El Misterio de la Masonería. Descorriendo el Velo .

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S.E.R. José María Cardenal Caro Rodríguez (Pichilemu, 23 de junio de 1866 - Santiago de Chile, 4 de diciembre de 1958)
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Misterio! Descorriendo el velo
Autor: Cardenal José María Caro Rodríguez (1924)

Capítulo 17: ¿La Masonería es instrumento del Judaísmo?

132 - Cuestión moderna importantísima

Esta es una de las cuestiones más importantes que se ofrecen al que estudia la
Masonería. No es mi ánimo, ni puede serlo, el despertar odios contra una raza
que está destinada a unirse un día con los cristianos en el conocimiento y amor
de Nuestro Señor Jesucristo, y de la cual brotó para la tierra entera la fuente de
todas las bendiciones que la civilización cristiana ha aportado al mundo, a pesar
de todos los esfuerzos que se han hecho para estorbar su acción. No es ése mi
ánimo; pero si el de llamar la atención de los lectores a un asunto en el cual vale
la pena fijarse, tanto por el lado religioso, como por el económico y político.
Desde mi juventud han resonado juntos en mis oídos los nombres de la
Masonería y del judaísmo, de masones y hebreos, en los ataques contra la Iglesia
Católica. ¿Era simple coincidencia o es que en realidad hay una unión efectiva y
tal vez subordinación entre esas dos entidades?

Últimamente se ha escrito y se siguen escribiendo libros para manifestar que la
Masonería no es más que una máscara con que el Judaísmo encubre ante las
naciones sus manejos anticristianos y de universal dominación política y
económica. Según esos autores, la Masonería no es más que un pobre
instrumento, inconsciente por lo general, de una Suprema Dirección judía.
Copin-Albancelli ha dedicado un libro a probarlo. Sus razones hacen pensar
ciertamente. En la imposibilidad de dar muchos detalles, voy a indicar
solamente las líneas generales que manifiestan la estrecha relación y
subordinación de las logias con el judaísmo.

Este está, por una parte, en la condición de raza vencida, religiosa y civilmente,
dispersada y despreciada o perseguida, no sólo por sus tradiciones religiosas,
sino por la sórdida avaricia que la hizo adueñarse de las riquezas de los pueblos
entre los cuales ha vivido; y por otra parte, vive esa raza sostenida tenazmente
por un ideal que jamás ha abandonado, el de la dominación universal por medio
de su Mesías, personal o simbólico. En su perpetua contradicción con la
sociedad en que vive, el pueblo judío con el gobierno central que conserva su
unidad nacional, no ha podido menos que conspirar perpetuamente contra el
pueblo cristiano, y valerse, por lo tanto, de las sociedades secretas para realizar
sus fines.

Esta es una consideración hecha a priori, en vista de la condición de los judíos.
¿Corresponde a ella la realidad de los hechos? Luego lo veremos.

En el mismo sentido que Copin-Albancelli escribe el autor de The Cause of the
World Unrest, distinguiendo entre los judíos una fracción tranquila, patriótica y
fiel a la nación que la ha acogido, y otra que persigue el sueño de la dominación
universal de su raza y, para conseguirlo, procura la revolución universal, como
lo está haciendo en Rusia, y desde ahí trabaja por realizarlo en el mundo entero.
Otro tanto hace Webster en su obra ‘Secret and Subversive Movernents’, en la
cual, observando que, donde la Masonería es más subversiva, el elemento judío
lo es menos y donde la Masonería no existe o es menos subversiva, allí lo es
más el elemento judío, llega a este dilema: ‘O la Masonería es el velo bajo el
cual los Judíos, como los Iluminados, prefieren trabajar, de modo que donde no
se puede aprovechar el velo se ven obligados a salir más a la luz, o la Masonería
del Gran Oriente es el poder dirigente que emplea a los judíos como sus agentes
en aquellos países en que ella no puede trabajar por su propia cuenta.’ ( p. 383)
Mons. Jouin, fustigador incansable del Judaísmo y de la Masonería, manifiesta
la misma convicción que Copin-Albancelli, en sus estudios sobre ‘Los
Protocolos de los Sabios de Sión’, etc.

133. — Consideración masónica por los judíos

En la Masonería se ha visto siempre una grande y especialísima consideración
por los judíos: Cuando se habla de supersticiones, jamás se menciona la religión
judía. Cuando estalló la Revolución Francesa, se pidió con instancia la
ciudadanía francesa para los judíos; rechazada una vez, se insistió en pedirla, y
fue concedida. El lector recordara que en esos días se perseguía a fin a los
católicos. .

La Masonería ha mirado con horror el ‘antisemitismo,’ [Nota. Los llamados
Judíos actualmente en un 98% no son semitas sino de la etnia Kázara, o
Ashkenazi, turcomanos y eslavos] a tal punto, que un Hermano antisemita, que
creía de buena fe en la tolerancia de las opiniones políticas de la Masonería, se
presentó en Francia como candidato a diputado una vez y salió elegido, y
cuando se trató de la reelección, se dieron órdenes expresas a las logias para que
se Ie hiciera la guerra, órdenes que no se ven casi nunca en las logias y tuvieron
que ser cumplidas.

134. — Preponderancia judaica en las logias

En 1862, un masón de Berlín, dándose cuenta de la preponderancia judía en las
logias, escribía en una hoja de Munich: ‘Hay en Alemania una sociedad secreta,
de formas masónicas, que está sujeta a jefes desconocidos. Los miembros de
esta asociación son en su mayor parte Israelítas ‘. En Londres, donde se
encuentra, como se sabe, el foco de la revolución, bajo el Gran Maestre
Palmerston, hay dos logias judías que no vieron jamás a cristianos pasar sus
umbrales. Allí es donde se juntan todos los hilos de los elementos
revolucionarios que anidan en las Logias Cristianas.

‘En Roma, otra Logia, enteramente compuesta de judíos, donde se reúnen todos
los hilos de las tramas urdidas en las Logias Cristianas, es el Supremo Tribunal
de la Revolución.

‘Desde allí son dirigidas las otras logias como por jefes secretos, de modo que la
mayor parte de los revolucionarios cristianos no son más que muñecos puestos
en movimiento por judíos, mediante el misterio.

‘En Leipzig, con ocasión de la feria que hace acudir a esa ciudad una parte de
los altos negociantes judíos y cristianos de la Europa entera, la Logia Judía
Secreta es cada vez permanente, y jamás masón cristiano ha sido recibido en
ella. He ahí lo que hace abrir los ojos a más de uno de nosotros… No hay sino
emisarios que tienen acceso a las logias judías de Hamburgo y de Francfort’.
Cougenot de Mosseaux refiere este hecho que confirma lo anterior:

‘Desde la recrudescencia revolucionaria de 1848, me encontraba en relación con
un judío que, por vanidad, traicionaba el secreto de las sociedades secretas en las
cuales estaba asociado y que me advertía con ocho o diez días de anticipación
todas las revoluciones que iban a estallar en un punto cualquiera de Europa. Le
debo la inquebrantable convicción de que todos esos grandes movimientos de
los pueblos oprimidos, etc., son combinados por una media docena de
individuos que dan sus órdenes a las sociedades secretas de toda Europa. El
suelo está enteramente minado bajo nuestros pies, y los judíos suministran un
gran contingente a esos minadores’.

En 1870, De Camille escribía a Le Monde, que en una jira por Italia había
encontrado a uno de sus antiguos conocidos, masón, y habiéndole preguntado
cómo estaba la Orden, le respondió: ‘He dejado mi Logia de la Orden
definitivamente, porque he adquirido la convicción profunda de que no eramos
sino los instrumentos de los judíos que nos empujaban a la destrucción total del
Cristianismo’ (La F. M. Secte Juive, 43-46.)

Como confirmación de lo anterior, voy a tras*cribir una información que se
encuentra en la Revue des Sociétés Sécretes (p. 118-119, 1924.)
‘Según la Tribuna Rusa, que aparece en Munich en lengua rusa, el Judaísmo
militante mantendría sobre diferentes planes las organizaciones siguientes de
combate, más o menos disfrazadas, pero todas con el fin de preparar el triunfo
de la 3ª Internacional.

‘1ª La Internacional Dorada (plutocracia y alta finanza internacional,) a cuya
cabeza se encuentra: a) En América: P. Morgan, Rockefeller, Wanderbilt y
Wanderlippe (Varios de estos nombres no parecen ser de lo mejor escogidos;) b)
en Europa: la casa Rothschild y otras de orden secundario.

‘2º La Internacional Roja, o Unión Internacional de la democracia social obrera.
Esta comprende: a) la segunda Internacional (la de Bélgica, judío Vandervelde;)
b) la Internacional N’ 2 (la de Viena, judío Adler;) y c) la Internacional N’ 3 o
Internacional comunista (la de Moscú, judíos Apfelbaum y Radek.)

‘A esta hidra de tres cabezas, que para más comodidad obran separadamente, se
agrega el Profinter (Oficina Internacional de las asociaciones profesionales) que
tiene su sede en Amsterdam y dicta la palabra judaica a los sindicatos no
afiIiados aún al bolcheviquismo.

‘3º La Internacional de color, o Unión del Judaísmo de combate.
El principal papel es desempeñado en ella por la organización universal de los
Sionistas (Londres;) por la Alianza Israelita Universal fundada en París por el
judío Crémieux; por la Orden judía de los B´nai-Moiche (hijos de Moisés) y las
sociedades judías ‘Henoloustz’, ‘Hitakhdoute’, ‘Tarbout’, ‘Karen-Haessode’, y
otras ciento, más o menos enmascaradas, diseminadas en todos los países del
viejo y del nuevo mundo.

‘4º La Internacional azul, o Masonería lnternacional, que reúne por medio de ‘la
Logia Reunida de la Gran Bretaña’, por medio de ‘la Gran Logia de Francia’ y
por medio de los Grandes Orientes de Francia, Bélgica, Italia, Turquía y de los
demás países, a todos los masones del universo. (El centro activo de esta
agrupación, como lo saben los lectores, es la Gran Logia ‘Alpina’.)

La Orden Judío Masónica de los ‘B’nai-B rith’, que, contra los estatutos de las
logias masónicas, no acepta sino judíos, y que cuenta en el mundo más de 426
logias puramente judías, sirve de lazo entre todas las Internacionales
enumeradas más arriba.

‘Los dirigentes de la ‘B’nai-Berith’ son los judíos Morgentau, antiguo
Embajador de los Estados Unidos en Constantinopla; Brandeis, juez supremo en
los Estados Unidos; Mack, sionista; Warbourg (Félix,) banquero; Elkus; Krauss
(Alfred,) su primer presidente; Schiff, muerto ya, que ha subvencionado el
movimiento de emancipación de los judíos en Rusia ; Marchall (Luis ,) sionista’.
‘Sabemos de cierto, dice Webster, que los cinco poderes a que nos hemos
referido - La Masonería del Gran Oriente, la Teosofía, el Pan-Germanismo, la
Finanza Internacional y la Revolución Social - tienen una existencia muy real y
ejercen una influencia muy definida en los negocios del mundo. En esto no
tratamos de hipótesis sino de hechos basados sobre evidencia documentada…

‘Unificado o no el poder judío, los judíos se encuentran cooperando con todos
los cinco poderes cuya existencia es conocida, si no dirigiéndolos. Así, los
judíos por mucho tiempo han desempeñado la parte dirigente de la Masonería
del Gran Oriente y predominado en los grados superiores’ (Webster, págs. 382-
383.)

135. — La acción judía y masónica frente al Catolicismo

Es indudable que la acción de la Masonería contra la Iglesia Católica no es más
que la continuación de la guerra a Cristo practicada por el Judaísmo desde hace
900 años, eso sí que acomodada, mediante el secreto, el engaño y la hipocresía,
a las circunstancias del mundo cristiano en que tiene que hacerla.

Léase el Evangelio y se verá, en el espionaje judío, en sus preguntas capciosas,
en sus ataques hipócritas, encubiertos con el velo de la pretendida piedad de los
fariseos; en las asechanzas; en los esfuerzos por hacer odioso ante el pueblo a
Aquel que era su mayor gloria y su gran Bienhechor; en el empleo del oro para
corromper a un Apóstol, en la formación de la opinión pública contra Cristo; en
la preferencia de Barrabás, en el furor y saña con que trataron de hundir la
memoria de Cristo en la infamia; en la constante oposición, sangrienta muchas
veces, contra la predicación de los apóstoles, etc.; en todo eso se verá, digo, lo
mismo que hoy practica la Masonería, a veces en forma más solapada, a veces
en forma más violenta. El judaísmo fue el anticristianismo, y la Masonería, al
servicio de ese mismo judaísmo, es todavía el anticristianismo; el mismo repruebo, la
misma hipocresía, las mismas violencias, el mismo estorbo a la acción de la
Iglesia de Cristo, para acusarla, después de haberle impedido hacer el bien que
podría haber hecho, por no haberlo hecho.

‘No olvidemos que el Judaísmo rabínico es el declarado e implacable enemigo
del Cristianismo, dice Webster. El repruebo al Cristianismo y a la persona de Cristo
no es cosa de historia remota ni puede mirarse como el resultado de persecución:
forma una parte íntegra de la tradición rabínica originada antes de que tuviera
lugar cualquiera persecución de los judíos por los cristianos, y ha continuado en
nuestro país mucho después que esa persecución ha terminado’ (p.177.)

Más abajo hace notar el mismo autor que, después de tres siglos de paz que
llevan en Inglaterra, en los cuales se les ha permitido entrar a todos los empleos
del Estado, a las logias masónicas, etc., no han hecho nada para moderar el repruebo
al Cristianismo inculcado en nueve siglos por la enseñanza rabínica.

Por su parte, el ‘The British Guardian’ hace esta afirmación, que para los que
estamos acostumbrados a oír hablar del espíritu de tolerancia que domina en los
países anglosajones es toda una revelación: ‘La Iglesia Cristiana es atacada hoy
como no lo ha sido jamás durante siglos, y este ataque es casi exclusivamente la
obra de los judíos’ (Rev.des SS. Secr., P 430. 1925.)

Por lo demás, las relaciones de la Masonería o del Judaísmo perseguidor de la
Iglesia Católica y, según los casos, de todo Cristianismo, con el Bolchevismo y
Comunismo, en Méjico, en Rusia, en Hungria y con la amenaza de hacerlo en
todas partes, es cosa pública, como lo es la relación del Judaísmo con la
Masonería. El que desee datos y documentos puede leerlos en las obras inglesas
citadas y en Mons. Jouin: ‘Le Péril Judéo-Maconnique’.

136. — Los Protocolos de los Sabios (o Ancianos) de Sión

Una palabra sobre este documento no estará de más. Se ha discutido mucho su
autenticidad, y por eso no haré mucho hincapié en él. Pero cualquiera que los lea
y sepa algo de su historia no podrá menos de admirarse de la realización del plan
ideado por los verdaderos o supuestos sabios de Sión, del empeño que ha hecho
la ****ría por sepultar en el olvido los ‘Protocolos’, primero, quemando un
edición entera en Rusia, después mintiendo sobre la existencia de un ejemplar en
la Biblioteca de Londres, y haciendo grandes esfuerzos para que no se publicara
en Estados Unidos una edición, a tal punto que no se consiguió que ningún
diario de Nueva York publicara avisos para hacerle reclamo.

Esos protocolos contienen un plan propuesto por los judíos, o por un ponente,
como se dice, para realizar el ideal de la dominación universal sobre todo el
mundo, bajo un gobierno judío, mediante la corrupción de costumbres, el
empobrecimiento de los pueblos en favor de los alubio*s y las continuas
agitaciones y continuo descontento que haría que los pueblos se entregaran en
brazos de los judíos para salvar de la anarquía y de la miseria, para ser tratados
en seguida por ellos tal como han sido tratados en Rusia, bajo el soviet, cuyos
jefes son casi todos judíos.

He leído una refutación de la autenticidad de los Protocolos, escrita por un
Jesuita en un diario belga. Parece que los judíos se han preocupado mucho en
relegarlos al catálogo de los plagios, haciendo ver que han sido copiados en gran
parte del libro de Maurice Joly, Dialogues aux Enfers entre Machiavel et
Montesquieu, publicado en 1864. Webster da el siguiente resumen de sus
estudios sobre esta materia:

‘Los Protocolos o son meramente un plagio de la obra de Mauricio JoIy, en cuyo
caso los pasajes proféticos agregados por Nilus o por otro quedan sin
explicación o son una edición revisada del plan comunicado a Joly en 1864,
traída a la fecha y suplementada en forma de adaptarse a las condiciones por los
continuadores del complot’.

‘Si en este caso los autores de los Protocolos fueron judíos o si las partes judías
han sido interpoladas por gente en cuyas manos cayeron, es otra cuestión. En
esto hemos de admitir la falta de toda evidencia directa. Un Círculo
Internacional de Revolucionarios mundiales que trabajen con los mismos planes
de los Iluminados, cuya existencia ya ha sido indicada, ofrece una alternativa
perfectamente posible a los ‘Sabios Ancianos de Sión’. Sería más fácil, sin
embargo, absolver a los judíos de toda sospecha de complicidad si ellos y sus
amigos, hubiesen adoptado un camino más recto desde el tiempo en que
aparecieron los Protocolos. Cuando hace algunos años se dirigió contra los
Jesuítas, una obra del mismo género, conteniendo lo que se daba como un ‘Plan
Secreto’ de revolución, muy parecido a los Protocolos, los Jesuitas no se
entregaron a invectivas, ni reclamaron que el libro fuera quemado por un
verdugo común, ni se entregaron a fantásticas explicaciones, sino que
tranquilamente dijeron que el cargo era una invención. Y así terminó el asunto.
‘Pero desde el momento en que fueron publicados los Protocolos, los Judíos y
sus amigos han recurrido a todo método tortuoso de defensa, llevaron la presión
sobre los editores - consiguieron de hecho detener temporalmente las ventas -,
acudieron al Secretario del Interior para que ordenara suspenderlas,
confeccionaron una tras otra refutaciones sin réplica que se excluían
mutuamente de modo que en el tiempo en que aparecía una solución tenida
actualmente como la correcta, habíamos sido ya certificados doce veces de que
los Protocolos habían sido completa y definitivamente refutados, Y cuando al
último había sido descubierta una explicación real plausible, ¿por qué no ha sido
presentada en una forma convincente? Todo lo que se necesitaba era establecer
que el origen de los Protocolos se había hallado en la obra de Mauricio Joly,
dando los lugares paralelos en apoyo de esa afirmación. ¿Qué necesidad de
embrollar una buena causa en una telaraña de evidente fábula? ¿A qué ese alarde
de fuentes confidenciales de información, la pretensión de que el libro de Joly
era tan raro que casi no se Ie podía encontrar, cuando una búsqueda en las
librerías habría de probar lo contrario? ¿A qué esa alusión a Constantinopla
como el lugar para ‘encontrar la llave de oscuros secretos’, al misterioso Mr. X,
que no desea que su nombre real sea conocido, y al anónimo ex-oficial de
Okhrana, quien por casualidad le compró el mismo ejemplar de los Diálogos,
usado para la fabricación de los Protocolos por el mismo Okhrana, aunque este
hecho fué ignorado por el oficial en cuestión? Además, ¿por qué si Mr. X. era un
propietario ruso de religión ortodoxa y un monarquista Constitucional, iba a
tener tanta ansiedad de desacreditar a sus correligionarios monarquistas,
haciendo la afrentosa afirmación de que ‘la única organización masónica oculta,
tal como la de que hablan los Protocolos’ - es decir un sistema maquiavélico de
abominable especie -- que él había podido descubrir en la Rusia del Sur ‘era una
monárquica’?

‘Es evidente entonces que aún no se ha dicho la historia completa de los
Protocolos y que aun queda mucho por descubrir tocante a ese misterioso
asunto’ (Webster, Appendix, final.)

Sóbre este asunto puede verse a Lamhelin, ‘Le régne d’Israel chez les Anglo
Saxons’; Mons. Jouin, ‘Le Péril Judéo Maçonnique’, The Cauce, etc.
Al que se interese por esta cuestión Ie dará especialmente mucha luz la obra de
Henry Ford ‘El Judío Internacional’, que, con muy buen razonamiento y con
muchos datos, sostiene su autenticidad judaica.
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Muy buen libro, imprescindible.

Creaban logias a las que no se permitía el acceso a judíos.

¿Se puede ser más maquiavélico?

Luego ves a gente comentando en los hilos del ISIS y similares que como va a estar Arabia Saudita detrás de ellos si la han amenazado y te da la risa.

Los medios no van ayudar en abrir los ojos a esa gente... Cuando EEUU e Israel señalan a un país como enemigo o aliado, automáticamente la opinión general del ciudadano es la que nos han contado. Aparte de que se da por hecho que los yankees son mu buenos y nos protejjjen de los males de la galaxia. El lobo al cuidado del rebaño.
 
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