No, no tiene nada que ver. Son las condiciones las que producen resultados, y no al revés.
Si a partir de mañana te ingresasen 2.000€ netos cada 1 de mes sin ir a trabajar, ¿irías? ¿Cuánta gente iría?
Es normal, y perfectamente humano que tendamos a querer trabajar cuanto menos mejor, y querer cobrar cuanto más mejor. No es algo que esté bien o mal, es algo que simplemente es.
El problema no parte de ahí, sino de que se cree un ecosistema en el cual el sueldo de una persona no tenga nada que ver con lo que aporta. Y que se llegue a desvirtuar tanto, que hasta llegue un punto en que ni siquiera sea necesario ir para cobrar.
No es que esa persona en concreto sea jeta o sea malvada. Simplemente, comprueba que en ese entorno la gente lo hace sin repercusión negativa alguna, y repite el comportamiento. Algo que seguramente terminaríamos haciendo todos al cabo de un tiempo de vivir en ese ambiente.
Claro está, que eso en el 'mundo real' es mucho más difícil que existe. En grandes empresas seguramente habrá casos, entre tanto personal los habrá que estén razonablemente ocultos. Pero claro, en el funcionariado o en el mundo de la empresa pública es mucho más normal, tanto porque en muchos casos es casi imposible meterles mano, como por el hecho de que quien tiene que controlar esto en teoría es el primero que se escaquea.
La culpa no es de las personas, es del sistema. Que es completamente perverso. Creado no para dar el mejor servicio (risas...), sino para que los que viven de él vivan lo mejor posible.
Los seres humanos respondemos a incentivos y los incentivos cuando el dinero que te pagan no le duele a nadie son perversos.
Si a mí me dieran un trabajo en el que la carga de trabajo es cero estaría feliz las primeras dos semanas, después comenzaría a amargarme hasta el punto en el que o bien pido un traslado o bien pido una baja, o bien me busco una actividad paralela para desarrollar en las horas de trabajo. Y es que si hay dinero para pagarme por no hacer nada en un escritorio, lo hay para pagarme por no hacer nada en mi fruta casa.
Y así se quiebra económica y jovenlandesalmente a una sociedad, que parece ser que es en lo que se afanan.