Muy interesante sobre todo cosas que dice sobre Kubrick...
La entrevista entera:
Sobre lo de Kubrick y su adaptación de la novela El Resplandor:
La versión de Stanley Kubrick de El resplandor me resulta mucho más difícil de evaluar, porque sigo siendo profundamente ambivalente. Admiraba a Kubrick desde hacía mucho tiempo y tenía grandes expectativas en el proyecto, pero el resultado final me decepcionó profundamente. Algunas partes de la película son escalofriantes, cargadas de un terror implacablemente claustrofóbico, pero otras se quedan en nada.
Creo que hay dos problemas básicos en la película. En primer lugar, Kubrick es un tipo muy frío —pragmático y racional— y tenía grandes dificultades para concebir, incluso académicamente, un mundo sobrenatural. Solía hacerme llamadas tras*atlánticas desde Inglaterra a horas extrañas del día y de la noche, y recuerdo que una vez me llamó a las siete de la mañana y me preguntó: «¿Crees en Dios?». Me limpié la crema de afeitar de la boca, pensé un minuto y dije: «Sí, creo que sí». Kubrick respondió: «No, no creo que haya un Dios», y colgó. No es que la religión tenga que estar involucrada en el horror, pero un escéptico visceral como Kubrick no podía entender la maldad inhumana del Hotel Overlook. Así que buscó el mal en los personajes y convirtió la película en una tragedia doméstica con matices vagamente sobrenaturales. Ese fue el fallo básico: como no podía creer, no podía hacer que la película fuera creíble para los demás.
El segundo problema estaba en la caracterización y el reparto. Jack Nicholson, aunque es un buen actor, no era el adecuado para el papel. Su último gran papel había sido en Alguien voló sobre el nido del cuco (One Flew Over the Cuckoo’s Nest, Milos Forman, 1975), y entre eso y su sonrisa maníaca, el público lo identificaba automáticamente como un loco desde la primera escena. Pero el libro trata del descenso gradual de Jack Torrance a la locura a través de la influencia maligna del Overlook, que es como un enorme acumulador cargado con un mal lo suficientemente poderoso como para corromper a todos los que entran en contacto con él. Si el tipo está loco para empezar, toda la tragedia de su caída es inútil. Por esa razón, la película no tiene centro ni corazón, a pesar de sus brillantes y desconcertantes ángulos de cámara y el deslumbrante uso de la Steadicam. Lo que falla básicamente en la versión de Kubrick de El resplandor es que es una película de un hombre que piensa demasiado y siente demasiado poco; y por eso, a pesar de todos sus virtuosos efectos, nunca te agarra por la garganta y te cuelga como debería hacerlo el verdadero terror.
Me gustaría hacer un remake de El Resplandor (The Shining, Stanley Kubrick, 1980) algún día, incluso dirigirlo yo mismo si alguien me da suficiente cuerda para ahorcarme.
Stanley Kubrick y Jack Nicholson en el rodaje de El resplandor (1980)
La entrevista entera:
Entrevista a Stephen King en «Playboy»
Una conversación sincera sobre fantasmas, vampiros, grandes cantidades de dinero y otras truculentas historias de terror con el autor de «Carrie» y «El resplandor»
lazonamuerta.substack.com
Sobre lo de Kubrick y su adaptación de la novela El Resplandor:
La versión de Stanley Kubrick de El resplandor me resulta mucho más difícil de evaluar, porque sigo siendo profundamente ambivalente. Admiraba a Kubrick desde hacía mucho tiempo y tenía grandes expectativas en el proyecto, pero el resultado final me decepcionó profundamente. Algunas partes de la película son escalofriantes, cargadas de un terror implacablemente claustrofóbico, pero otras se quedan en nada.
Creo que hay dos problemas básicos en la película. En primer lugar, Kubrick es un tipo muy frío —pragmático y racional— y tenía grandes dificultades para concebir, incluso académicamente, un mundo sobrenatural. Solía hacerme llamadas tras*atlánticas desde Inglaterra a horas extrañas del día y de la noche, y recuerdo que una vez me llamó a las siete de la mañana y me preguntó: «¿Crees en Dios?». Me limpié la crema de afeitar de la boca, pensé un minuto y dije: «Sí, creo que sí». Kubrick respondió: «No, no creo que haya un Dios», y colgó. No es que la religión tenga que estar involucrada en el horror, pero un escéptico visceral como Kubrick no podía entender la maldad inhumana del Hotel Overlook. Así que buscó el mal en los personajes y convirtió la película en una tragedia doméstica con matices vagamente sobrenaturales. Ese fue el fallo básico: como no podía creer, no podía hacer que la película fuera creíble para los demás.
El segundo problema estaba en la caracterización y el reparto. Jack Nicholson, aunque es un buen actor, no era el adecuado para el papel. Su último gran papel había sido en Alguien voló sobre el nido del cuco (One Flew Over the Cuckoo’s Nest, Milos Forman, 1975), y entre eso y su sonrisa maníaca, el público lo identificaba automáticamente como un loco desde la primera escena. Pero el libro trata del descenso gradual de Jack Torrance a la locura a través de la influencia maligna del Overlook, que es como un enorme acumulador cargado con un mal lo suficientemente poderoso como para corromper a todos los que entran en contacto con él. Si el tipo está loco para empezar, toda la tragedia de su caída es inútil. Por esa razón, la película no tiene centro ni corazón, a pesar de sus brillantes y desconcertantes ángulos de cámara y el deslumbrante uso de la Steadicam. Lo que falla básicamente en la versión de Kubrick de El resplandor es que es una película de un hombre que piensa demasiado y siente demasiado poco; y por eso, a pesar de todos sus virtuosos efectos, nunca te agarra por la garganta y te cuelga como debería hacerlo el verdadero terror.
Me gustaría hacer un remake de El Resplandor (The Shining, Stanley Kubrick, 1980) algún día, incluso dirigirlo yo mismo si alguien me da suficiente cuerda para ahorcarme.
Stanley Kubrick y Jack Nicholson en el rodaje de El resplandor (1980)