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Educación combate el fracaso con un Bachillerato más flojo
Los alumnos ya podrán pasar de curso con cuatro asignaturas suspensas
R. Ruiz
MADRID- El nuevo Bachillerato entró ayer en vigor y se aplicará a partir de septiembre con la singularidad de que, desde ahora, los alumnos que suspendan más de cuatro materias repetirán el curso en su totalidad, pero aquellos que acaben con cuatro asignaturas pendientes pasarán de curso. Podrán matricularse de las materias suspendidas y, a la vez, ampliar esta matrícula con asignaturas de segundo.
La orden que regula esta etapa educativa entró ayer en vigor en los centros docentes del ámbito de gestión del Ministerio de Educación tanto en el territorio nacional (Ceuta y Melilla) como en el exterior. La norma, que también determina los objetivos, la distribución de materias y los criterios de evaluación, prevé que los centros desarrollen y completen el contenido que deben estudiar los alumnos, pero también establece mecanismos de evaluación de los procesos de aprendizaje.
La facilidad de pasar a segundo de Bachillerato con asignaturas suspensas de primero tiene una razón de ser: «Combatir el abandono prematuro» de tal manera que «si queremos que se queden (estudiando), debemos hacer esta etapa más atractiva, menos rígida y más flexible», dijo la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, cuando anunció el cambio legal. Y es que a falta de grandes reformas legales durante esta legislatura, otras cuestiones como reducir las tasas de abandono escolar se ha convertido en uno de los empeños de la titular de Educación. Tres de cada diez estudiantes españoles abandonan los estudios obligatorios y en estas cifras llevamos estancados desde hace varios años, una de las tasas más altas de Europa.
La ministra, en su afán por ver menguar las cifras a toda costa, se mostró ayer convencida, durante su comparecencia en el Senado, de que muchas comunidades autónomas no han computado en sus estadísticas a los jóvenes que no están en el «sistema de educación formal» y reciben una educación ocupacional. Se refería a aquellos que acuden a los Programas de Cualificación profesional Inicial dirigidos a jóvenes mayores de 16 años que no han conseguido el título de Educación Secundaria. Esta opción les ayuda a conseguir una cualificación profesional y habilidades para conseguir trabajo. Por eso, ayer anunció que el Gobierno propondrá a las autonomías una revisión de cómo se están calculando los datos que dejan a España tan mal parada en relación con Europa. De momento, Educación ya ha anunciado planes «a la carta» que se implantarán en toda España el próximo curso para rebajar las cifras.
Exigencias «rebajadas»
El PP cree, sin embargo, que el principal objetivo que persigue la reforma del Bachillerato, reducir los índices de fracaso escolar, no se va a cumplir. Todo lo contrario. «Nos encontraremos que muchos jóvenes necesitarán tres años para cursar un Bachillerato diseñado para hacerlo en dos» y ésto perjudicará a la Formación Profesional de grado superior, donde habrá menos matriculados, al considerar que «pueden optar al Bachillerato, en lugar de la FP, porque se han rebajado las exigencias», dijo el portavoz de Educación en el Congreso, Juan Antonio Gómez Trinidad.
El diputado popular tachó de «error», «fraude de ley» y «engaño educativo» la reforma en esta etapa no obligatoria al considerar que «rebaja más el nivel» y convierte al Bachillerato en el «más breve y ?light?» de Europa con lo que, de este modo, los estudiantes «padecerán un déficit de cultura y de preparación personal».
Los alumnos ya podrán pasar de curso con cuatro asignaturas suspensas
R. Ruiz
MADRID- El nuevo Bachillerato entró ayer en vigor y se aplicará a partir de septiembre con la singularidad de que, desde ahora, los alumnos que suspendan más de cuatro materias repetirán el curso en su totalidad, pero aquellos que acaben con cuatro asignaturas pendientes pasarán de curso. Podrán matricularse de las materias suspendidas y, a la vez, ampliar esta matrícula con asignaturas de segundo.
La orden que regula esta etapa educativa entró ayer en vigor en los centros docentes del ámbito de gestión del Ministerio de Educación tanto en el territorio nacional (Ceuta y Melilla) como en el exterior. La norma, que también determina los objetivos, la distribución de materias y los criterios de evaluación, prevé que los centros desarrollen y completen el contenido que deben estudiar los alumnos, pero también establece mecanismos de evaluación de los procesos de aprendizaje.
La facilidad de pasar a segundo de Bachillerato con asignaturas suspensas de primero tiene una razón de ser: «Combatir el abandono prematuro» de tal manera que «si queremos que se queden (estudiando), debemos hacer esta etapa más atractiva, menos rígida y más flexible», dijo la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, cuando anunció el cambio legal. Y es que a falta de grandes reformas legales durante esta legislatura, otras cuestiones como reducir las tasas de abandono escolar se ha convertido en uno de los empeños de la titular de Educación. Tres de cada diez estudiantes españoles abandonan los estudios obligatorios y en estas cifras llevamos estancados desde hace varios años, una de las tasas más altas de Europa.
La ministra, en su afán por ver menguar las cifras a toda costa, se mostró ayer convencida, durante su comparecencia en el Senado, de que muchas comunidades autónomas no han computado en sus estadísticas a los jóvenes que no están en el «sistema de educación formal» y reciben una educación ocupacional. Se refería a aquellos que acuden a los Programas de Cualificación profesional Inicial dirigidos a jóvenes mayores de 16 años que no han conseguido el título de Educación Secundaria. Esta opción les ayuda a conseguir una cualificación profesional y habilidades para conseguir trabajo. Por eso, ayer anunció que el Gobierno propondrá a las autonomías una revisión de cómo se están calculando los datos que dejan a España tan mal parada en relación con Europa. De momento, Educación ya ha anunciado planes «a la carta» que se implantarán en toda España el próximo curso para rebajar las cifras.
Exigencias «rebajadas»
El PP cree, sin embargo, que el principal objetivo que persigue la reforma del Bachillerato, reducir los índices de fracaso escolar, no se va a cumplir. Todo lo contrario. «Nos encontraremos que muchos jóvenes necesitarán tres años para cursar un Bachillerato diseñado para hacerlo en dos» y ésto perjudicará a la Formación Profesional de grado superior, donde habrá menos matriculados, al considerar que «pueden optar al Bachillerato, en lugar de la FP, porque se han rebajado las exigencias», dijo el portavoz de Educación en el Congreso, Juan Antonio Gómez Trinidad.
El diputado popular tachó de «error», «fraude de ley» y «engaño educativo» la reforma en esta etapa no obligatoria al considerar que «rebaja más el nivel» y convierte al Bachillerato en el «más breve y ?light?» de Europa con lo que, de este modo, los estudiantes «padecerán un déficit de cultura y de preparación personal».