Uno guapo, apuesto y culto; el otro, todo lo contrario. Pero los dos consiguieron, con pocos hombres, conquistar todo un imperio.
P. ¿Sigue siendo efectivo creerse la leyenda de color?
R. Tuvo su mayor repercusión a partir del siglo XIX, cuando se independizan las repúblicas sudamericanas. Se comienza a culpar a la labor civilizadora de España como chivo expiatorio de todos los males. Han pasado los siglos, aquello no funciona y siguen diciendo que es porque los españoles civilizaron aquello.
P. ¿Hay que combatir el indigenismo?
R. Hay que expresar la verdad y, con la verdad, el indigenismo pierde mucha fuerza. Mientras culpan a España no se ocupan de sus verdaderos problemas. España se fue de allí hace más de doscientos años. Son países potencialmente muy ricos pero tienen gravísimos problemas sociales y estructurales, algo se estará haciendo mal.
P. En tus viajes por Sudamérica, ¿te has encontrado con ese discurso?
R. Depende del nivel intelectual de la persona con la que hables. El sentimiento indigenista está muy extendido y no porque estén en contra de los españoles sino porque tienen sublimado la cultura de sus remotos antepasados. Encuentro que hay mucha desinformación, tanto allí como aquí.
P. ¿Qué se le pasa por la cabeza cuando escucha la palabra genocidio en este contexto?
R. Es una falacia histórica. Nunca se produjo un genocidio en época española, después sí. Los españoles, desde el principio, consideraron a aquellos indios súbditos de la Corona, con los mismos derechos que los súbditos en España. No había un sentido colonial, eran provincias de España.
P. ¿Cuándo hubo genocidio?
R. Después de la independencia americana, a principios del XIX. Ha habido repúblicas, especialmente la chilena y la argentina, que han cometido genocidios con los indios. Han querido exterminar tribus enteras siguiendo quizá una especie de filosofía darwinista y el ejemplo de los hermanos del norte que estaban exterminando sistemáticamente a los pieles rojas.
P. ¿Ellos han pedido perdón?
R. No. No solo no han pedido perdón sino que no tienen consciencia de haber cometido algo así.
P. Sostiene que con la conquista española no hubo etnocidio, sino mestizaje.
R. Se fomentaron los casamientos mixtos y una sociedad mestiza, algo que no se dio en ninguno de los demás colonialismos europeos.
P. Y tantas muertes que se achacan a la crueldad española, ¿a qué responde en realidad?
R. Los europeos llevaron allí enfermedades desconocidas para las que no había anticuerpos, sobre todo la viruela. Había una gran mortandad por enfermedad y los españoles no eran conscientes de que la estaban provocando ellos. Por su parte, ellos hicieron su pequeña contribución dándonos la sífilis, que no existía en Europa y que fue un tremendo problema hasta el siglo XX.
P. ¿Qué versión de la Historia se estudia en los colegios?
R. España se ha dividido en tropecientas autonomías, no hay una visión unitaria. En las autonomías más independentistas se falsifica sistemáticamente la Historia. Y en las demás, se sigue una postura razonablemente histórica, obviamente no se acoge la leyenda de color.
P. ¿Los españoles acabaron con la cultura indígena?
R. Otro de los argumentos indigenistas es que allí había una cultura floreciente estupenda, una especie de paraíso que los españoles destruyeron. Era una religión despiadada en la que hacían sacrificios humanos. Habrían el pecho a la víctima y le sacaban el corazón palpitante. Eso los españoles no lo veían con simpatía. Además, Cortés nunca hubiera conquistado México con los pocos españoles que llevaba. Si lo hizo fue porque los mexicas tenían sojuzgados a una serie de pueblos de los que abusaban con impuestos. La conquista la hicieron los indígenas que querían sacudirse la tiranía de los mexicas.
P. ¿Y cómo esta parte de la historia ha quedado tan ensombrecida?
R. Los historiadores serios mexicanos por supuesto que lo ven, no están engañados. Existe mucha documentación. No hablamos de cosas especulativas. La arqueología nos sigue dando pruebas cada día, han aparecido cráneos mexicas de niños y mujeres atravesados por cuchillos. Se empieza a subrayar que aquello era un sistema muy cruel. Obviamente, los mexicanos lo saben mejor que nosotros, pero hay algún demagogo, como López Obrador, que usa ese espantajo.
P. No todo fue rosa tampoco. ¿Cuál fue el aspecto más reprochable de la conquista?
R. Se dictaron leyes muy justas para proteger a los indios, leyes que avanzan el derecho internacional, las Leyes de Burgos. Muchas veces los colonos, cínicamente, decían: 'Se acata, pero no se cumple'. Era difícil aplicar leyes redactadas en Madrid en un mundo totalmente nuevo. Era evidente que hubo crueldades y abusos, pero si los comparamos con las crueldades y abusos de los colonizadores ingleses, holandeses, franceses, belgas, etc, los españoles quedan muy favorecidos, fueron mucho más humanos.
P. ¿Los Reyes Católicos hicieron oídos sordos a los excesos de estos colonos?
R. Ellos mandaron allí a Bobadilla para que controlase lo que se estaba haciendo y Colón volvió preso a España para dar cuenta de lo que se estaba haciendo mal allí.
P. Hay en marcha al menos cuatro películas sobre Cortés. ¿Podemos esperar que rueden con cordura?
R. Las películas de Hollywood quieren espectáculo. Si sale un español, irremediablemente tendrá que ser cruel para que haya cuchilladas y sangre. La violencia es muy cinematográfica y eso es lo que habrá en las películas sobre Cortés.
P. ¿Qué peligros tiene usar la Historia como arma política?
R. Uno muy grave. Algunos líderes pueden servirse de ella para envenenar al pueblo y llevarlo a conclusiones erróneas y hasta a la miseria. Los gobernantes deben tener un gran compromiso con la verdad.
P. Me da la sensación de que en los últimos capítulos del libro se busca la reconciliación.
R. Sí. Hay que ver las similitudes por encima de las diferencias. Lo más hermoso que tiene un pueblo es su idioma, inspira el pensamiento. Tenemos como herencia común el idioma y eso es lo que hay que subrayar.
P. ¿Debemos pedir perdón por algo?
R. No. Primero, un nieto nunca tiene culpa de los crímenes de su abuelo. Segundo, en todo caso, que pidan perdón ellos, los criollos, porque mis abuelos se quedaron en España. Tercero, al siglo XVI hay que juzgarlo con la mentalidad del siglo XVI. Los que iban allí pensaban que tenían perfecto derecho a conquistar esa tierra.
Eslava Galán: "Nunca se produjo un genocidio en América en época española, después sí"
El escritor publica La conquista de América contada para escépticos, un ensayo con el que trata de combatir la desinformación sobre esta gesta.
Para aceptar la propuesta que, como lectores, nos hace Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén, 1948), hay que aparcar prejuicios e ideas preconcebidas. La idea es plantarse ante la conquista de América con la mente clareada. El prolífico escritor ya tradujo para escépticos la Historia de España (2010), la del mundo (2012), la I y II Guerra Mundial (2014, 2015) y la Revolución rusa (2017). Ahora vuelve con uno de los temas más controvertidos del momento, que celebra efeméride, y que salta a la palestra periódicamente alternando el discurso envenenado de la leyenda de color con el relato edulcorado de la leyenda rosa.
La conquista de América contada para escépticos (Planeta) nace con la loable intención de combatir la desinformación. Se divide en tres partes: "Un nuevo mundo", en el que se narra el descubrimiento de Colón; "Pirámides de escalones", centrada en México y la figura de Cortés; y "El oro inca", con Pizarro y la conquista de Perú. En tono novelesco, con diálogos más verosímiles que verídicos, el autor convierte esta lectura en un divertido paseo por la Historia. Pinta a Colón como un oscuro navegante, mal gobernante, egoísta y obsesionado con el oro; ensalza la actitud de la Corona española para proteger a los indios de todo abuso; y derriba algunos de los fantasmas más peleones de la leyenda de color.
El jienense lleva leyendo Crónicas de indias desde su adolescencia, así que se ha subido a las naves de la conquista con pies firmes. Próximamente, le dedicará otro libro a la conquista del Norte de América: "La mitad de EEUU fue colonizada por los españoles, algo que frecuentemente se olvida".
PREGUNTA. Se lanza a un tema que enfada tanto a tantos desde el humor. Nadie dijo que no se pudiera bromear con este asunto, ¿no?
RESPUESTA. Hay que ponerle humor a todo en la vida. Solo las personas que están desinformadas se enfadan con este asunto. He intentado ser veraz y dar la información necesaria. Mi intención es convencer al lector de que no se pueden juzgar actitudes del siglo XVI con la mentalidad del siglo XXI.
P. ¿Este libro media entre la leyenda de color y los textos que beatifican la conquista?
R. Yo he vivido ambos casos. Cuando nací, se daba la leyenda rosa porque Franco tenía tentaciones imperialistas en África y convenía ver la conquista desde esa perspectiva. Pero también he vivido en el extranjero y he entrado en contacto con la leyenda de color. Tan injusta es la una como la otra. La Historia nunca es blanca o de color, tiene matices. Tenemos que aproximarnos a la verdad y ésta suele encontrarse en el punto medio.
P. Se dirige a los lectores escépticos. ¿Quedan de esos?
R. Espero que el lector llegue con una postura desprejuiciada. Les voy a contar los pros y los contras de una gran aventura histórica y lo que espero es que, después de darle toda esa información, sea capaz de sacar sus propias conclusiones.
P. Colón no sale muy bien parado como persona, su gesta sí.
R. Lo destacable es que descubra América y se colonice. Después de la irrupción del cristianismo, en la Historia de la Humanidad no hay ningún hecho tan importante como el descubrimiento. Lo revoluciona todo, hasta la alimentación del viejo mundo. Colón no tuvo en su tiempo la importancia que le damos ahora. Hubo marinos mucho más avezados que él en el arte de navegar que exploraron la costa de América, siempre buscando el paso hacia la especería. Los italianos comenzaron a darle más relevancia a partir del siglo XIX.
P. ¿Hay que derribar sus estatuas?
R. Con esta ley del péndulo que tenemos se están suprimiendo los elementos colombinos para poner jefes indígenas en su lugar. No veo por qué hay que quitarlas. Si empezamos a cuestionar a Colón, tenemos que cuestionar el 90% de las estatuas. Simplemente hay que estudiar su figura, con lo que tiene de negativo, que fue mucho, y de positivo.
P. ¿Recordamos como debemos a Hernán Cortés y Pizarro?
R. Siempre hay una cierta idealización, pero evidentemente son grandes figuras, épicas, de las que legítimamente podemos sentirnos orgullosos porque hicieron grandes gestas como conquistadores.
P. ¿Eran parecidos los dos?
R. Aunque eran parientes eran muy distintos. Uno guapo, apuesto y culto; el otro, todo lo contrario. Pero los dos consiguieron, con pocos hombres, conquistar todo un imperio.
P. ¿Sigue siendo efectivo creerse la leyenda de color?
R. Tuvo su mayor repercusión a partir del siglo XIX, cuando se independizan las repúblicas sudamericanas. Se comienza a culpar a la labor civilizadora de España como chivo expiatorio de todos los males. Han pasado los siglos, aquello no funciona y siguen diciendo que es porque los españoles civilizaron aquello.
P. ¿Hay que combatir el indigenismo?
R. Hay que expresar la verdad y, con la verdad, el indigenismo pierde mucha fuerza. Mientras culpan a España no se ocupan de sus verdaderos problemas. España se fue de allí hace más de doscientos años. Son países potencialmente muy ricos pero tienen gravísimos problemas sociales y estructurales, algo se estará haciendo mal.
P. En tus viajes por Sudamérica, ¿te has encontrado con ese discurso?
R. Depende del nivel intelectual de la persona con la que hables. El sentimiento indigenista está muy extendido y no porque estén en contra de los españoles sino porque tienen sublimado la cultura de sus remotos antepasados. Encuentro que hay mucha desinformación, tanto allí como aquí.
P. ¿Qué se le pasa por la cabeza cuando escucha la palabra genocidio en este contexto?
R. Es una falacia histórica. Nunca se produjo un genocidio en época española, después sí. Los españoles, desde el principio, consideraron a aquellos indios súbditos de la Corona, con los mismos derechos que los súbditos en España. No había un sentido colonial, eran provincias de España.
P. ¿Cuándo hubo genocidio?
R. Después de la independencia americana, a principios del XIX. Ha habido repúblicas, especialmente la chilena y la argentina, que han cometido genocidios con los indios. Han querido exterminar tribus enteras siguiendo quizá una especie de filosofía darwinista y el ejemplo de los hermanos del norte que estaban exterminando sistemáticamente a los pieles rojas.
P. ¿Ellos han pedido perdón?
R. No. No solo no han pedido perdón sino que no tienen consciencia de haber cometido algo así.
P. Sostiene que con la conquista española no hubo etnocidio, sino mestizaje.
R. Se fomentaron los casamientos mixtos y una sociedad mestiza, algo que no se dio en ninguno de los demás colonialismos europeos.
P. Y tantas muertes que se achacan a la crueldad española, ¿a qué responde en realidad?
R. Los europeos llevaron allí enfermedades desconocidas para las que no había anticuerpos, sobre todo la viruela. Había una gran mortandad por enfermedad y los españoles no eran conscientes de que la estaban provocando ellos. Por su parte, ellos hicieron su pequeña contribución dándonos la sífilis, que no existía en Europa y que fue un tremendo problema hasta el siglo XX.
P. ¿Qué versión de la Historia se estudia en los colegios?
R. España se ha dividido en tropecientas autonomías, no hay una visión unitaria. En las autonomías más independentistas se falsifica sistemáticamente la Historia. Y en las demás, se sigue una postura razonablemente histórica, obviamente no se acoge la leyenda de color.
P. ¿Los españoles acabaron con la cultura indígena?
R. Otro de los argumentos indigenistas es que allí había una cultura floreciente estupenda, una especie de paraíso que los españoles destruyeron. Era una religión despiadada en la que hacían sacrificios humanos. Habrían el pecho a la víctima y le sacaban el corazón palpitante. Eso los españoles no lo veían con simpatía. Además, Cortés nunca hubiera conquistado México con los pocos españoles que llevaba. Si lo hizo fue porque los mexicas tenían sojuzgados a una serie de pueblos de los que abusaban con impuestos. La conquista la hicieron los indígenas que querían sacudirse la tiranía de los mexicas.
P. ¿Y cómo esta parte de la historia ha quedado tan ensombrecida?
R. Los historiadores serios mexicanos por supuesto que lo ven, no están engañados. Existe mucha documentación. No hablamos de cosas especulativas. La arqueología nos sigue dando pruebas cada día, han aparecido cráneos mexicas de niños y mujeres atravesados por cuchillos. Se empieza a subrayar que aquello era un sistema muy cruel. Obviamente, los mexicanos lo saben mejor que nosotros, pero hay algún demagogo, como López Obrador, que usa ese espantajo.
P. No todo fue rosa tampoco. ¿Cuál fue el aspecto más reprochable de la conquista?
R. Se dictaron leyes muy justas para proteger a los indios, leyes que avanzan el derecho internacional, las Leyes de Burgos. Muchas veces los colonos, cínicamente, decían: 'Se acata, pero no se cumple'. Era difícil aplicar leyes redactadas en Madrid en un mundo totalmente nuevo. Era evidente que hubo crueldades y abusos, pero si los comparamos con las crueldades y abusos de los colonizadores ingleses, holandeses, franceses, belgas, etc, los españoles quedan muy favorecidos, fueron mucho más humanos.
P. ¿Los Reyes Católicos hicieron oídos sordos a los excesos de estos colonos?
R. Ellos mandaron allí a Bobadilla para que controlase lo que se estaba haciendo y Colón volvió preso a España para dar cuenta de lo que se estaba haciendo mal allí.
P. Hay en marcha al menos cuatro películas sobre Cortés. ¿Podemos esperar que rueden con cordura?
R. Las películas de Hollywood quieren espectáculo. Si sale un español, irremediablemente tendrá que ser cruel para que haya cuchilladas y sangre. La violencia es muy cinematográfica y eso es lo que habrá en las películas sobre Cortés.
P. ¿Qué peligros tiene usar la Historia como arma política?
R. Uno muy grave. Algunos líderes pueden servirse de ella para envenenar al pueblo y llevarlo a conclusiones erróneas y hasta a la miseria. Los gobernantes deben tener un gran compromiso con la verdad.
P. Me da la sensación de que en los últimos capítulos del libro se busca la reconciliación.
R. Sí. Hay que ver las similitudes por encima de las diferencias. Lo más hermoso que tiene un pueblo es su idioma, inspira el pensamiento. Tenemos como herencia común el idioma y eso es lo que hay que subrayar.
P. ¿Debemos pedir perdón por algo?
R. No. Primero, un nieto nunca tiene culpa de los crímenes de su abuelo. Segundo, en todo caso, que pidan perdón ellos, los criollos, porque mis abuelos se quedaron en España. Tercero, al siglo XVI hay que juzgarlo con la mentalidad del siglo XVI. Los que iban allí pensaban que tenían perfecto derecho a conquistar esa tierra.