Conocí el caso siendo yo pequeño de un amigo de mis padres, rojo de huevones, obsesionado con las revueltas mineras de Asturias de 1934 y admirador del comunismo mas añejo que harto de Madrid a finales de los 80 pilló una indemnización y se fue a Mieres y con ese dinero puso una pizzería con toda su ilusión pensando que el afable pueblo socialista asturiano le iba a recibir con los brazos abiertos porque entre trabajadores son muy solidarios.
La pizzería le duró menos de un año, tuvo que cerrar, le hicieron el vacío la gente del pueblo porque era de Madrid, por muy rojo que fuese no era uno de ellos.
Mieres, buen lugar de ralea.
Luego en Madrid tenemos pobres de Gijón, Oviedo etc currando aquí desde hace lustros y son bien recibidos y son majos pero en su propia tierra son fieras.