Tienen una deuda todavía manejable (50 % del PIB) y se han desarrollado enormemente. Aparte, no paran de recibir fondos estructurales de la UE y no han tenido que destrozar su economía para estar en la UE. Sus condiciones para entrar en la UE fueron muy favorables. Han mantenido su moneda (bien hecho). Son más austeros y menos ladrones. Suelen tomar las decisiones más sensatas y que garanticen la viabilidad del país en el futuro, aunque a veces estas decisiones sean muy duras para el que le toca comérselas.
En cuanto a lo malo: población estancada desde 1990 (mucha emigración y baja natalidad; por lo tanto, pirámide invertida); país mucho más duro en tema de prestaciones sociales (el paro es inexistente prácticamente y las pensiones pueden ser excesivamente bajas en muchos casos (mucha gente mayor sigue trabajando a la vez que cobra la pensión)).