El torpedo, historia y evolución

Zhukov

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En las estepas de la España central
A raíz de un hilo sobre la guerra de Cuba, se planteaba la cuestión del estado de la técnica en 1898 y si los torpedos de entonces eran lo suficientemente avanzados para que el submarino de Peral fuera un arma eficaz.

A mi entender sí, los torpedos eran una tecnología ya madura, que todavía podía ser perfeccionada, pero capaz, veinte años antes de la guerra de Cuba ya alcanzaba velocidades de 18 nudos y alcances de 800m, de sobra dado que igualaba o superaba la velocidad máxima de los acorazados con máquinas de vapor alternativas de la época.

Con las limitaciones que tenía el invento de Peral, la amenaza de los botes torpederos era tomada muy en serio, lo que llevó al invento de un nuevo buque de guerra, el destructor, también llamado contratorpedero, y supuso un estímulo para el desarrollo de las ametralladoras. Creo que el submarino de Peral pudo haber sido muy efectivo atacando como un torpedero, de noche y en superficie, tal como se demostró en las guerras mundiales que era la forma más eficaz de empleo del submarino.

La Wikipedia en inglés tiene un artículo sobre el torpedo automóvil, pero en español sólo puedes encontrar descripciones resumidas. El torpedo era un arma muy compleja, sería comparable en sofisticación a los misiles de crucero actuales. Creo que además del interés bélico los detalles técnicos resultarán fascinantes a los aficionados a la ingeniería.

A pesar de su siglo y medio de existencia, el torpedo es considerado por muchos expertos el arma antibuque más letal, por encima de la granada de cañón, la bomba aérea y el misil guiado. Es probable que los torpedos hayan bajado al abismo más barcos que cualquier otra arma.

De "Las armas navales españolas" - Almirante García Parreño,


Armas submarinas p.177 y siguientes



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Sección en esquema del torpedo W-533 empleado en la Marina Española desde la década de 1920 hasta la de 1940. (De «El Torpedo», por don Joquín M. Pery Junquera.)



La evolución de la más importante de las armas submarinas: el torpedo automóvil, en líneas generales, fue la siguiente:
El primer torpedo Luppis-Whitehead, era de acero, tanto la cámara de aire como la envuelta del resto del arma donde iban la carga explosiva, la máquina propulsora y los aparatos auxiliares. A diferencia de lo que ha sido después, llevaba la máquina delante de la cámara de aire y ésta era atravesada longitudinalmente por un tubo o túnel, por el que pasaba el eje de la hélice. De forma exterior rusiforme, con los extremos afinados, tenía una longitud de 3,4 metros, 36 centímetros de diámetro y pesaba 136 kilos. Llevaba en la cabeza una carga de 8 kilos de fulmicotón con un inflamador por percusión.

El timón de dirección era fijo y los timones horizontales eran maniobrados por un mecanismo de placa hidrostática, que regulaba la profundidad a que debía navegar el torpedo. La máquina era del sistema Brotherhood, de dos cilindros opuestos, con distribuidor de concha movida por aire a 4 kilos por centímetro cuadrado de presión, rebajando la de 25 kilos por cm cuadrado a que estaba almacenado en el depósito por medio de un reductor de muelles. Llevaba una sola hélice de dos palas.

Con este torpedo se realizaron más de 50 lanzamientos de prueba en los que se alcanzó una velocidad de 7 nudos con carreras de 1.200 m. El sistema de disparo de la carga funcionó con ángulos de impacto de hasta cinco grados. Pero el desvío lateral era demasiado grande y tampoco el sistema de regulación de la profundidad funcionó satisfactoriamente. Entonces Whitehead tuvo la genial idea de combinar el movimiento comunicado a los timones horizontales por la placa, con el que produjese la inclinación de una masa de plomo suspendida de la parte alta del torpedo, para corregir inclinaciones. Así se originó el sistema denominado de placa y péndulo, que con más o menos variantes se ha venido empleando desde entonces; la masa pendular con movimientos limitados en dirección —siempre de proa a popa— y en amplitud, para evitar desviaciones Demasiado grandes con respecto a la vertical. De esta forma, la dirección del torpedofue buena en el 80 % de los casos, por lo que se refiere a desvíos verticales. En cambio, los desvíos horizontales permitieron sólo un 57% de lanzamientos útiles.

Una vez que Austria autorizó a vender el invento a otras naciones, Whitehead lo ofreció a Inglaterra y allí tuvo lugar un lanzamiento en 1870, con un torpedo cargado con 27 kilos de dinamita y con una velocidad de 11 nudos. Fue lanzado contra el pontón Eagle desde 180 m y lo echó a pique.

En consecuencia, Inglaterra, acepto el invento. Francia, hizo lo mismo en 1872; y Alemania e Italia en 1873. Alemania puso las condiciones de 16 nudos de velocidad como mínimo y una carrera de 550 m. Al cabo de un año, Whitehead le proporcionó uno que recorría 770 m a 17 nudos; era de 300 mm de calibre, cargado a 70 atmósferas y movido por una máquina Brotherhood de tres cilindros en estrella; llevaba el regulador de inmersión de placa y péndulo, que último era preciso por el esfuerzo necesario para mover los timones a la velocidad que daba el torpedo.

Entonces Alemania le encargó cien torpedos; y Whitehead, con el anticipo que recibió, estableció una fábrica en Fiume, desde la que suministró torpedos a casi todas las Marinas de Guerra del mundo menos a Alemania, que desde aquel primer pedido se dedicó a fabricarlos por su cuenta y los denominó Schwartzkopf, o sea «cabeza de color», por oposición a los «cabeza blanca» del fabricante inglés.

Aquellos primeros Schwartzkopf eran muy buenos y duraban mucho porque estaban construidos enteramente de bronce. Años más tarde, el aumento de las presiones en las cámaras de aire exigió que éstas fueran de acero y entonces pasaron a fabricar también la envuelta de plancha fina de acero.

También, años más tarde, Inglaterra se independizó de la fábrica de Fiume y estableció una en Woolwich. Allí construyó un prototipo de 406 cm de diámetro, con una velocidad de 12 nudos y doble hélice. Desde que las velocidades empezaron a aumentar, fue preciso emplear dos hélices de ejes concéntricos y giro en sentidos opuestos, para evitar que la reacción de una sola hélice sobre el casco cilindrico del torpedo le hiciese girar en sentido contrario sobre su eje.

Whitehead, por su parte, consiguió en 1876 un torpedo de 353 mm, que daba 18 nudos en una carrera de 548 m, con una carga explosiva de 12 kilos.
Pero todos los torpedos de aquella época adolecían de los mismos dos graves inconvenientes:

— No tenían posibilidad de gobierno en dirección y el desvío que sufrían en los diferentes lanzamientos, al entrar en el agua, era muy variable.
— Si por alguna causa salían a superficie, el sistema de gobierno de sus timones horizontales era incapaz de llevarlos de nuevo a la profundidad de 2,5 metros que se juzgaba como idónea.

La primera dificultad no pudo resolverse hasta que, hacia 1896, se adoptó el giróscopo; hasta entonces, fue necesario conformarse con desvíos laterales que llegaban hasta 30 grados, en especial si se lanzaba con tubos sumergidos situados a proa.

Para remediar el segundo inconveniente, se ideó instalar los tubos con depresión, tal como los llevó nuestro Pelayo. Con esto se trataba de conseguir que el torpedo, una vez lanzado, fuese obligado a descender en el primer tramo de su carrera; pero los inevitables movimientos del buque lanzador, por efecto de la mar, hacían muy insegura esta solución que, prácticamente, sólo servía para lanzar en aguas tranquilas.

Años después, tras ensayar una larga serie de soluciones, se llegó a la de detención de timones con un abra inicial a bajar que, por medio del correspondiente dispositivo mecánico, se mantenía durante los primeros metros de la carrera del torpedo. Con esto se conseguía hacerle describir una curva, con la primera rama a bajar y luego, al destrincarse automáticamente, a la distancia preestablecida, el sistema de gobierno de los timones horizontales, el torpedo subía hasta su profundidad de regulación, manteniéndola durante el resto de la carrera. Esto no tiene otra limitación que la de disponer de calado suficiente, en el lugar del lanzamiento, para que el torpedo no llegue a tocar el fondo durante la primera parte de su trayectoria; pero esta preocupación no suele ser necesaria más que en los polígonos de lanzamiento; normalmente, en mar libre, se dispone siempre de los 15 metros que, aproximadamente, son necesarios.

A partir de 1884, la cabeza de los torpedos se construyó con su extremo en forma hemisférica, en vez de puntiaguda como hasta entonces, debido a que las experiencias hidrodinámicas llevadas a cabo en Inglaterra demostraron que así se facilitaba la penetración en el agua y, por consiguiente, se aumentaba la velocidad. Fue esto un anticipo a las proas de bulbo tan empleadas hoy día en los buques mercantes.


En los primeros años de la década de 1890 se empezaron a emplear los giróscopos para conservar la dirección del lanzamiento de los torpedos, haciéndoles actuar sobre los timones verticales, aprovechando la propiedad de los giróscopos lanzados a gran velocidad, de permanecer en su plano de rotación. Los primeros giróscopos empleados por Whitehead fueron movidos por un resorte que, al soltarse, les imprimía una alta velocidad de rotación. Pero hacia 1897, el ruso Kasolowski ideó mover también el giróscopo mediante la fuente de energía almacenada en el torpedo, e hizo incidir un chorro de aire a presión sobre dientes labrados en la circunferencia del giróscopo, con lo cual se conseguía mayor efecto que con el resorte. Posteriormente, cuando la carrera de los torpedos alcanzó valores de varios miles de metros, se empezó a dar a los giróscopos un soplido de arranque, a alta presión, para lanzarlo a gran velocidad; luego continuaba un chorro continuo a baja presión, para conservar la velocidad de giro en valores convenientes durante toda la carrera. El movimiento a los timones verticales se tras*mite también por medio de un servomotor por aire.

En 1902 se comenzó a emplear el acero al níquel en la fabricación de cámaras de aire y se pudo aumentar la presión hasta 150 kilos por centímetro cuadrado. Pero la expansión adiabática del aire, a la salida del regulador de presión, producía un descenso notable en la temperatura y, para evitar congelaciones, se ideó recalentar el aire antes de su entrada en la máquina, cosa que se empezó al año siguiente, por medio de un comprimido de aluminio y óxido de hierro reducidos a polvo impalpable, a lo que se denominó «termita», y se inflamaba mediante un cartucho de aluminio y bario. Tenía la ventaja de no producir gases ni consumir oxígeno, pero la eficiencia era muy baja.

En 1905 Armstrong, en Inglaterra, construyó un calentador de petróleo con el que se conseguía, no sólo eliminar el efecto del descenso de temperatura, sino también aumentar considerablemente el volumen de aire que llegaba a la máquina; el petróleo lampante o keroseno empleado fluía finamente pulverizado a la caldera del calentador, donde se mezclaba con la corriente de aire, y se inflamaba mediante el disparo de un cartucho de pólvora, denominado pistolete. Cuando fallaba el pistolete aquello, naturalmente, no funcionaba, y se decía haber hecho tiro frío, pero sí funcionaba en un elevado tanto por ciento de los casos; para evitar que se quemase el recalentador hubo que proveerle de un sistema de refrigeración de agua dulce que circulaba por el espacio entre las dobles paredes de la caldera y, vaporizada, se unía al chorro de fluido que llegaba a la máquina, apagando de paso las llamas que, de otro modo, llegarían a los cililindros.

Este vapor contribuía además, con su fuerza expansiva, a mejorar la potencia del fluido y a la lubrificación de los órganos de la máquina. También disminuyeron con la adopción del recalentador las burbujas de la estela, pero, en cambio, apareció un rastro aceitoso. Esto se trató de corregir en los torpedos franceses Schneider y en los americanos Bliss-Leavitt, empleando alcohol en vez de petróleo. También se fueron ensayando, a lo largo de los años, diferentes clases de aceites lubricantes: de pezuña de buey, de oliva, mineral del empleado en los motores de combustión, por citar unos pocos. Pero el inconveniente ha seguido siempre más o menos presente.

Contemporánea de la introducción de los recalentadores fue la adopción de dos modalidades de tiro: de velocidad y de distancia, actuando sobre los muelles del regulador de presión durante la preparación del torpedo para su lanzamiento.

A partir de 1910 se empezó a emplear el ángulo de giróscopo, especialmente para los lanzamientos desde submarinos. Consiste en variar el calaje o plano de giro del aparato, desde fuera, durante la introducción de datos de lanzamiento en el torpedo. Con esta disposición, apenas arrancado el giróscopo, mete los timones verticales a girar hasta que el eje del torpedo coincide con el del plano de rotación del giróscopo; es decir, se varía el rumbo del torpedo en un número de grados igual al que se ha variado en el giróscopo.

El calibre de los torpedos, que desde 1892 venía siendo de 45 cm, pasó a ser en 1909 de 533 mm, con objeto de poder dar mayor tamaño a la máquina, que seguía siendo en todas las Marinas la Brotherhood, normalmente de cuatro cilindros en estrella. Por otra parte el aumento del número de depósitos de fluidos, que ya eran cuatro: de aire, de aceite, de petróleo o alcohol y de agua dulce, aconsejaba aumentar el diámetro, para no alargar excesivamente la longitud, que ya andaba por los 6 metros.

En la misma época se empezaron a construir en los Estados Unidos torpedos movidos por turbina, en vez de máquina alternativa. La turbina tiene la ventaja de no tener partes sujetas a rozamiento, soporta mejor las altas temperaturas y está menos sujeta a averías. Pero, así como en las instalaciones de propulsión de los buques la turbina tiene un alto rendimiento debido a que trabaja con altos valores de vacío en la exhaustación, en los torpedos, cuya máquina funciona en circuito abierto, los gases de exhaustación encuentran, en cambio, contrapresiones al salir de la máquina. El peso por caballo es menor en la turbina que en la máquina de émbolo, pero la elevada velocidad de funcionamiento de aquéllas obliga a emplear engranajes de reducción, para acoplarlas a las hélices, y esto casi absorbe la diferencia de peso. Además, la turbina necesita más tiempo para alcanzar su velocidad de régimen. Por último hay que tener en cuenta que las dilataciones obligan a dejar entre las coronas de paletas huelgos apreciables, a través de los cuales hay importantes fugas de gas, hasta que la turbina alcanza su temperatura normal de funcionamiento.

A pesar de todo ello, los americanos han continuado empleando torpedos de turbina hasta después de la II Guerra Mundial. Los han tenido de turbinas con eje horizontal y con eje vertical, y han alcanzado velocidades y carreras de los mismos valores que los torpedos fabricados en Europa.

En los años 1920 y 1930 los italianos, en el «Silurificio italiano» de Napóles, produjeron el torpedo S.I., con máquina de ocho cilindros en dos bloques paralelos, con cigüeñales independientes y unidos por engranajes, con los que consiguieron velocidades muy elevadas y altos rendimientos. Pero aquellas máquinas tenían el defecto de que desfondaban muy fácilmente los pistones, por lo que ningún otro país las adoptó.

Los torpedos de Fiume, al pasar al calibre 533 mm, cambiaron su máquina Brotherhood de cuatro cilindros de simple efecto, en estrella, por otra de dos cilindros sensiblemente horizontales y paralelos, de doble efecto, orientados en el sentido del eje del torpedo. Con estas máquinas llegaron a alcanzar, a principios de la década de 1930, velocidades cercanas a los 50 nudos para una carrera de 3.000 metros y 28 nudos para una carrera de 12.000 metros.

En 1940, los torpedos alemanes G-7a fabricados en Kiel, empleando la tradicional maquina Brotherhood de cuatro cilindros, consiguieron 44 nudos en tiro de velocidad, de 6.000 metros y 30 nudos en tiro de distancia, de 14.000 metros, con presión de 200 kilos por centímetro cuadrado, contra los 180 kilos del anteriormente citado de Fiume. El peso de la carga explosiva tras*portada era de 260 kilos de trilita en el de Fiume y 300 en el alemán. Sus longitudesa ctivas eran de 7,2 m y 7,16 m.
Tales fueron los máximos resultados de los torpedos de aire y vapor al final de sus setenta años de existencia.

CONTINUARÁ
 
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Interesante aportación.

Como dije el problema no era el torpedo si no el portador. El Peral no tenía un casco para navegar en superficie (como le pasa a los modernos) así que no podría atacar en superficie salvo en condiciones de mar raramente calmadas y generando una ola de proa que sería más visible que el submarino en la oscuridad. Ver por ejemplo la bestial ola de un submarino moderno con formas optimizadas para navegación submarina.

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El siguiente problema era la autonomía. Los submarinos eléctricos incluso en la segunda guerra mundial era solo para ataques de operaciones especiales (como Pearl Harbor)

Pronto se vio que un submarino efectivo necesitaba un motor convencional para cargar baterías (se probaron incluso motores de vapor) . E incluso los X que atacaron el Tirpitz llevaban un diesel.

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Los ataque en superficie tuvieron corta vida y fueron consecuencia más de las deficiencias británicas que de la bondad del concepto. En efecto el ataque en superficie exige coordinación (como torpederos y destructores) y esta se conseguía solo vía radio.

Con el radar y eficientes equipos de detección de radio coordinación y sorpresa se convirtieron en imposibles simultáneamente y hubo que volver al ataque sumergido.

En resumen el Peral era un buen desarrollo pero nada más. Como arma de guerra era costosa e ineficaz. Que era el camino correcto no hay duda, pero no cuajaría hasta la PGM. Sin radio, con solo un tubo, sin periscopio, y motor eléctrico no había mucho que hacer.

En 1898 no había aviones ni apenas vehículos automóviles de motor, veinte años después la guerra era inconcebible sin ellos. Con el submarino pasó lo mismo.
 
Fascinante.Es curioso, como en la Guerra Civil Americana, ya se referían a "torpedos" a barriles flotantes con explosivos y espoletas, que arrojaban a ríos y ensenadas.Lo que posteriormente se llamarían minas. También como se refieren a cualquier proyectil relleno de explosivos, como torpedo, entre mediados del siglo XIX y hasta mediados del XX.

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En 1914, cuando los primeros submarinos alemanes se lanzaron al ataque descubrieron en su s primeros ataques, que de 18 torpedos lanzados, solo 2 explotaron, fallando 16.

Es decir, que falló el 88% de los torpedos.

¿Qué hace pensar que en 1898 la técnica estuviera más avanzada que en 1914?
 
Tengo que reinstalarme el Silent Hunter :XX::baba:

Sólo como curiosidad, en Speyer, en el museo de la industria alemana, vi un torpedo kamikaze que utilizaron los alemanes en la segunda guerra mundial.

(He cogido la foto de hinternec, así que no tengo ni idea de quién es la charo que aparece en ella)

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Eso pensaba yo, pero supongo que depende del tipo de espoleta que tuvieran, de contacto, proximidad, etc, lo lógico era que el bicho se armara después de salir del buque lanzador con algún tipo de mecanismo basado en el tiempo de carrera, etc.

Es muy interesante este hilo, a ver si alguien puede aportar más información sobre las diversas tecnologías que se han usado y se usan en los torpedos.

Internet es su amigo

Torpedo: The Complete History of the World's Most Revolutionary Naval Weapon eBook: Roger Branfill-Cook: Amazon.es: Tienda Kindle

Las espoletas fallaban muy frecuentemente, les pasó en la SGM a americanos y alemanes en los primeros meses.
 
Última edición:
En 1914, cuando los primeros submarinos alemanes se lanzaron al ataque descubrieron en su s primeros ataques, que de 18 torpedos lanzados, solo 2 explotaron, fallando 16.

Es decir, que falló el 88% de los torpedos.

Desconocía ese dato, y me pregunto si no te estarás equivocando de guerra, porque los fallos de las espoletas de los torpedos fueron una maldición para la Kriegsmarine y la US Navy. Pero lo doy por bueno, supongo que tendrás la fuente.

¿Qué hace pensar que en 1898 la técnica estuviera más avanzada que en 1914?

Que eso no tiene nada que ver con la técnica si no que la respuesta es simple:

Error humano.


Calcular la solución de tiro de los torpedos nunca fue fácil. Colocarse en una buena posición de tiro depende de medidas a ojímetro por parte del capitán del submarino. En su mayoría esos fallos se debieron seguramente a mala estimación de la velocidad, alcance, y rumbo del blanco, añádele el factor nerviosismo de las primeras acciones de guerra. Otra causa de error podría haber sido mala regulación de la profundidad de la carrera del torpedo, que hiciera que el torpedo pasara por debajo del blanco. Ese fue un error muy común en la SGM, porque los torpedos que se usaban en maniobras, al no tener la cabeza de combate eran más ligeros, y los torpedos armados pasaban a mayor profundidad.


Como le decía al otro forero, la tecnología era fiable. Las espoletas funcionaban. Los torpedos hacían lo que suponía debían hacer. No hubo fallos técnicos de los torpedos como en la SGM. Lo que fallaba era la puntería.

Además es que las cosas se complican cuando la tecnología avanza. Como ya dije, hasta 1900 Los primeros torpedos alcanzaban velocidades de 18 nudos y carreras de 500 metros. Esto bastaba de sobra porque los buques de vapor eran lentos, la velocidad máxima de los acorazados estaba en torno a los 15 nudos. A medida que aumentó la velocidad de los barcos de guerra y el alcance de los torpedos , aumenta el margen de error. Un par de grados de error lateral no son un problema a 500 metros, a mil metros puede ser la diferencia entre que el torpedo alcance el blanco o pase por su proa.


Y todavía me quedaba añadir otro trozo al mensaje inicial, la experiencia histórica en el siglo XIX demostró que los torpedos funcionaban y las marinas se tomaban muy en serio la amenaza.

Y con el respeto que me merece la opinión de Jabeque, yo de barcos no entiendo más que generalidades, pero de submarinos y torpedos bastante, y en base a mis conocimientos me permita la osadía de discrepar de su opinión respecto a submarinos en general, el submarino de Peral en particular y me quede con la de un técnico, el almirante Parreño, precisamente especialista en Armas Submarinas, como se verá en el siguiente aporte.

---------- Post added 07-sep-2016 at 13:52 ----------

Armas submarinas p.192 y siguientes

Con los tres elementos señalados: el torpedo locomóvil, o torpedo propiamente dicho, en el léxico actual, sistema Whitehead; el sistema de minas defensivas Mathiesen y la mina ofensiva Bustamante, se inició en nuestra Marina el empleo de las armas submarinas.
Los torpedos de remolque y los de botalón fueron abandonados pronto, al igual que en el resto de los países, a causa de lo problemático de su empleo; el primero en desaparecer fue el de remolque, y por razones obvias; baste pensar que, como queda dicho, el flotador que les mantenía entre dos aguas era el que, al mismo tiempo, servía de guía al buque torpedero para llevarlo contra la carena enemiga; es decir, se hacía necesario ver el flotador; por consiguiente era imposible el ataque nocturno; y de día la sorpresa es difícil, tanto más a la pequeña distancia a que había que pasar del buque enemigo. En cuanto a los de botalón, se mantuvieron en servicio hasta que los torpedos locomóviles, o automóviles, demostraron su mayor seguridad de empleo, y esto fue muy pronto.

Durante la guerra ruso-turca, en la noche del 27 al 28 de diciembre de 1877,atacaron los rusos con dos lanchas de vapor dispuestas para llevar torpedos Whitehead y los dos torpedos dieron en el blanco hundiendo inmediatamente un mercante auxiliar. Otros dos torpedos lanzados contra un crucero turco a mayor distancia fueron recogidos posteriormente en la playa, uno sin explotar y del otro solamente la cola, pues había estallado contra el fondo después de ser desviado por la cadena del ancla del buque turco. Aunque en este último ataque no dieran en el blanco, quedó desde entonces fuera de duda que el torpedo automóvil tenía grandes posibilidades, mejorando los procedimientos de tras*porte y puntería..

..
Volviendo a los torpedos automóviles que, a partir de la década de 1880, desbordaron y eliminaron a los de remolque y de botalón, los que tuvimos en España y armaron a algunos de nuestros primeros torpederos como hemos visto, y también a la mayor parte de los cruceros, e incluso al Pelayo, eran Whitehead, de Fiume; tenían 365 mm de calibre, una carga de 12 kilos de algodón pólvora y su recorrido era de 600 m a 21 nudos. Cuesta trabajo entender en qué situación áctica podría emplear el Pelayo unos torpedos con tan reducido alcance; pero ello denota la popularidad que había alcanzado la nueva arma en la penúltima década del siglo. En cambio no podemos dejar de deplorar la equivocada decisión de no permitir a Isaac Peral que llegase a desarrollar plenamente su proyecto de submarino. El prototipo que se construyó y que —tardíamente— admiramos aún en Cartagena, podía llevar tres torpedos, que se lanzarían, a intervalos de unos quince minutos, por el único tubo que llevaba a proa. Aún navegando a sólo tres nudos en inmersión, hubiera hecho de aquellos torpedos un arma temible; por ejemplo, como para hacer pagar cara la victoria americana de 1898.

Ya a fines de siglo, tuvimos el famoso Schwartzkopff de bronce, al que nos hemos referido anteriormente, del calibre de 455 mm, que se mantendría durante más de treinta años en diferentes modelos que adoptó nuestra Armada. Aquellos torpedos recorrían 800 metros a 29 nudos y tras*portaban una carga explosiva de 90 kilos.



Nota de Zhukov: Como se ve, los torpedos se habían probado en combate ya, el torpedo Schwartzkopff casi doblaba la velocidad de un acorazado de finales de siglo, y un alcance aceptable. Existía el arma que podía hacer que el submarino de Peral fuera eficaz, aparte del factor sorpresa. Es probable que se habría perdido Cuba igualmente pero les hubiera costado caro a los americanos

Por su interés y como demostración de la seriedad de la nueva amenaza de las armas submarinas, las minas y torpedos, veamos las contramedidas que se tomaban.

Defensas contra las armas submarinas

Varios eran los medios que empleábamos en aquellos años para defender a nuestros buques contra los diversos tipos de armas submarinas.

Estaba previsto que, cuando se trataba de acercarse a un canal o paso entre tierras próximas enemigas u otros parajes de poco fondo en los que se sospechase la existencia de minas, o torpedos fijos, se destacasen botes con buzos que reconociesen el fondo y, de encontrar dichas armas, cortaban los cables por debajo de los torpedos, si eran flotantes, o antes de llegar a ellos, si eran de fondo. O también por el procedimiento de contramina, haciendo explotar grandes cargas entre ellos, para ocasionar su rotura o explosión.

Para defender un buque o agrupación en un fondeadero, contra el ataque de torpedos móviles, bien fueran de botalón, de remolque o automóviles, se establecía una defensa exterior y otra interior. La primera consistía en fuertes redes metálicas, suspendidas de boyas unidas entre sí por cables de acero; en las boyas se colocaban botalones orientados hacia afuera y provistos de torpedos del tipoque hemos visto. De esta manera, los torpedos de botalón harían explosión contra las embarcaciones que se acercasen a ellos, y los torpedos automóviles serían detenidos por las redes metálicas.

Dentro del círculo formado por dicho sistema de boyas y redes se establecían dos órdenes de botes de ronda, armados con artillería y ametralladoras, para batir a cualquier torpedero que tratara de acercarse.

La defensa interior la formaban las ametralladoras colocadas en las cofas de los buques y la artillería de tiro rápido, así como suficiente fusilería. Los proyectores de arco voltaico, que ya hemos dicho, se instalaron en los buques para descubrir a los torpederos en los ataques nocturnos, exploraban el horizonte para iluminar a los posibles enemigos y permitir que las armas pudiesen disparar sobre ellos.

Por último, se procuraba durante la noche guardar absoluto silencio y tener un mínimo de aparatos en función, con objeto de poder percibir desde la mayor distancia posible el ruido de las máquinas de los torpederos y, más aún, el de sus ventiladores de tiro forzado; era práctica, por otra parte, entre los torpederos, parar aquellos ventiladores cuando se encontraban ya cerca de su objetivo, aunque así disminuían bastante su velocidad y lanzaban grandes humaredas, lo que, de noche, sólo tenía importancia si, por efecto del viento, les ocultaban el blanco al que se dirigían.

Algunos de aquellos medios de defensa, como las redes metálicas y, por supuesto, las armas de fuego, se han continuado empleando hasta nuestros días.

Uno de los torpedos largo tiempo empleado en la Marina Española, el W-455, llevaba en el extremo anterior de su cabeza una cuchilla de acero, de forma circular, que era lanzada por una carga de pólvora al sentir la presión de la red cuando el torpedo chocaba con ella; pero nunca funcionó satisfactoriamente y no se empleó en otros torpedos posteriores.

Primeras víctimas y primeras utilizaciones de los torpedos en la Marina Española



Las primeras bajas que tuvo la Marina Española, por efecto de armas submarinas, ocurrieron durante la insurrección cubana, cuando el pequeño cañonero Relámpago, al mando del alférez de navio don Federico Martínez, remontaba el río Cauto y un torpedo de fondo lo destruyo totalmente, como a la mayor parte de su dotación, incluido su comandante.

La primera vez que los españoles empleamos los torpedos en acción de guerra fue también en Cuba, en 1898, cuando al intentar los americanos embotellar la Escuadra de Cervera en Santiago de Cuba, hundiendo en la boca del puerto al buque carbonero Merrimac, lo impidieron los torpederos de Villaamil echando a pique con sus torpedos a dicho buque antes de que hubiera llegado al paraje donde podía cerrar el puerto.
 
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Desconocía ese dato, y me pregunto si no te estarás equivocando de guerra, porque los fallos de las espoletas de los torpedos fueron una maldición para la Kriegsmarine y la US Navy. Pero lo doy por bueno, supongo que tendrás la fuente.



Que eso no tiene nada que ver con la técnica si no que la respuesta es simple:

Error humano.


Calcular la solución de tiro de los torpedos nunca fue fácil. Colocarse en una buena posición de tiro depende de medidas a ojímetro por parte del capitán del submarino. En su mayoría esos fallos se debieron seguramente a mala estimación de la velocidad, alcance, y rumbo del blanco, añádele el factor nerviosismo de las primeras acciones de guerra. Otra causa de error podría haber sido mala regulación de la profundidad de la carrera del torpedo, que hiciera que el torpedo pasara por debajo del blanco. Ese fue un error muy común en la SGM, porque los torpedos que se usaban en maniobras, al no tener la cabeza de combate eran más ligeros, y los torpedos armados pasaban a mayor profundidad.


Como le decía al otro forero, la tecnología era fiable. Las espoletas funcionaban. Los torpedos hacían lo que suponía debían hacer. No hubo fallos técnicos de los torpedos como en la SGM. Lo que fallaba era la puntería.

Además es que las cosas se complican cuando la tecnología avanza. Como ya dije, hasta 1900 Los primeros torpedos alcanzaban velocidades de 18 nudos y carreras de 500 metros. Esto bastaba de sobra porque los buques de vapor eran lentos, la velocidad máxima de los acorazados estaba en torno a los 15 nudos. A medida que aumentó la velocidad de los barcos de guerra y el alcance de los torpedos , aumenta el margen de error. Un par de grados de error lateral no son un problema a 500 metros, a mil metros puede ser la diferencia entre que el torpedo alcance el blanco o pase por su proa.


Y todavía me quedaba añadir otro trozo al mensaje inicial, la experiencia histórica en el siglo XIX demostró que los torpedos funcionaban y las marinas se tomaban muy en serio la amenaza.

Y con el respeto que me merece la opinión de Jabeque, yo de barcos no entiendo más que generalidades, pero de submarinos y torpedos bastante, y en base a mis conocimientos me permita la osadía de discrepar de su opinión respecto a submarinos en general, el submarino de Peral en particular y me quede con la de un técnico, el almirante Parreño, precisamente especialista en Armas Submarinas, como se verá en el siguiente aporte.
En especial esta última. Desde 1922 hasta al menos 1944 los torpedos Mark 14 trajeron a los gringos por la calle de la amargura. Era un diseño con una carga relativamente pequeña, porque estaba diseñado para ir más profundo que otros torpedos y detonar bajo el casco del buque enemigo "rompiéndole el espinazo", no impactando contra el mismo. Dio problemas con los timones de profundidad, com el sistema de guía inercial y sobre todo con el detonador magnético que se suponía debía detectar cuándo se estaba pasando bajo un barco... tampoco es que el detonador secundario por impacto fuera mucho mejor.

En fin, un desastre. Aunque cuando le arreglaron los fallos siguieron usándolo otros 40 años y pico.
 
Como le decía al otro forero, la tecnología era fiable. Las espoletas funcionaban. Los torpedos hacían lo que suponía debían hacer. No hubo fallos técnicos de los torpedos como en la SGM. Lo que fallaba era la puntería.

Nah, las espoletas fallaban, sobretodo las que permitían seleccionar la detonación por influencia magnética. De hecho el propio Dönitz prohibió el uso de la espoleta magnética y ordenó usar exclusivamente espoleta de impacto (que limitaban mucho el ángulo de impacto con el que tenían que alcanzar los torpedos su objetivo).

Y también fallaba bastante el control de profundidad, como bien explicas.

Y todavía me quedaba añadir otro trozo al mensaje inicial, la experiencia histórica en el siglo XIX demostró que los torpedos funcionaban y las marinas se tomaban muy en serio la amenaza.

Y tanto que eran (y son) una amenaza. Y si no, que se lo pregunten a Churchill, que escribió:

"...the only thing that ever really frightened me during the war was the U-boat peril"
 
En especial esta última. Desde 1922 hasta al menos 1944 los torpedos Mark 14 trajeron a los gringos por la calle de la amargura. Era un diseño con una carga relativamente pequeña, porque estaba diseñado para ir más profundo que otros torpedos y detonar bajo el casco del buque enemigo "rompiéndole el espinazo", no impactando contra el mismo. Dio problemas con los timones de profundidad, com el sistema de guía inercial y sobre todo con el detonador magnético que se suponía debía detectar cuándo se estaba pasando bajo un barco... tampoco es que el detonador secundario por impacto fuera mucho mejor.

En fin, un desastre. Aunque cuando le arreglaron los fallos siguieron usándolo otros 40 años y pico.
Les sirvió para la única gran campaña submarina victoriosa de la historia. Aunque fallara tanto que se apuntaba bajas involuntarias en las playas.

---------- Post added 07-sep-2016 at 14:23 ----------

Nah, las espoletas fallaban, sobretodo las que permitían seleccionar la detonación por influencia magnética. De hecho el propio Dönitz prohibió el uso de la espoleta magnética y ordenó usar exclusivamente espoleta de impacto (que limitaban mucho el ángulo de impacto con el que tenían que alcanzar los torpedos su objetivo).

Y también fallaba bastante el control de profundidad, como bien explicas.



Y tanto que eran (y son) una amenaza. Y si no, que se lo pregunten a Churchill, que escribió:

"...the only thing that ever really frightened me during the war was the U-boat peril"

Las espoletas magnéticas fueron letales en las minas al inicio de la SGM, pero en los torpedos siempre dieron problemas, aunque algunos fallos fueron afortunados como cuando los Swordfish fallaron en torpedear al Sheffield.

Pero luego perdieron gran parte de su eficacia con esto
p8283577.jpg

degauss_10.jpg


Había que calibrarlo con cierta frecuencia pero era efectivo.

La espoleta magnética buscaba la explosión bajo el casco que es mucho más dañina y contra la que no había más defensa que el doble o triple fondo. Estas explosiones incluso sin provocar inundaciones mortales, podía quebrar un buque y hacer su reparación antieconómica.
Hms_belfast_mine_damage.jpg
 
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Los submarinos tuvieron poca autonomía navegando sumergidos hasta que aparcieron los submarinos nucleares, que tienen una gran autonomia. Los submarinos nucleares armados con misiles nucleares y antibuque, son armas muy poderosas. Pueden disparar sus misiles navegando sumergidos.
 
Hola gente, perdón que me meta.

Los torpedos son armas delicadas muy complejas que requieren mantenimiento continuo, igual que los submarinos.

Muchos administradores civiles piensan que son como un bote cerrado y no, son más como naves espaciales.

Los primeros torpedos fallaban más que una escopeta de feria, pero cuando funcionaban se hacian valer.

Os dejo esto de la guerra ruso japonesa que por la profusión de torpederas japonesas no dieron los resultados esperados.

Eficacia en los ataques de torpederos japoneses. | La Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905)


Las cosas se ponen serias en la 1º guerra mundial donde se consigue un arma devastadora, el problema estuvo en la entreguerra donde todo el trabajo y lo aprendido se fue al garete en todos los países menos en japón, donde Yamamoto apretó tuercas para mantener la calidad de loas armas navales con laboratorios campos de pruebas, etc...

El resultado es que los japoneses disfrutaron del mejor torpedo de toda la 2º guerra.

Actualmente todos los fabricantes de torpedos han tenido problemas con sus torpedos, se han abandonados los torpedos de vapor por ser peligrosos para el submarino, todas las armadas (o por lo menos la mayor parte) han perdido alguna nave por estos torpedos (el puñetero hiperoxido de hidrógeno).

Os pongo este dibujo por ser artístico a más no poder:

sc131784.jpg


PD: El nombre de "Torpedo":

Es por el nombre de un pez, que te da una descarga eléctrica cuando se siente atacado.
 
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