el mejor juego de mesa

Recientemente uno de mis hijos se pidió para reyes éste, jugamos en familia y es muy divertido, he de reconocer que estos juegos de mesa de "nueva generación" son una pasada para quienes nos gusta, y nos pasamos la infancia sin consolas y jugando a todo tipo de juegos de mesa:

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Sin destroquelar lo tengo, como tropecientos mas (sin contar wargames). Y aun guardo una pila de clasicos del siglo pasado (Borras, Educa, etc, etc)
 
El Dixit es una pasada y puede jugar gente de todas las edades.

El MonoPoly y sus derivados, el clásico moderno por excelencia. Mencionar que en su día tuve el Hotel, que es muy vistoso, el problema es que tiene tantas figuritas y un dado de colores, lo que lo hacen difícil de mantener al contrario que el original. También está la versión barata de SuperPoly, que quien no quiera pagar marca, no tiene nada que envidiar al original.

El HeroQuest otro de los grandes, siendo medio rol-medio tablero. Lastima que no lo repongan. Cuidado que hace poco hubo una estafa con una supuesta "versión moderna".

Estoy de acuerdo con los que dicen que el ajedrez es el número 1. El clásico por excelencia. De hecho algunos piensan que es un deporte, pues para dominar el juego se requiere entrenamiento. Mencionar también las Damas, el Parchís, la Oca, y el Dominó.

Y en general yo prefiero los juegos de cartas, tanto clásicos como la baraja española como modernos como el UNO (o Lobo, aunque su temática sea algo diferente). Ocupan poco espacio y para pasar el rato en una excursión, viaje, o una quedada casual, están muy bien. Podría decir varios juegos de cartas, pero tendría que buscar el nombre por Google. Si encuentro la ocasión puede que ponga alguno por aquí.

Por otra parte el Catán me parece un buen juego, pero algo sobrevalorado, por lo que cuesta me compro otra cosa.

Las Magic y Warhammer tengo la sensación que sus reglas no están muy definidas, y según con quien se juegue, son unas cosas u otras, y eso que yo aún conservo mi mazo de Magic. Al warhammer quise aprender a jugar, pero eso de pintar muñequitos, encontrar gente, etcétera, me parece demasiada molestia.
 
Catán es de lo más popular de los últimos años.

Magic, que lo habéis mencionado, no vale para jugar de forma casual, tiene muchísimas normas, muchísimas ediciones diferentes y es muy complejo, salvo que quieras meterte muy a fondo. Eso sí, es como la fruta heroína como te guste. Yo hace más de 15 años que no juego pero de tanto que había mis amigos y yo terminamos por comprarnos las ediciones réplica de las barajas de los campeones del mundo y jugábamos con ellas, eso era la rehostia porque jugabas con las mejores manos del mundo. Como si te dejaran un fórmula 1 para ir por la calle a toda leche pero sin gastarte un duro (llevaban un reverso diferente que les quitaba el valor de la carta)
 
Sabes jugar bien ? Con tiempo, conociendo teoria y aperturas ?
A mi el ajedrez no me parece un juego de mesa al uso, partiendo de la base de que los juegos de mesa suelen ser una manera desenfadada de pasar el rato, que tienes que pensar pero sin pasarse.

El ajedrez después de un rato termino con la cabeza cansada. También es que no llego ni a aficionado, se algo de teoría pero no soy de éstos que se conocen nosecuantas aperturas y sus variantes y todas esas cosas.

Para mi lo mejor son los juegos de cartas españoles clásicos, especialmente el tute, el mus y el chinchón.

Tirarme toda la tarde en la terraza de un bar echando unas cartas (y una o dos consumiciones) me encanta. No se interprete esto como que solo me gusta estar en el bar eh.
 
Última edición:
Por cierto, que no quede por mencionar el juego más fácil y divertido para un grupo de cinco o seis personas mientras te tomas chupitos en una casa rural o situación similar: el juego del diccionario.

Se juega por turnos. El primer jugador coge el diccionario y elige una palabra, a ser posible poco conocida, anunciándola en voz alta y tras*cribiendo secretamente la definición sobre su propio folio. El jugador que tiene el diccionario hará la función de moderador o "lector" por ese turno.

Cada uno de los otros jugadores procede a escribir sobre su propio folio una hipotética definición del término elegido. Al final del juego no es relevante que la definición propuesta por los jugadores corresponda, ni siquiera parcialmente, a la definición exacta. Tiene que ser verosímil y por tanto cuenta, por ejemplo, el estilo en que viene escrita. Aunque si se conoce el significado de la palabra elegida por el "moderador", el jugador tratará de escribir su significado lo más cercano posible al significado real, de esta manera podrá obtener doble puntuación ya que demostrará que conoce el significado de una palabra "difícil" elegida por el moderador.

Terminada esta fase, los jugadores entregan sus propios folios (plegados para que no vean el texto los otros jugadores) al que ha elegido el término. Este lee en voz alta, al azar y si es posible de espaldas a los jugadores todas las definiciones propuestas, incluyendo entre ellas la definición verdadera tomada del diccionario (habiendo previamente aprendido a leer correctamente qué han escrito los demás, para no mostrar desentendimiento de lo que se lee).

Todos los otros jugadores deberán votar la definición que creen que es la verdadera. Se puede incluso votar la propia definición para engañar al resto de jugadores. Cuando todos los jugadores han votado, se procede al recuento de puntos como sigue:

  • cada jugador que ha acertado la definición obtiene un punto.
  • cada jugador gana un punto extra por cada voto obtenido de un adversario.
  • el moderador de ese turno gana un punto por cada jugador que no haya acertado con la contestación correcta.
Gana la partida el jugador que haya obtenido mayor número de puntos al final de las rondas acordadas. Debido a que el jugador de turno gana puntos por un sistema distinto al resto, cada partida debe tener un número de turnos múltiplo del número de jugadores. Es decir: todos tienen que tener el diccionario el mismo número de veces.
 
Por cierto, que no quede por mencionar el juego más fácil y divertido para un grupo de cinco o seis personas mientras te tomas chupitos en una casa rural o situación similar: el juego del diccionario.

Se juega por turnos. El primer jugador coge el diccionario y elige una palabra, a ser posible poco conocida, anunciándola en voz alta y tras*cribiendo secretamente la definición sobre su propio folio. El jugador que tiene el diccionario hará la función de moderador o "lector" por ese turno.

Cada uno de los otros jugadores procede a escribir sobre su propio folio una hipotética definición del término elegido. Al final del juego no es relevante que la definición propuesta por los jugadores corresponda, ni siquiera parcialmente, a la definición exacta. Tiene que ser verosímil y por tanto cuenta, por ejemplo, el estilo en que viene escrita. Aunque si se conoce el significado de la palabra elegida por el "moderador", el jugador tratará de escribir su significado lo más cercano posible al significado real, de esta manera podrá obtener doble puntuación ya que demostrará que conoce el significado de una palabra "difícil" elegida por el moderador.

Terminada esta fase, los jugadores entregan sus propios folios (plegados para que no vean el texto los otros jugadores) al que ha elegido el término. Este lee en voz alta, al azar y si es posible de espaldas a los jugadores todas las definiciones propuestas, incluyendo entre ellas la definición verdadera tomada del diccionario (habiendo previamente aprendido a leer correctamente qué han escrito los demás, para no mostrar desentendimiento de lo que se lee).

Todos los otros jugadores deberán votar la definición que creen que es la verdadera. Se puede incluso votar la propia definición para engañar al resto de jugadores. Cuando todos los jugadores han votado, se procede al recuento de puntos como sigue:


  • cada jugador que ha acertado la definición obtiene un punto.
  • cada jugador gana un punto extra por cada voto obtenido de un adversario.
  • el moderador de ese turno gana un punto por cada jugador que no haya acertado con la contestación correcta.
Gana la partida el jugador que haya obtenido mayor número de puntos al final de las rondas acordadas. Debido a que el jugador de turno gana puntos por un sistema distinto al resto, cada partida debe tener un número de turnos múltiplo del número de jugadores. Es decir: todos tienen que tener el diccionario el mismo número de veces.

leñe, el dixit con palabras en lugar de imagenes

(mas o menos)
 
Dixit es de los que tiene mayor aceptación para familias y adultos.

Lobos de Castronegro, para muchos jugadores (mínimo 6). Se puede jugar sin "esclavizar" al moderador, basta con jugar la primera ronda a ciegas (sólo lobos y campesinos, sin trucos) y al que dan el pasaporte es el moderador. Y se puede jugar con una baraja española o francesa.

Uno curioso es el Saboteador, de unos acondroplásicos mineros, partidas rápidas y del estilo de Los Lobos, siempre hay algún saboteador/lobo.

Luego están los colaborativos, El Desierto y La Isla, ahí hay que colaborar para escapar. A partir de los 10 años. No dan para muchas muchas partidas, pero están bien.

Para los de ajedrez, la web chess.com que tiene 20 millones de usuarios registrados. Gratis pero con publicidad; buen nivel de analiza y de lecciones.
Y hay más webs para aprender y a jugar al ajedrez. Yo empecé y sigo con esta.

Para jugar solo, hay uno de Sherlock, con 10 casos, que es de investigación.
Siempre he jugado acompañado, pero supongo que vale para uno solo.
Eso sí, acabas mareado. Los casos son complejos y parece que estés en un supuesto práctico de oposiciones.

Como juegos básicos y primigenios, me quedo con el parchís, la pocha y el tute, y lo de "jugar al personaje" (lo de adivinar quién eres porque te han puesto un personaje escrito con un rollo de papel en la cabeza). No suelen fallar.

De lonchafinismo extremo, hemos llegado a jugar con un trapo (el trapotxo) que es coger un trapo, moverlo como puedas y simular acciones/situaciones que el resto tenían que adivinar. Eso de copas, claro.
 
Uno de cartas de póker con dinero de mentirijilla: monedas y billetes.
Anda que no me tiré horas los veranos con mis primos y unos vecinos jugando, que vicio por dioooosss.
 
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