Espartano27
Madmaxista
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Obra: El rapto de Proserpina
Autor: Gian Lorenzo Bernini (1598-1680)
Cronología: 1621-1622
Estilo: Barroco
Material: mármol blanco de Carrara, Toscana.
Técnica: talla
Dimensiones: 2,25m. altura
Ubicación: Galería Borghese, Roma.
Esta obra representa el mito del rapto de Proserpina por parte de Plutón, descrito en Las Metamorfosis de Ovidio y en el poema (inconcluso) De raptu Proserpinae de Claudiano. Cuando los tres hijos reyes de Saturno -Júpiter, Neptuno y Plutón- se repartieron el mundo, a Plutón (Hades en la mitología griega) como hijo menor se le asignó la peor parte: el inframundo, custodiado por Cerbero, un perro de tres cabezas y una serpiente en lugar de cola. Como dios del averno, a su territorio también perteneció la zona donde germinan las plantas y el subsuelo, donde se hayan las rocas que ocultan los filones metalíferos y las piedras preciosas (de ahí que recibiese el sobrenombre de Plutón, “el rico”).
Proserpina, única hija de Júpiter (Zeus), dios supremo del Olimpo, y Ceres (Deméter), diosa romana de la agricultura y la fertilidad, recogía flores en su retiro de Sicilia cuando fue sorprendida por Plutón, que emergió de la tierra subido en un carruaje tirado por cuatro caballos neցros con la intención de raptarla. Ceres no pudo socorrer a su hija, que tuvo que acceder a casarse con su secuestrador, y llena de ira provocó que la tierra se secara y las cosechas se perdieran. Júpiter decidió interferir en el conflicto llegándose finalmente a un acuerdo: Proserpina pasaría la mitad del año con su progenitora, momento en el que todo florece, y la otra mitad en el inframundo, dando lugar a las lluvias por el llanto de Ceres. El relato se convierte de este modo en la explicación mitológica del ciclo de las estaciones.
Autor: Gian Lorenzo Bernini (1598-1680)
Cronología: 1621-1622
Estilo: Barroco
Material: mármol blanco de Carrara, Toscana.
Técnica: talla
Dimensiones: 2,25m. altura
Ubicación: Galería Borghese, Roma.
Esta obra representa el mito del rapto de Proserpina por parte de Plutón, descrito en Las Metamorfosis de Ovidio y en el poema (inconcluso) De raptu Proserpinae de Claudiano. Cuando los tres hijos reyes de Saturno -Júpiter, Neptuno y Plutón- se repartieron el mundo, a Plutón (Hades en la mitología griega) como hijo menor se le asignó la peor parte: el inframundo, custodiado por Cerbero, un perro de tres cabezas y una serpiente en lugar de cola. Como dios del averno, a su territorio también perteneció la zona donde germinan las plantas y el subsuelo, donde se hayan las rocas que ocultan los filones metalíferos y las piedras preciosas (de ahí que recibiese el sobrenombre de Plutón, “el rico”).
Proserpina, única hija de Júpiter (Zeus), dios supremo del Olimpo, y Ceres (Deméter), diosa romana de la agricultura y la fertilidad, recogía flores en su retiro de Sicilia cuando fue sorprendida por Plutón, que emergió de la tierra subido en un carruaje tirado por cuatro caballos neցros con la intención de raptarla. Ceres no pudo socorrer a su hija, que tuvo que acceder a casarse con su secuestrador, y llena de ira provocó que la tierra se secara y las cosechas se perdieran. Júpiter decidió interferir en el conflicto llegándose finalmente a un acuerdo: Proserpina pasaría la mitad del año con su progenitora, momento en el que todo florece, y la otra mitad en el inframundo, dando lugar a las lluvias por el llanto de Ceres. El relato se convierte de este modo en la explicación mitológica del ciclo de las estaciones.