@Certificador
El tupper era cosa de segadores, vendimiadores y aceituneros altivos que van a destajo, tienen que aprovechar la luz solar y no les queda cerca ningún restaurante de obreros que disponga de un
económico menú del día.
Los ricos, los de verdad, siempre han comido a la carta.
Pero el tupper lo llevaba hasta el amo (yo siempre he preferido que el amo me llamara criado a que cualquier jefecillo de personal me llame recurso), con dos botellas de vino y se echaba un parlao y un cigarro con los segadores bajo una encina, puede que por escaquearse un rato de estar en casa.
-¿Vino,..., vino,... vino el amo? -preguntó un joven segador cuando faltó el amo y fue la ama la que les llevó la comida.
Y ella, rápida como una centella pero también haciéndose la tartamuda, le contestó:
-Agua,... agua,... aguardándole estamos.
Y éstas eran lentejas.
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FREE ZOUHAM o abandonad toda esperanza.