Arturo Bloqueduro
Será en Octubre
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Pa que no se diga que el Homo hispanicus desaparece por la pobreza y el hambre.
Al borde del abismo demográfico
Durante ese año hubo en España 329.251 nacimientos, 125.392 menos que en 2012, y hubo 135.250 más muertes que nacimientos. No es el primer año en que eso ocurre y en el caso de la población nacida en España, ésta lleva decreciendo más de diez años.
Un ejemplo: En Zamora solo nació un niño por cada cuatro fallecimientos en 2022. Todas las provincias que están en esta situación se encuentran en el triángulo noroeste peninsular. Son, ordenadas de peor a mejor: Zamora, Orense, Lugo, León, Asturias, Palencia, Salamanca, Ávila, Soria, La Coruña, Cáceres, Cantabria y Pontevedra.
Según Javier Jorrín, "hay dos causas que explican la dureza del invierno demográfico en el noroeste de España. La primera es una cuestión social: las familias retrasan cada vez más la maternidad (a pesar de que el nivel de vida es superior al del sur de España), lo que provoca que la mayor parte de los niños sean hijos únicos. La segunda es el deterioro de la estructura demográfica tras décadas de baja natalidad y mucha migración, lo que ha vaciado los territorios de mujeres en edad fértil. El resultado es que, aunque estos territorios incentiven la natalidad, ya es demasiado tarde para frenar el deterioro".
Al borde del abismo demográfico
Durante ese año hubo en España 329.251 nacimientos, 125.392 menos que en 2012, y hubo 135.250 más muertes que nacimientos. No es el primer año en que eso ocurre y en el caso de la población nacida en España, ésta lleva decreciendo más de diez años.
Un ejemplo: En Zamora solo nació un niño por cada cuatro fallecimientos en 2022. Todas las provincias que están en esta situación se encuentran en el triángulo noroeste peninsular. Son, ordenadas de peor a mejor: Zamora, Orense, Lugo, León, Asturias, Palencia, Salamanca, Ávila, Soria, La Coruña, Cáceres, Cantabria y Pontevedra.
Según Javier Jorrín, "hay dos causas que explican la dureza del invierno demográfico en el noroeste de España. La primera es una cuestión social: las familias retrasan cada vez más la maternidad (a pesar de que el nivel de vida es superior al del sur de España), lo que provoca que la mayor parte de los niños sean hijos únicos. La segunda es el deterioro de la estructura demográfica tras décadas de baja natalidad y mucha migración, lo que ha vaciado los territorios de mujeres en edad fértil. El resultado es que, aunque estos territorios incentiven la natalidad, ya es demasiado tarde para frenar el deterioro".