Nah, las espoletas fallaban, sobretodo las que permitían seleccionar la detonación por influencia magnética. De hecho el propio Dönitz prohibió el uso de la espoleta magnética y ordenó usar exclusivamente espoleta de impacto (que limitaban mucho el ángulo de impacto con el que tenían que alcanzar los torpedos su objetivo).
Lo repetiré una vez más. Las espoletas fueron de contacto hasta la SGM y funcionaban sin fallos siempre que el torpedo impactara al barco, que es la parte difícil.
Es cierto que a ángulos oblicuos de impacto el torpedo podía no explotar, pero eso es muy relativo, la mayor probabilidad de impacto se conseguía por disparos por el través, esto es perpendiculares al rumbo del buque. Un disparo con un ángulo de impacto tan pequeño que no hiciera estallar al barco de todas formas fallaría.
La única excepción serían los disparos casi sin ángulo, por la popa, muy raros y que posiblemente la turbulencia de las hélices de los barcos desviara el torpedo, y el caso raro pero no excepcional de los disparos "por la garganta", a veces un capitán disparaba un torpedo contra la proa de un barco que se acercaba, generalmente un destructor.
Entreguerras Alemania y USA desarrollaron espoletas magnéticas de proximidad que supuestamente tenían tres ventajas
- Permitía que el torpedo explotara con cualquier ángulo de impacto
- Si el torpedo iba demasiado profundo, explotaba al pasar por debajo del barco
- Los torpedos se disparaban adrede para que pasaran por debajo del buque y explotaran bajo la quilla.
Este último punto merece que lo desarrollemos un poco.
¿Por qué es tan peligroso el impacto de un torpedo? La respuesta es una perogrullada, porque si un barco tiene una vía de agua, deja de flotar. Recordad el principio de Arquímedes, para que algo flote, el peso del volumen de agua desplazado por el volumen sumergido del casco debe ser igual al peso del barco. Los barcos tienen una reserva de flotabilidad reducida. Si embarcas agua por un agujero en el casco, no sólo estás añadiendo peso al barco, si no que además estás perdiendo volumen desplazado. Un barco se hunde cuando el agua que ha entrado ha hecho que pese más que el volumen que desplaza.
Para que un barco flote tienes que evitar que entre agua en el barco, y estar achicando constantemente la que entra. En los buques de madera siempre estaba filtrándose agua constantemente, por las junturas del casco. Además con mala mar, las olas que rompen sobre cubierta meten más agua.
Por eso las armas submarinas, la mina y el torpedo, revolucionaron la guerra naval, porque su explosión causaba graves vías de agua. Además, para mejor protegerlos del fuego de la artillería enemiga, los pañoles de munición se hallaban bajo la línea de flotación, y como la coraza sólo protegía la obra muerta, un impacto submarino podía tener consecuencias devastadoras, sobre todo teniendo en cuenta que una mina o torpedo tenían una carga explosiva mucho mayor que la granada de cañón del más grueso calibre.
La ventaja de la espoleta magnética es que en teoría causaría destrozos mucho mayores. Se aprovechaba una mayor proporción de la fuerza de la explosión al explotar debajo del casco en vez de al costado, por lo que la vía de agua sería más grave y el barco se hundiera por inundación. La explosión podría partir la quilla, haciendo que el barco se partiera en dos con un sólo impacto, o causando daños tan graves que no fuera posible la reparación.
En teoría la espoleta magnética prometía multiplicar la eficacia de las armas submarinas. En el caso de las minas magnéticas, así fue, al principio de la guerra las nuevas minas alemanas fueron una escalofriante sorpresa para los británicos, hasta que capturaron una intacta y descubrieron el secreto y pudieron adoptar contramedidas.
En el caso de los torpedos de la Kriegsmarine, estos fallaron durante las operaciones en Noruega porque el alto contenido en hierro de las rocas de la zona producía alteraciones en el campo magnético local que a veces provocaba la explosión prematura de los torpedos sin descartar otras causas.
CONTINUARÁ...