M. Priede
Será en Octubre
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Recordad lo que dijo Bernard Madoff: "Todos sabían lo que yo hacía, puesto que hacía lo que todos, sólo que a mí no me rescataron". Doña Baldomera era muy directa, como manda el realismo español; si le preguntaban cuál era la garantía de la Caja de Imposiciones en caso de quiebra, contestaba: "¿Garantía?, una sola: tirarse del viaducto", que es el 'suicidadero' de Madrid, el lugar predilecto de los madrileños suicidas desde 1874, cuando se construyó, porque el actual tiene sólo 90 años, y al que le han puesto unas barreras de cristal desde que hace unos años unas jovencitas se arrojaron agarradas de la mano.
Interesante la vida de Doña Baldomera, hija del escritor romántico Mariano José de Larra, que se suicidó con 28 años.
Tomad nota porque todo el sistema bancario es Baldomera, pero los banqueros ya veis que no se suicida ni uno; o los fusilas o de lo contrario envejecen hasta el límite, incluso la fin tiene que emplearse a fondo con ellos, y ahí está Rockefeller y la resistencia que puso a morirse. Además mantienen las sagas, porque los muy me gusta la fruta se reproducen como conejos. A la plebe nos imponen todas las medidas eugenésicas e incluso genocidas que sea menester, vía intravenosa, bien metiendo insidia en la relación de hombres y mujeres y, llegado el caso, a base de misiles. Baldomera, sin embargo, era una estafadora de andar por casa, tan es así, que el pueblo español, tan sentimental él, la perdonó, de ahí que los jueces la condenasen a cinco años de guandoca y menos de un año después de ingresar en prisión, salió en libertad. Si Bernie Madoff hubiese sido más cordial y cercano a la gente, los jueces no se habrían atrevido a condenarlo. Él alegó que hizo lo que todos, sin embargo como era de la élite y no bajaba a comprar el pan a la panadería, y además avaro, porque nunca regaló nada, nadie salió en su favor; de haberlo hecho seguro que en los barrios populares de Nueva York le habrían dado la razón y hoy estaría tranquilamente paseando por la ribera del Hudson, además como un Robin Hood que robaba a los ricos para dárselo a los pobres.
El método Baldomera es el mismo que rige en el sistema financiero actual, mundialmente conocido como sistema Ponzi, porque lo de esta mujer ocurrió simultáneamente en varios países.
Interesante la vida de Doña Baldomera, hija del escritor romántico Mariano José de Larra, que se suicidó con 28 años.
Tomad nota porque todo el sistema bancario es Baldomera, pero los banqueros ya veis que no se suicida ni uno; o los fusilas o de lo contrario envejecen hasta el límite, incluso la fin tiene que emplearse a fondo con ellos, y ahí está Rockefeller y la resistencia que puso a morirse. Además mantienen las sagas, porque los muy me gusta la fruta se reproducen como conejos. A la plebe nos imponen todas las medidas eugenésicas e incluso genocidas que sea menester, vía intravenosa, bien metiendo insidia en la relación de hombres y mujeres y, llegado el caso, a base de misiles. Baldomera, sin embargo, era una estafadora de andar por casa, tan es así, que el pueblo español, tan sentimental él, la perdonó, de ahí que los jueces la condenasen a cinco años de guandoca y menos de un año después de ingresar en prisión, salió en libertad. Si Bernie Madoff hubiese sido más cordial y cercano a la gente, los jueces no se habrían atrevido a condenarlo. Él alegó que hizo lo que todos, sin embargo como era de la élite y no bajaba a comprar el pan a la panadería, y además avaro, porque nunca regaló nada, nadie salió en su favor; de haberlo hecho seguro que en los barrios populares de Nueva York le habrían dado la razón y hoy estaría tranquilamente paseando por la ribera del Hudson, además como un Robin Hood que robaba a los ricos para dárselo a los pobres.
El método Baldomera es el mismo que rige en el sistema financiero actual, mundialmente conocido como sistema Ponzi, porque lo de esta mujer ocurrió simultáneamente en varios países.
La quiebra le sobrevino en diciembre de 1876. Entonces desapareció con todo el dinero que pudo. Dos años después se supo que vivía bajo falsa identidad en Auteuil (Francia). Se pidió su detención y extradición. Una vez en España, se celebró un juicio. Adujo en su defensa que se fue porque acabó con menos ingresos que pagos por culpa de las informaciones negativas contra ella de la prensa.
La sentencia fue portada de El Imparcial y de La Época el 26 de mayo de 1879. Fue condenada a seis años de prisión. Sus colaboradores fueron absueltos. Baldomera lo sería poco después, gracias a una campaña de recogida de firmas, donde participaron desde gente sencilla hasta aristócratas. Muestra de su popularidad alcanzada son las canciones de la época como El gran camelo y Doña Baldomera.
Baldomera Larra - Wikipedia, la enciclopedia libre
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