‘El País’ hace una brutal crítica a ‘Amén’, el encuentro del Papa con jóvenes de Disney (producido por Jorge Évole)

MAESE PELMA

por el ojo ciego una buena platano
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‘Amén’, la producción dirigida por Jordi Évole para Disney, en la que el Papa responde a las preguntas de un grupo previsible de jóvenes, ha merecido una demoledora crítica en El País.


El riesgo de posicionarse siempre cerca de los enemigos de la Iglesia, de buscar un tanto alocadamente la ‘oveja perdida’ y cargar continuamente contra los propios, especialmente los sacerdotes, tildándoles de ‘rígidos’ e inmisericordes, es que puedes quedarte en tierra de nadie, porque quienes aborrecen a la Iglesia van a alegrarse de que el Papa les lisonjée, pero no van a entrar en la barca.


Lo vemos de continuo. El mundo aplaudía al Papa, no porque les hiciese la doctrina católica más atractiva, sino porque percibía que la estaba debilitando. No hay sonadas conversiones, ni conversiones masivas, desde el bando que siempre obtiene las mejores sonrisas de Francisco. Nicaragua le llama “capo mafioso”, China le ningunea, los obispos alemanes expresan su frustración ante lo que ven como un doble juego del Papa (Bätzing dixit, parafraseando) y, en general, los medios seculares se han aburrido de jalearle e ignoran ya lo que hace o dice.



La prueba más reciente de este abandono ha venido de El País, que tanto ensalzara en su día la figura del Papa “que entiende”, y a raíz del penúltimo intento del Pontífice de halagar a la opinión secular más avanzada, poniéndose en manos de Évole, que ya son ganas.


En una columna titulada “Amén: Francisco te quiere, pero…”, Sergio del Molino empieza diciendo que “la versión pontifical del ‘Aló, presidente’ chavista es un documental brillante por momentos, que deja que la hipocresía de Bergoglio se manifieste en sus propias palabras”. La primera, en la frente.


Del Molino, “cargado de prejuicios anticlericales”, confiesa encontrar grato “descubrir que tras la palabrería papal no hay nada”. El núcleo de su crítica es el mismo que lleva ya años irritando a los progresista que inicialmente depositaron tantas esperanzas en él, confiando en que arramblaría con la doctrina de siglos, especialmente en lo tocante al sesso y otras obsesiones de la modernidad ‘pogre’, y se han visto defraudados por sus mensajes ambiguos, su amagar y no rematar. Pero tampoco deja de criticar la puesta en escena del aquelarre televisivo: “El arranque es una mezcla de First Dates y Pueblo de Dios”, dice, “combinando lo peor de ambos mundos, la catequesis y el chonismo”.


Naturalmente, lo que Del Molino critica es que el Papa afirme lo que cualquier Papa tiene que afirmar, y que el periodista denomina “la dureza de sus juicios”, como cuando Francisco revisita su repetida analogía del abortista con un malo a sueldo. Pero también acusa al Papa de ponerse de perfil al hablar de abusos de poder sin, aparentemente, hacerse responsable de los mismos, como si la cosa no fuera con él. “En resumen: Francisco te ama, pero no se hace cargo de los males que causa su institución. Francisco no responde, solo da largas”.


Parece que la luna de miel entre el pensamiento único de hoy y la “Iglesia de Francisco” ha terminado en un acerbo divorcio.


 
jorobar, qué colección de monstruos en la minifoto....
 
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