Yo estuve metido en el mundo del fútbol sala desde pequeñito, pero a partir de los 18 a parte de jugar en mi equipo, era el que se movía para conseguir patrocinador, hacia las gestiones...
Al mismo tiempo entrenaba a los juveniles, y un día a la semana venían niños y niñas desde 5 a 12 años para iniciarse en el mundillo.
Conocí un montón de buena gente y "devolví" el favor de la gente que se preocupó cuando yo era pequeño para que pudiese entrenar y competir los fines de semana.
Una pena tener que dejarlo cuando me fui fuera a estudiar y nadie quiso relevarme. Pasé unos momentos muy buenos.
Lo mejor de todo es la relación que mantengo con ese chavales que ahora ya siendo mayorcitos me siguen agradeciendo el esfuerzo que hice por ellos.