Las únicas mujeres que participan del debate público y a las que se podría considerar como "tradicionales", son las que lo hacen por seguidismo a su marido. Una mujer tradicional por definición no se preocupa de los asuntos públicos, y asume la visión del mundo de su esposo, porque no es algo importante para ella.
Ejemplo de esto que digo podría ser el caso de Rocío Monasterio en España, que simplemente defiende el discurso de su marido, Iván Espinosa de los Monteros. Isabel Díaz Ayuso, por el contrario, difícilmente puede ser catalogada como una "mujer tradicional". Se posiciona contra el actual feminismo imperante porque ella es liberal, pero si alguien espera de ella que algún día derogue la Ley de Violencia de Género, puede esperar sentado.
Luego tenemos a Macarena Olona, tradthot muy admirada en estos Foros, que sin embargo es una bomba de relojería. Su progenitora abandonó a su padre y la crió sola a ella y a su hermana. Ella misma está divorciada y ahora tiene un hijo sin estar casada. Del padre no se sabe nada, presuntamente es un Guardia Civil y son pareja estable. Pero, presuntamente. De momento la mujer va bien porque sigue estrictamente la dirección política de los Hombres de su partido, pero miedo me da lo que pueda pasar si decide empoderarse y empezar a tener un discurso político propio.
Con esto no quiero decir que no se deba andar con mujeres, ni que no se puedan establecer alianzas con ellas. Pero, alianzas. Jamás seguidismo. Jamás pretender que una mujer pueda liderarnos en nuestro camino a la emancipación personal, ni a liberarnos de las cadenas legislativas del Matriarcado.