kaluza5
Himbersor
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En el laberinto de sueños, Jorge Luis, un niño de ojos brillantes, caminaba por pasillos infinitos de espejos. Cada reflejo mostraba un mundo distinto, un universo paralelo donde el tiempo se deslizaba como arena entre los dedos. Jorge Luis, con su mirada de estrella, veía más allá de los reflejos, adentrándose en los secretos del cosmos.
Una noche, mientras exploraba un espejo que reflejaba un cielo de constelaciones desconocidas, Jorge Luis encontró un libro antiguo, flotando en el aire. Al abrirlo, las palabras se desbordaron como ríos de tinta, formando figuras y símbolos que danzaban en el aire. Entre las páginas, descubrió un mapa que no llevaba a ningún lugar y a todos a la vez.
Guiado por una intuición ancestral, Jorge Luis siguió el mapa hasta un jardín de senderos que se bifurcan. Allí, en el centro del jardín, encontró una puerta de cristal que reflejaba todos los tiempos y lugares. Al cruzarla, Jorge Luis se encontró en una biblioteca infinita, donde cada libro contenía la historia de un universo.
En ese instante, comprendió que él mismo era un sueño dentro de un sueño, una historia escrita en las páginas de un libro eterno. Y así, con la certeza de ser parte de un todo infinito, Jorge Luis se desvaneció en el aire, convirtiéndose en un susurro en el viento, en un reflejo en el espejo de la eternidad.
Una noche, mientras exploraba un espejo que reflejaba un cielo de constelaciones desconocidas, Jorge Luis encontró un libro antiguo, flotando en el aire. Al abrirlo, las palabras se desbordaron como ríos de tinta, formando figuras y símbolos que danzaban en el aire. Entre las páginas, descubrió un mapa que no llevaba a ningún lugar y a todos a la vez.
Guiado por una intuición ancestral, Jorge Luis siguió el mapa hasta un jardín de senderos que se bifurcan. Allí, en el centro del jardín, encontró una puerta de cristal que reflejaba todos los tiempos y lugares. Al cruzarla, Jorge Luis se encontró en una biblioteca infinita, donde cada libro contenía la historia de un universo.
En ese instante, comprendió que él mismo era un sueño dentro de un sueño, una historia escrita en las páginas de un libro eterno. Y así, con la certeza de ser parte de un todo infinito, Jorge Luis se desvaneció en el aire, convirtiéndose en un susurro en el viento, en un reflejo en el espejo de la eternidad.