Bueno, para empezar das por supuesto que son elecciones limpias, que hay un recuento en condiciones con un control y unas garantías, o que cada persona vale un voto (cuando el voto del petulante al que aludes en ciertos lugares vale el doble que el de una persona con cierta capacidad de discernimiento gracias a la distribución territorial por un lado, o al método D'Hondt que favorece a los grandes pastores de borregos) Pero es que la cuestión es que nunca hemos vivido en una democracia, es una partitocracia, dependiente de una entidad supranacional, dependiente a su vez de una aparente oligarquía financiera, cuyos fondos buitres tienen como mayores accionistas ni más ni menos que a la nobleza europea.
El chico Soros que tenemos, está soldado al asiento, es el único orate de todos los escogidos que puede aguantar la presión que haría sucumbir a los otros inútiles.
No son elegidos, son escogidos.