Llevo un par de meses preguntándome por una serie de cuestiones que me desconcertaban. La principal de ellas. ¿Cómo es posible que
EEUU, justo cuando entra en confrontación con Rusia, hace todo lo posible para echarla en manos de China y estimular, además, que ésta se entienda a sí misma como un potencial enemigo? ¿No es un clásico aquello de “divide y vencerás”?
Si el objetivo fuera ir a la guerra… ¿Cómo es que se practica justo lo contrario, el crear una alianza de dos grandes potencias a las que es imposible atacar simultáneamente?
Pero fue justamente esto lo que se hizo en la
cumbre de la Otan de Madrid y, previamente, hace ya más de un año, en septiembre de 2021, cuando se firma
Aukus, una especie de proto-otan del Indopacífico, con la participación de Australia, RU y EEUU, destinada a contener a China. Es decir, que
la posición frentista con China es anterior a la oleada turística rusa.
Que las piezas se muevan en fechas tan coincidentes y que todas apunten en la misma dirección
no puede ser casualidad. Y desde luego, no me creo que en los máximos niveles de la administración usana no haya suficiente inteligencia como para darse cuenta de algo tan obvio. Esto es lo que me ha llevado a intuir cuál puede ser la verdadera razón de todas estas acciones aparentemente suicidas.
Aquellos que piensan que nos dirigimos a una III guerra mundial están completamente equivocados. Si ése fuera el caso, la política usana iría destinada a separar a sus enemigos para poder acabar con ellos uno a uno. Del mismo modo que EEUU se alió con la URSS para destruir a Alemania para, a continuación, enfrentarse a su antiguo aliado en una guerra fría; en este caso, podía haber buscado la complicidad de Rusia en un futuro enfrentamiento con China, o viceversa. Sin embargo, claramente
el departamento de Estado usano busca enfrentarse abierta y explícitamente a un “Eje” que él mismo ha forzado. Una Rusia aislada no puede sino caer en manos de China. Una China amenazada no puede sino buscar una alianza militar con Rusia.
¿Es que los usanos, que llevan dominando el mundo desde hace 100 años, se han vuelto repentinamente petulantes? Creo que no. Creo que
siguen un GRAN PLAN diseñado con gran precisión, y que voy a exponer en este hilo.
Hace unos diez años, el prestigioso think-tank americano, la Rand Corporation, estimó que
para 2025 China alcanzaría un nivel de producción y PIB total equiparable a EEUU. Pero lo peor es que eso terminaría provocando un desarrollo armamentístico en donde, para 2040,
China sería la potencia militar hegemónica, con mucha diferencia. Ya
en la actualidad, China tiene 100 buques de guerra más que EEUU, lo que hace un par de décadas era una hipótesis inverosímil.
Es evidente que
las superpotencias nucleares de ese tamaño no pueden ir a la guerra total como antaño hacían las potencias europeas. Ahora mismo, la supervivencia de los imperios no se centra en la potencia militar o la ocupación de territorios, sino en
el control de recursos, en el control de las finanzas y en el control de los mercados. En este sentido, Alibaba es mucho más peligrosa para el imperio usano que unos cuantos cientos de cabezas nucleares, que no podrán nunca emplearse dado que un enfrentamiento total significa la mutua destrucción asegurada.
¿Qué es lo que hace entonces EEUU buscando bronca, primero con Rusia, usando el peón ucraniano, y luego con China, empleando el peón taiwanés?
Se está buscando, claramente, excusas para
el establecimiento de un nuevo telón de acero y una nueva guerra fría. La potencia usana, que tras la caída del muro de Berlín entendió que iba a dominar el mundo, y se abrió a una globalización total, ahora comprueba como el tablero de juego no le favorece, y necesita medidas radicales destinadas a salvar su imperio. Necesita, desesperadamente, revertir esa delocalización que inició en los años 70, y que tras*firió su industria a China y otros territorios de ultramar, y que dejó que Europa y Japón se convirtieran en serios competidores en tantos aspectos: Automoción, aeronáutica, farmacia, etc.
Este plan se concreta en dos movimientos magistrales que se desarrollan sobre el tablero:
- La provocación ucraniana: Se crea en el país más corrupto del mundo un régimen criminal destinado a provocar un genocidio de población pro-rusa, y se amenaza con la inclusión del país a la Otan, con la finalidad de provocar al oso ruso a atacar. Con esa excusa, se tuerce el brazo de todas las colonias otánicas para que corten toda relación comercial con Rusia. Este movimiento aspira a dos objetivos: Por un lado, acabar con la capacidad de Europa de competir en el terreno industrial, por cuanto pierde la energía barata que le proporcionaba Rusia, y los obliga a depender de los recursos minerales y naturales usanos (petróleo, gas, carbón, hierro, madera, etc.). La elevación de los precios de esas materias primas vuelve a hacer competitivas las explotaciones usanas. Pero más importante que eso, el coste de producir en Europa hace que EEUU pueda producir en precios mucho más competitivos, pese a la fortaleza de su moneda. Por otro lado, la “amenaza rusa” sirve de excusa para forzar a armarse a todos los países europeos, que compran sus arsenales a la industria militar usana. El resultado neto de esta operación es claramente positivo y favorable para EEUU, quien apenas ve afectadas sus ventas en el territorio ruso, en todo caso, un porcentaje mínimo de sus ventas mundiales.
- La provocación taiwanesa: Se establece un acuerdo Lend-Lease para armar a Taiwán hasta los dientes, dando alas a los movimientos separatistas en la isla. Para China, la provocación es evidente. Si no hace nada, llegará un momento en que la isla se convierta en un fortín inexpugnable, y una base desde la que es posible limitar y controlar el dominio marítimo de la potencia asiática —sus vías de importación y exportación—. La idea subyacente, es evidente: forzar a China a invadir como mismo ha hecho Rusia con Ucrania. Y entonces, poner la maquinaria propagandista para forzar a los “aliados” para que corten radicalmente toda relación comercial con el gigante asiático. Se acabó comprar en Alibaba haciéndole la puñeta a Amazon. Se acabaron los Xiaomi y Huawei haciéndole la puñeta a Apple. Evidentemente, EEUU tiene que renunciar al mercado chino, pero dado que la balanza comercial es tan desigual a favor de los asiáticos, esa retirada es beneficiosa y se compensa con todos esos países de Europa y Asia que se verán obligados a comprarlo todo a los EEUU. Naturalmente, la “amenaza china” obliga a todos los países limítrofes de Asia a armarse hasta los dientes con el proveedor americano.
En definitiva, dado que el imperio ha visto y proyectado su decadencia, toma una decisión para revertir la situación. La
creación de “dos mundos” completamente separados e independientes.
El “mundo libre” —de las llamadas democracias liberales— y el “mundo oprimido” —el de las llamadas dictaduras autoritarias. Dos entidades separadas en todo: en lo político, en lo económico, en lo cultural y en lo financiero.
EEUU cuenta con que una China y una Rusia condenadas a una autarquía forzada, y dejando de ser la “fábrica del mundo”, la una, y “la gasolinera del mundo”, la otra;
no puedan en modo alguno mantener el nivel de desarrollo que han experimentado en los últimos decenios. Al mismo tiempo, una EEUU que recupera su capacidad productiva primaria —materias primas, producción industrial, etc.—, y
con el “mundo libre” como mercado cautivo, podrá volver a remontar, a corregir sus desequilibrios y a reconquistar la posición de hegemonía que tuvo después de la II guerra mundial y que mantuvo durante 40 años.
Sin duda alguna, tener que prescindir del mercado usano y europeo, de golpe, para China supone una crisis económica devastadora, que puede dar al traste con todo su crecimiento. Rusia ni de lejos puede sustituir ese mercado. Y a su vez, el hundimiento de China condena indefectiblemente a su proveedor ruso.
¿Qué significa este nuevo paradigma para EEUU y Europa? En términos prácticos,
que las fábricas regresen a casa y vuelvan a producir, y no sólo a consumir. Y en términos financieros, que su mayor acreedor desaparezca. Porque, por supuesto, la incalculable deuda usana y europea en manos de China se anulará de la noche a la mañana, para “castigar” la intolerable “oleada turística de Taiwán”. La quita más fabulosa de la historia, que hará saltar por los aires la solvencia de todo el sistema bancario chino. (Este es uno de los aspectos más interesantes para analizar en este hilo, e invito a recibir lecciones y puntualizaciones de los expertos del foro).