Los activos como yo somos auténticos machos cabríos. Somos más machos que cualquier heterosexual.
Daros cuenta de que un hombre heterosexual debería tenerlo fácil para dominar a una mujer en cualquier situación. Pero para dominar a un hombre es más complicado. Hace falta pelos en el pecho. Masculinidad absoluta.
Siempre va a ser más complicado dominar a un hombre en la cama, aun siendo una locaza, que a una mujer.
Y los machos como yo reventamos culos por vocación, sin miramientos ni contemplaciones.
Y con la cabeza alta. Siempre orgullosos, siempre empotradores.